La definición de la Fórmula 1 adquirió altísimos niveles de tensión. Lewis Hamilton (Mercedes) se impuso en el GP de Arabia Saudita y Max Verstappen (Red Bull) entró en segundo lugar: quedaron igualados en el primer puesto y el campeón se resolverá en una semana en la última carrera, en el circuito de Yas Marina de Abu Dhabi. La ventaja del neerlandés: tiene un Gran Premio ganado más.
La pelea por la corona una vez más estuvo plagada de sobrepasos, toques y polémica entre los líderes de la Máxima. La máxima tensión comenzó en la tercera largada, donde Verstappen saltó del tercer lugar al primer puesto y en la primera curva se tocó con Hamilton.
Más tarde Lewis fue por todo y, al cumplirse el giro 37º, se tocó con Verstappen al llegar a la primera curva. Metros adelante el neerlandés bajó su velocidad de forma sorpresiva y el inglés no pudo evitar el toque y quedó con el alerón delantero derecho dañado. “¡Este tipo está loco!”, gritó Hamilton. Hasta Christian Horner, jefe de Red Bull se molestó con su piloto: “No debiste hacer eso, Max”, le indicó.
Horas más tarde la Federación Internacional del Automóvil (FIA) decidió sancionar con 10 segundos a Verstappen ya que la telemetría corroboró que frenó de forma repentina cuando lo tocó Hamilton. Aunque esa penalización no modificó el segundo puesto final en Yeda. Además, le quitaron dos puntos de la Súper licencia.
Luego hubo más: en el giro 43º, Verstappen lo dejó pasar a Hamilton, a quien volvió a superar, pero en ese momento los comisarios deportivos le avisaron al neerlandés de una sanción de cinco segundos por otra maniobra donde Max pasó por una zona externa de la pista y las autoridades consideraron que cortó camino.
La maniobra que generó mayor polémica
Las controversias llegaron al contacto de los pilotos con la prensa, sobre todo la maniobra en la que Verstappen desaceleró. “No entendí muy bien por qué de repente él pisó los frenos bastante fuerte. Y luego me encontré con la parte trasera de él. Y entonces él siguió adelante. Así que no entendí exactamente lo que estaba pasando. Y después recibí un mensaje de que nos iba a dejar pasar. Fue un poco confuso”, describió Hamilton.
“A mí no me habían dado la información de que me iba a dejar pasar. Estaba yendo lento y moviéndose y después frenó y parecía que estaba haciendo un brake-test. Estaba intentando dejarme pasar para luego usar él el DRS en la recta de meta y yo no soy estúpido”, interpretó la intención de su rival.
Verstappen fue aún más contundente. “Fue una carrera bastante movida. Pasaron muchas cosas con las que yo no estoy del todo de acuerdo, pero es lo que hay. Quiero decir, al menos lo intenté en la pista, ya sabes, darlo todo.
“Disminuí la velocidad. Quería dejarlo pasar, así que me puse a la derecha, pero él no quiso adelantar y luego nos tocamos. Realmente no entiendo lo que pasó ahí. Afortunadamente los aficionados tienen claro lo que son las carreras, porque lo que sucedió hoy es increíble. Solo estoy tratando de correr y este deporte en estos días se trata más de penalizaciones que de carreras. Para mí esto no es Fórmula 1″, concluyó, condimentando todavía más la definición.
El resumen de la caótica carrera en Yeda
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