Su padre, Luis Lacalle Pou, jugaba al rugby de joven y hasta el día de hoy practica surf en las costas uruguayas. Él, Luis Alberto Lacalle Ponce de León, juega al fútbol. Es el hijo mayor del presidente de Uruguay y también es mellizo de Violeta, ambos nacidos en 2004. La tradición de los deportes continúa en la familia.
El club del colegio al que asiste, The British Schools, se llama Old Boys y allí el entrenador de fútbol es José Batlle Perdomo. En el ambiente del fútbol se lo conoce, más bien, como el “Chueco” Perdomo. Fue un histórico capitán de Peñarol, campeón de la Copa Libertadores en 1987 con ese equipo y, unos meses antes, de la Copa América con la selección de Uruguay en Buenos Aires.
Fue este quien recomendó a “Lacalle hijo” que fuera a probarse a un equipo llamado Albion, que juega en la segunda división uruguaya, según informó el diario El País. Le dijo que eligiera ese porque allí estaba entrenando a los jugadores un hombre que, según Perdomo, puede moldearlo de la mejor manera posible gracias a la experiencia que tiene en el ámbito.
De esta manera es como el joven de 17 años llegó la semana pasada al Albion como un aspirante más para convertirse en jugador de fútbol profesional. Fue recibido por Álvaro Regueira, el entrenador del que hablaba Perdomo. Regueira es un técnicos con años de experiencia en divisiones formativas. Durante mucho tiempo, pasó haciendo ese trabajo en Peñarol formando futbolistas que se han llegado a las ligas internacionales.
“Sabés a cuantos ‘hijos de...’ tuve en mi vida”, dijo Regueira. “Y como lo hice con él el primer día y se lo repetí, a todos les digo lo mismo: la tienen que pelear por las suyas, porque acá todos tienen las mismas posibilidades. Acá no es Lacalle, acá es Luis Alberto Lacalle Ponce de León. Y la verdad que el botija respondió bárbaro”, agregó en referencia a la llegada del hijo del Presidente de la República al Albion.
Luis Alberto, el hijo mayor del presidente, se destaca como centrodelantero en los equipos. Ese es su puesto y según su nuevo técnico, “tiene un lindo físico que seguramente va a seguir desarrollando y además es muy humilde y simpático. Acepta lo que uno le dice y es muy respetuoso. Y mirá que yo le hablé de frente y le dije lo que pensaba, pero reaccionó muy bien. Siempre está dispuesto a aprender y eso es importante”.
Con respecto a la charla sobre ser el “hijo del presidente”, el técnico del Albion comentó, “Yo fui honesto con él y le dije dos cosas: una, que como llegó en noviembre y nosotros estábamos en las etapas decisivas del campeonato, no podía prestarle mucha atención porque él es un aspirante. Lo he visto, pero no ha sido mi prioridad. Justo hoy tuvimos una charla porque cerramos una etapa y ahora vamos a iniciar otra el lunes, en donde sí lo voy a mirar junto al resto de los aspirantes. Ahí lo vamos a evaluar. Lo otro que le dije fue que él tiene una desventaja y es que no hizo divisiones formativas antes y no es lo mismo jugar en un equipo universitario que en las divisiones juveniles de un equipo profesional. Hay cosas como los movimientos, la preparación física, la postura y hasta las picardías que hacen la diferencia”.
Sin embargo, también dijo que nada de todo lo anterior le quita posibilidades. “Va a tener la oportunidad de demostrar sus aptitudes igual que los demás aspirantes. Ahora depende de él”, comentó Regueira y agregó que si Perdomo lo recomendó es porque el joven tiene potencial futbolístico. Ahora, falta que Regueira evalúe cuáles son sus cualidades de la cancha para poder desarrollarlas aún más.
Regueira trabajó en las formativas de Peñarol hasta el año 2019, donde también trabajó Perdomo. Desde hace un año, en 2020, que se encuentra al frente de las categorías juveniles en Albion. “El equipo hizo una campaña bárbara en Primera y eso se refleja también en juveniles. Es un club humilde, pero se trabaja bien”, dijo.
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