Salvo un milagro, que consiste en que el Benfica no le gane como local al eliminado Dinamo Kiev, el Fútbol Club Barcelona está obligado a vencer al Bayern Munich como visitante para conseguir la clasificación a los octavos de final de la Champions League de la UEFA, algo que no ocurre desde la temporada 19998/99, lo que además le ocasionaría dejar de percibir 20,2 millones de euros en premios.
Si bien el director técnico del Barcelona, Xavi Hernández, sostiene que un triunfo en el Allianz Arena de Munich es posible, la esperanza de los hinchas “culés” se basa en que el Bayern ya consiguió la clasificación para octavos como primero del Grupo E y entonces ya se habla de algunas bajas en el equipo alemán, como León Goretzka, Eric Choupo-Moting, Marcelo Sabitzer, Joshua Kimmich y Serge Gnabry, y aún persiste la duda sobre la participación del defensor Lucas Hernández.
El otro hecho que genera esperanzas en el barcelonismo es que se jugará a puertas cerradas ante el rival que los venció 3-0 en la ida en el Camp Nou (y que los eliminó con un recordado 8-2 en 2019/20) debido a que el Gobierno alemán decidió días pasados que los partidos de fútbol se jueguen en estas condiciones debido al recrudecimiento de la pandemia de COVID-19. El entrenador del Bayern, Julian Nagelsmann, ya advirtió que “no queremos tomar el partido como un trámite. Lo siento por el Barcelona. Es un partido importante para nosotros”, en el contexto de varias duras críticas que hicieron los dirigentes de la entidad bávara a los catalanes por el manejo de su economía.
En el presupuesto votado para esta temporada, el Barcelona contempla llegar hasta los cuartos de final de la Champions. Caer eliminado supondría entonces un duro golpe económico de 20,2 millones de euros (llegar a octavos son 9,60 millones y a cuartos, 10,6 millones). El Barcelona ya ganó 15,64 millones por jugar la fase de grupos, más premios por puntos y triunfos logrados en el torneo.
De todos modos, si llegara a bajar a la Europa League, en caso de quedar tercero del grupo, y aunque los premios son menores que la Champions, el Barcelona podría llegar a recuperar hasta 14,9 millones si ganara el torneo, por lo que de acuerdo al presupuesto establecido, terminaría perdiendo 5,3 millones. Si en cambio cayera eliminado en semifinales de la Europa League, ganaría 6,3 millones por lo que la pérdida global sería de 14.
La última Asamblea había aprobado pérdidas por 481 millones de euros en la temporada 2020/21 con 637 votos a favor (89%) 39 en contra y 42 abstenciones, y para la actual, un presupuesto de 765 millones, con el 94 por ciento de los votos a favor (contra 631 de 2020/21 y 855 de 2019/20). Si la anterior junta directiva de Josep Bartomeu contemplaba una caída de ingresos de 330 millones para 2020/21 (y ya se habían perdido otros 94 millones en 2019/20) provocada por la pandemia de COVID-19, la comisión directiva actual, presida por Joan Laporta, rebajó esta cifra hasta los 217 millones. Pero los números sólo encajarían si el Barcelona se clasifica a los octavos de final de la Champions.
Según las cuentas cerradas al 30 de junio de 2021 (antes de la firma de un macro crédito del grupo inversor Goldman Sachs), la deuda a largo plazo del club se situaba entonces en los 554 millones de euros, un 25,1 por ciento más que el año anterior, aunque la deuda con vencimiento en los próximos doce meses se redujo hasta los 596 millones frente a los más de 730 del cierre del ejercicio anterior.
Al cierre del último ejercicio, el patrimonio neto consolidado fue negativo en 450,7 millones de euros, mientras que el balance consolidado mostró un fondo de maniobra negativo de 553,4 millones.
Todos los números de esta crisis económica del Barcelona y la posibilidad concreta de que el club no participe de los octavos de final de la Champions luego de veinte temporadas (en 2000/2001 no participó de la Champions porque sólo pudo acceder a la Copa de la UEFA, hoy “Europa League”), tienen íntima relación con el futuro deportivo, a pocos días de que se abra el mercado de invierno y la posibilidad de concretar algunos fichajes, aunque por el momento la dirigencia del club sólo contempla traer a jugadores en condición de préstamo, mientras se espera por la recuperación de dos importantes valores como Ansu Fati ( se cree que podrá regresar el 18 de diciembre, por la liga) y Pedri (volverá en enero de 2022).
El Barcelona también quiere aliviar su economía con algunas salidas de jugadores del plantel en este mercado de invierno. El primer candidato es el marcador central francés Samuel Umtiti, quien cobra 13 millones de euros anuales y se negó a ser operado de la rodilla en 2018, no jugó ningún partido en la actual temporada y se lo tratará de vender o ceder a otro club y, en caso de no concretarse, hasta se contempla darle el pase libre.
Otro jugador con carta de salida es el delantero neerlandés Luuk De Jong, que no es tenido en cuenta por Xavi Hernández, y que llegó desde el Sevilla por pedido de su compatriota Ronald Koeman cuando era el director técnico. El juvenil Álex Collado podría recalar en el Alavés o en el Granada, mientras que el arquero brasileño Neto manifestó que quiere jugar más minutos, relegado al banco de suplentes, y no se ve mal una salida, teniendo en cuenta que Xavi confía en Iñaki Peña, de la cantera azulgrana. Otro con chances de salir es el lateral derecho estadounidense Sergiño Dest, porque ya desde enero podrá jugar el brasileño Daniel Alves, quien regresa al club para jugar en esa posición, y también Sergi Roberto puede desempeñarse en ese sector.
Otro de los grandes movimientos del Barcelona para los próximos años es la remodelación de su estadio, el Campo Nou. La dirigencia ya tiene claro que en la temporada 2023/24 habrá que buscar dónde jugar como local en lo que será el segundo de los cuatro años del proyecto “Espai Barça”, toda una nueva instalación que generará un gran cambio zonal. En los dos últimos años se contempla el regreso al Camp Nou, pero con algunas partes aún cerradas hasta que la obra finalice.
Entre los estadios posibles para la localía se estudia el Olímpico de Montjuic (donde ya jugaron el Espanyol y la selección española), el Johan Cruyff (con mucha menor capacidad) y hasta la Bombonera de Corneliá, el nuevo estadio del Espanyol. Todo este movimiento sería financiado por el grupo Goldman Sachs.
En 1998/99, la última vez que el Barcelona fue eliminado de una fase de grupos de la Champions, los dos primeros fueron el Bayern Munich y el Manchester United. Ambos equipos volvieron a enfrentarse en la final, jugada precisamente en el Campo Nou y en la que los ingleses, dirigidos por sir Alex Ferguson, se impusieron 2-1 con dos goles sobre la hora.
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