La edición de los Juegos Olímpicos que se desarrollarán en Los Ángeles en 2028 podrá tener una variante histórica. Es que el surf, la escalada deportiva y el skate, los deportes que debutaron en el programa de Tokio 2020, fueron incluidos en la lista de disciplinas para el evento que organizará Estados Unidos luego de la cita en París 2024, según lo informó el Comité Olímpico Internacional.
Sin embargo, el levantamiento de pesas, el boxeo y el pentatlón moderno no pasaron el corte de los 28 deportes iniciales y deben cumplir con ciertos criterios en 2023 para ser incluidos en el gran evento deportivo. Así lo sostuvo el presidente del COI, Thomas Bach, en una conferencia de prensa on line al final de una reunión de la junta ejecutiva de la entidad.
Una sesión del COI en febrero aprobará el programa inicial; pero lo cierto es que los tres deportes que queden afuera se volverán a incluir en la sesión del COI en 2023.
Para el levantamiento de pesas y el boxeo, su exclusión es un gran golpe, ya que las federaciones internacionales luchan con problemas de gobernanza, finanzas y corrupción y el COI ha advertido repetidamente que si no se llevan adelante reformas corren el riesgo de quedar fuera del programa olímpico. En este sentido, ambos deberán mostrar una mejora en términos de transparencia financiera y gobernabilidad para volver a los Juegos Olímpicos.
El pentatlón moderno, parte de los Juegos durante más de un siglo, debe proporcionar planes para reemplazar a los caballos en la competencia luego de un escándalo durante los Juegos de Tokio donde un entrenador golpeó a uno de los animales que participó.
Un golpe a la historia
Según los registros oficiales, una carrera de sólo 192,28 metros de extensión significó el inicio de los Juegos Olímpicos en el año 776 antes de Cristo, pero el boxeo también fue una de las primeras disciplinas.
En sus comienzos, no había diferencias de categoría por peso y las peleas eran sin protección. Los duelos no tenían límites de asaltos y terminaban por nocaut o abandono de uno de los combatientes. Con el paso del tiempo, se incorporaron tiras de cuero para proteger las manos y hacer más contundentes los golpes, aunque algunos le agregaban a las correas pequeñas piedras, fragmentos de plomo o astillas de madera para causar más daño a sus rivales.
En el Siglo V, hubo una final en la que un participante llamado Cleómedes mató a su oponente y fue descalificado porque los jueces consideraron que había actuado con alevosía. Por lo tanto, la decisión del jurado fue declarar a su rival como campeón post mortem.
Una de las primeras figuras que brilló en el boxeo fue Diágoras de Rodas, quien se impuso con autoridad en la edición 79 de los Juegos Olímpicos en el Siglo V a.C. Su nombre fue aún más reconocido luego de las consagraciones de sus tres hijos y dos de sus nietos en las Olimpiadas siguientes.
En cambio, los laureles adquiridos por Melankomas de Caria (una ciudad de Asia menor que hoy corresponde a Turquía) fueron destacados por otro estilo. Según los registros, el campeón logró quedarse con la prueba correspondiente a la edición número 207 sin dar ni un solo golpe. La técnica del ganador se basó en su agilidad y velocidad para esquivar los arrebatos de sus contrincantes, quienes abandonaban por cansancio. La leyenda afirma que la resistencia física del campeón era notable gracias a sus sacrificados entrenamientos, como por ejemplo mantener sus brazos extendidos durante dos días completos sin descansar ni un segundo.
Finalmente, la cara oscura de la moneda fue la que protagonizó Eupolus de Tesalia en el año 338 a.C, quien sobornó a tres adversarios para que se dejaran doblegar. La nulidad de los combates fueron acompañados por multas económicas que se utilizaron para financiar la erección de seis estatuas de atletas con inscripciones de tono moral como “En Olimpia se gana con la velocidad de los pies y la fuerza del cuerpo, nunca con dinero”.
Con información de Reuters y el libro Historias insólitas de los Juegos Olímpicos de Luciano Wernicke
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