Erik Terrible Morales es uno de los mejores boxeadores que han abanderado a México en el mundo. Uno de los episodios más gloriosos en su carrera fue haber superado a Manny Pacquiao en el primer enfrentamiento que tuvieron, aunque después de aquella victoria vinieron un par de peleas más. No fue sino hasta el tercer careo que el originario de Tijuana, Baja California, cayó en el tercer round, de manera sorpresiva. Aunque tuvo la oportunidad de continuar, un pensamiento le hizo parar el combate.
“Caí la tercera vez y me quedé pensando. Volteé a ver a mi papá y estaba muy ansioso, desesperado. De repente estaba pensando en mis hijos, en mi esposa, en toda la familia y voltee a verlo, lo vi tan ansioso que dije: ‘No vale la pena. Este güey me va a terminar de p*tear y me va a lastimar. Ya me m*dreó’. Voltee a verlo (a su papá), le cerré el ojo como diciéndole ‘ya estuvo’”, relató en el podcast Un Round Más.
Tras haber ganado el título internacional superpluma en la primera exhibición, Morales decidió batallar en el circuito de los ligeros. Sin embargo, al caer en su intento, regresó a su antigua división para desarrollar la segunda y tercera pelea de la serie. Obligado a bajar su tonelaje para encarar a Pacman, experimentó un notable cambio en su rendimiento, el cual fue determinante para su desempeño. Así lo reconoció durante su participación.
“En el primer round entré. De por sí estaba bien ch*quetas por el tema del peso. Entré al intercambio y salí rebotado. Dije: ‘Ah, cabr*n. Va a ser difícil’. Entré y salí rebotado. En el segundo me agarraron un golpe en el oído y ahí valió m*dre. Entre el desbalance y que él venía mejor que yo y estaba más fuerte que yo, caí la segunda vez”, aseguró en el programa radiofónico.
A partir de su segunda caída, el rendimiento de Morales comenzó a decaer. La desesperación por hacerle daño al filipino se apropió de su estrategia y comenzó a soltar una gran cantidad de golpes. Manny retrocedía, esperando que su rival abriera su guardia para poder finiquitar el encuentro. De manera muy prematura, el público se levantó y vitoreó el contragolpe de Pacman con menos de un minuto en el tercer episodio.
Morales no tuvo más remedio que retroceder, aprovechó cada centímetro del ring hasta que se recargó en las cuerdas. Al verse acorralado, recurrió al abrazo para tener un poco más de aire y seguir adelante. Cuando volvieron al centro del cuadrilátero, el filipino volvió a la carga, pero el deterioro en la humanidad del Terrible ya era notorio. De nueva cuenta llegó a las cuerdas, pero las aprovechó y rompió el acorralamiento.
Unos segundos más adelante, cuando al cronómetro le restaban 15, Manny ejecutó un jab, seguido de un cross. El segundo fue el que impactó en la cara y provocó la caída definitiva de su contrincante. Las cuerdas frenaron el impacto y quedó sentado en una de las orillas. En ese momento, mientras el público se rendía ante los pies del Pacman y el referee realizaba la cuenta, Erik dirigió su mirada a uno de los costados. Después de hacer un gesto, sonó la campana y el juez dio por terminado el encuentro.
Su rostro reflejó seguridad y la posibilidad de continuar con el combate, sin embargo se negó a hacerlo. Años después, el Terrible Morales reconoció que, a pesar de haber recibido numerosas críticas e insultos por no haberse levantado, tomó la decisión correcta para no poner en riesgo su integridad física.
“Hay que saber perder, c*brones. Hay que saber cuando ya no tenemos nada qué ofrecer”, finalizó.
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