No son muchos los deportistas de élite que se han negado a vacunarse contra el coronavirus pero uno de los casos más resonantes es el de Joshua Kimmich, futbolista alemán del Bayern Múnich, quien se había contagiado a finales de noviembre de COVID-19 y no volverá a jugar antes de 2022 debido a las secuelas físicas que le dejó la enfermedad, según comunicó el club bávaro.
Desde el Bayern informaron que Kimmich sufre “infiltraciones pulmonares leves” que le impiden reincorporarse a los entrenamientos, por lo que se perderá así los tres últimos encuentros del año calendario en la Bundesliga, contra el Mainz 05, Wolfsburg y Stuttgart. Su última aparición fue en el cotejo del pasado 6 de noviembre contra el SC Freiburg.
“Estoy contento de que se haya terminado la cuarentena. Estoy bien, pero todavía no me puedo entrenar a fondo debido a una pequeña lesión en los pulmones. Voy a seguir un entrenamiento de readaptación, tengo muchas ganas de estar de vuelta”, explicó el jugador germano de 26 años en el escrito difundido por la entidad muniquesa.
El caso de Kimmich ha levantado controversia en Alemania, después de que el jugador declarase que no estaba vacunado y afirmara tener dudas sobre la efectividad de la vacuna o posibles contraindicaciones. En plena polémica, tuvo que abandonar la concentración de la selección alemana por haber estado en contacto con su compañero Niklas Süle, quien había dado positivo por COVID-19. Su cuarentena comenzó el 19 de noviembre y, cinco días más tarde, él mismo dio positivo.
Ahí fue que el Bayern Múnich tomó cartas en el asunto: dejó de pagarle el sueldo en los días en que no ha podido jugar por la cuarentena, de acuerdo con la regulación actual alemana para los no vacunados. El Gobierno federal tiene la intención de cambiar esta dinámica al implantar la vacunación obligatoria, mientras que prosiguen las campañas para motivar a la población a inmunizarse. Aproximadamente un 69% de los ciudadanos alemanes tiene la pauta completa, aunque es un porcentaje inferior al de otros países de la Unión Europea (UE).
La decisión de Kimmich de no vacunarse generó interminables debates en Alemania, que en las últimas semanas se vio azotada por una nueva ola de contagios. Para afrontarlas, el nuevo canciller, Olaf Scholz, va a pedir al Parlamento pronunciarse sobre la obligatoriedad de la vacuna, con la intención de que esta medida entre en vigor a partir de febrero o marzo del 2022.
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