Las Águilas del América y las Chivas del Club Deportivo Guadalajara protagonizaron la cuarta edición del Clásico Nacional en liguilla de la Liga MX Femenil. El equipo dirigido por Craig Harrington supo aprovechar el papel de local, a pesar de que la afición al equipo visitante superó en número a los seguidores azulcremas. Aunque fueron superiores en el papel, un autogol cometido por las jugadoras rojiblancas fue el factor determinante para que las de Coapa sueñen con el pase a la semifinal.
El panorama fue adverso para las locales. A pesar de jugar en su casa, los seguidores del chiverío comenzaron a inundar las inmediaciones del Coloso de Santa Úrsula con una notable superioridad numérica. No obstante, el América supo plantear el partido y lucharon desde el inicio para tener la posesión de la esférica. La presión sobre la portería de Celeste Espino fue latente a pesar de que las voces del Estadio coreaban a las “¡Chivas!”.
La carga ofensiva liderada por Daniela Espinosa y Sarah Luebbert no demoró en dar resultados y apenas a los 10 minutos las Águilas ya habían abierto el marcador. Producto del acecho constante, las jugadoras tapatías cometieron una falta sobre el equipo rival cerca de la banda derecha y las Águilas gozaron de una gran oportunidad desde la jugada a balón parado.
Eva González pidió el balón y observó la danza del área. Una vez que la silbante pitó para reanudar el encuentro, se perfiló y centró el balón hasta la zona del manchón de penal. La arquera de las Chivas realizó una lectura correcta de la jugada y logró llegar a tiempo para parar un remate de cabeza con dirección de gol. Sin embargo, el rechace quedó a los pies de la delantera estadounidense, quien fusiló sin consideración alguna y casi perfora la red interior de las rivales.
Con el tanto, las Águilas comenzaron a escribir una historia diferente a los pronósticos basados en la posición de la tabla general, así como al enfrentamiento que sostuvieron en la fase regular. De igual manera, la escena fue sumamente significativa para favorecer el momento anímico y los ataques sobre la portería rival no cesaron en los instantes siguientes. A pesar del marcador de un gol a cero, las gradas continuaban alentando a las tapatías.
Después de 20 minutos, América comenzó a notarse más cómodo en su propia casa, la cual parecía haber sido sitiada por la afición rojiblanca. La misma Lubbert dejó escapar el segundo tanto en el minuto 23, después de una mala salida de la arquero Espino. Daniela Espinosa se encontró con el balón en los linderos del área y sirvió a la autora del primer tanto que, al quedar mano a mano con la guardameta le disparó directo a sus manos.
Un minuto después de que Renata Masciarelli negara la anotación 50 de la goleadora Alicia Cervantes, llegó la jugada más determinante del encuentro. En el minuto 38, un segundo tanto se presentó en el marcador a favor de las azulcremas. Angelique Saldívar se fue al ataque y soltó un fuerte centro que, en el camino, encontró la rodilla de la defensora Miriam Castillo y el balón se fue a la caja del gol. Espino solamente observó la trayectoria del balón y el marcador aumentó a dos goles por cero.
La anotación histórica de la artillera estrella de las Chivas no tardó en llegar. A tres minutos de haber iniciado la segunda mitad, Alicia Cervantes volvió a colgarse la banda de goleadora del cuadro tapatío, pues en una jugada individual dentro del área azulcrema definió al poste más lejano de Renata Masciarelli. Tres minutos más tarde, la misma Cervantes tuvo un mano a mano, pero no pasó a mayor tras ser derribada por la propia guardameta.
El marcador no se volvió a mover y las Águilas sellaron la ventaja en la serie de los cuartos de final. Con ese panorama, Craig Harrington contará con mayor margen de planeación en el encuentro de vuelta, situación que las podría catapultar a las semifinales del torneo.
Con información de Rodrigo Herrejón Chávez *
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