El reinado de Lewis Hamilton y Mercedes en la Fórmula 1 corre peligro. El inglés tiene en Max Verstappen a su más fuerte rival y ambos definirán el título en estas dos últimas fechas. Hubo avisos en 2020, pero lo demostrado en esta temporada por el baluarte de Red Bull fue una ratificación de su nivel conductivo y del arma que tiene con un impulsor Honda que se muestra en su mejor versión desde que empezó a motorizar a la escudería austríaca en 2019. El neerlandés lidera el campeonato sobre el inglés de Mercedes. Max, que ya marcó hitos en la Máxima por batir varios récords de precocidad, en 2021 va por todo: esta es su historia.
Nació el 30 de septiembre de 1997 en Hasselt, una ciudad al este de Bélgica y a 40 minutos del famoso circuito de Spa Francorchamps, donde hace 30 años Michael Schumacher debutó en la F1, quien en 1994 fue compañero en Benetton de Jos Verstappen, el padre de Max, que en esa temporada logró sus únicos dos podios en la categoría. Su madre, Sophie Kumpen, también corrió y brilló en el karting. Criado en el ambiente, era obvio que iba a dedicarse automovilismo. Heredó de su papá la fuerte personalidad, carisma y el ir siempre a fondo. Pero su talento es superior y lo hizo llegar al gran circo antes que nadie en 71 años de antigüedad que tiene la F1.
A los cuatro años se subió a un karting donde empezó a lucirse y en 2013 fue campeón mundial en la clase KZ (motores de 125 cm3), algo que es un diamante muy preciado para muchos corredores. Coronarse en el Mundial de la Comisión Internacional de Karting (CIK) de la Federación Internacional del Automóvil (FIA), es una distinción porque es la máxima expresión en la escuela del automovilismo, por la paridad, nivel y cantidad de competidores. Ese cetro ecuménico de karts fue el que siempre quiso obtener Ayrton Senna y no pudo a pesar de sus intentos hasta los 22 años.
Fue en el karting donde se inició la gran rivalidad que se viene en la F1, su duelo con Charles Leclerc (nació el 16/10/1997), actual baluarte de Ferrari. Uno de sus tantos rounds ocurrió en una carrera del certamen europeo de invierno en 2012 (video), donde Max lideró hasta la última vuelta y lo acusó al monegasco de un toque que lo sacó del circuito. Charles se desentendió de lo ocurrido y desde esa época ya respondió sin polémicas. Ese día ambos fueron excluidos, pero Leclerc terminó quedándose en el torneo. Luego Verstappen tuvo revancha y le ganó el mencionado Mundial de karting.
Por su padre se nacionalizó neerlandés y confirmó que era un campeón del futuro. Los popes de Red Bull le pusieron el ojo y fue incorporado a su programa de desarrollo de pilotos. En 2014, con 16 años, debutó en monopostos y corrió en la Fórmula 3 Europea. Llegó cuarto en su primera carrera, consiguió un podio en la tercera, obtuvo la pole position en la quinta, y su primera combinación de pole más victoria en la sexta. Logró otros nueve triunfos y terminó tercero en el campeonato. También venció en el Máster de Zandvoort, una clásica carrera de F3 que se disputa en su país.
Esa temporada, con solo 17 años recién cumplidos, Max se subió a un auto de F1. Fue con un Toro Rosso (actual Alpha Tauri, equipo satélite de Red Bull) en una de las prácticas previas al Gran Premio de Japón. Con la mencionada escudería el sueño del pibe se le hizo realidad: fue el piloto más joven en debutar en la especialidad, cuando lo hizo con 17 años y 166 días en Australia en 2015. También es el más chico en ganar un Gran Premio, mérito que consiguió en España en 2016, con 18 años, 7 meses y 16 días. Aquella jornada fue su estreno en el equipo Red Bull y resultó la primera de sus diez victorias en la categoría.
Desde sus primeras carreras en la Máxima demostró su agresividad y eso no cayó bien en varios de sus colegas. Pero ese estilo de manejo fue acompañado por precisión. Es cierto que cometió errores, pero fueron más pecados de juventud que una falta de profesionalismo o querer perjudicar a un colega a propósito. Sobre el tema, en una entrevista con Infobae en el Gran Premio de Brasil de 2018, aseguró que “la gente quiere ver actitud en la pista y yo intento dársela”.
Él les compite a todos por igual. No importa quién esté enfrente, sea Hamilton o alguien del fondo del pelotón. Se juega por el espectáculo y en tiempos donde el factor técnico cada vez es más preponderante, Max entrega destellos del factor humano porque demostró en temporadas previas lo que puede hacer sin tener el mejor coche.
Se ganó su lugar y se convirtió en el mejor detrás de los dos pilotos de Mercedes en 2019 y 2020. Fue clave su maduración a pesar de su corta edad. También el avance de los impulsores Honda. A pesar del dominio de los coches alemanes, que son referencia desde 2014, y del monólogo de Hamilton, siempre que pudo Max dio el golpe y aprovechó cada oportunidad. Esto le multiplicó adeptos y hoy es uno de los corredores más populares en todo el planeta.
En los Países Bajos, se generó una marea naranja que reventó el Autódromo de Zandvoort el pasado 5 de septiembre cuando la F1 retornó a su país luego de 36 años y en el que Max logró uno de sus nueve triunfos en la temporada, donde supera por dos a Hamilton. En condiciones normales se agotarían las entradas ya que su irrupción en la Máxima promovió un furor nacional comparable a los mejores momentos de su selección de fútbol en los Mundiales.
Max también lidera una joven guardia integrada por promesas que ya son ídolos de hoy y algunos de ellos serán los campeones de los próximos años como el propio Leclerc, Lando Norris (22 años / McLaren), George Russell (23 / Williams), Esteban Ocon (25 / Alpine), Pierre Gasly (25 / Alpha Tauri), Yuki Tsunoda (21 / Alpha Tauri) y Mick Schumacher (22 años / Haas).
Este grupo vino a renovar el plantel de pilotos, pero ese cambio de aire le trajo frescura y más “humanidad” a los protagonistas. Estos chicos no tienen reparos en brindarse al público. También con los medios, ya que si no fuera por el protocolo inserto desde hace décadas donde el mano a mano solo se permite con una aprobación previa de los responsables de prensa de cada equipo, no tendrían problemas en hablar con cualquier periodista.
Por esto Max también se destaca abajo del auto, ya que no se pone el casete para declarar. Dice lo que piensa y si hay polémica, mejor, él redobla la apuesta. Tiene un aire a pilotos de la década del setenta u ochenta por esa manera libre de manejarse más allá del súper profesionalismo que tiene hoy la F1.
Sobre referentes históricos, sintió mucho la muerte de Niki Lauda en 2019, y desde 2020 es “yerno” de Nelson Piquet, pues es pareja de Kelly Piquet (nueve años más grande). Durante el último verano sudamericano pasó varios días de vacaciones en Brasil con la modelo de la agencia Mega Model Brasil y se lo nota muy enamorado de la hija del tricampeón mundial. Ella es la ex de Daniil Kvyat (son padres de una nena), quien compartió la estructura de desarrollo de pilotos de Red Bull con el neerlandés y hasta tuvieron un buen vínculo…
Su lazo con Red Bull es muy fuerte y resulta difícil verlo en otra escudería a pesar de algunos rumores que lo vincularon a Mercedes o la siempre seductora Ferrari. Más considerando el nivel de los motores de Honda que le permitió pelear mano a mano con Hamilton. A pesar de la salida de la casa nipona en 2022, el equipo austríaco desarrolla los impulsores que les dejaron los japoneses y esto les genera expectativa. Además, cabe recordar que el año próximo habrá un cambio radical en el reglamento técnico y los autos cambiarán de forma radical. Se abrirá el juego y será una categoría nueva.
Desde su debut en 2015 en la F1, Verstappen disputó 139 carreras y logró 19 victorias, 58 podios, doce poles positions, 15 récords de vuelta y sumó hasta ahora 1.513,5 puntos. Si de números se trata, lleva el 33 en su auto porque es el que utilizó desde sus inicios en el karting, con excepciones, como en la F3, porque no estuvo disponible y usó el 30.
En esta temporada él y Hamilton se robaron la atención por el duelo donde no se regalaron nada. Tuvieron lucha mano a mano en la pista como en Bahréin, en Imola (GP de la Emilia-Romaña) y San Pablo. Se incluyen dos toques que generaron mucha polémica, primero en Gran Bretaña donde Max quedó con el auto destruido y luego en Italia, donde el Red Bull se montó sobre el Mercedes cuyo halo salvó la integridad del británico.
El alto voltaje está a la orden del día con una batalla caliente que incluye cruces de declaraciones ya sea de los pilotos y de los jefes de los equipos Mercedes y Red Bull. Llegó la hora decisiva y los últimos rounds de esta pelea se anuncian como apasionantes y ninguno está dispuesto a tirar la toalla.
Max, si logra el título, no podrá batir el récord de ser campeón mundial más joven de la historia, marca que aún ostenta Sebastian Vettel, cuando se consagró en 2010 con 23 años, 4 meses y 11 días, pero las credenciales demostradas en esta temporada son suficientes para creer que podría llegar a terminarse el reinado de Hamilton y Mercedes.
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