Después de la que la WTA decidió retirarse de China por sus constantes dudas sobre el paradero y la salud de la ex campeona Peng Shuai, quien acusó al ex viceprimer ministro Zhang Gaoli de abuso sexual, desde Beijing han declarado este jueves su rechazo a la “politización del deporte” por parte del organismo que regula el tenis femenino, que lucha por llegar al fondo de este caso.
La WTA, que no está convencida de las apariciones públicas de Peng desde que estalló el escándalo hace un mes, dijo que quiere garantías de su bienestar y ha pedido que se investiguen las acusaciones realizadas por la ex número uno del mundo en dobles contra de este ex alto funcionario.
“Ya hemos expresado nuestra opinión. Siempre hemos estado en contra de los comportamientos que politizan los deportes“, comentó Wang Wenbin, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores, al ser consultado en una sesión informativa habitual por la postura de la WTA.
Durante las últimas tres semanas, el ministerio ha eludido repetidamente preguntas sobre el caso, alegando que no está relacionado con asuntos exteriores. La semana pasada, pidió que se detuvieran las “especulaciones maliciosas” sobre Peng Shuai y advirtió contra la politización del caso.
Desde la WTA no hay tregua. Steve Simon, máxima autoridad del tenis femenino, emitió varios comunicados y en el último exigió pruebas verificables de que la ex campeona de Roland Garros y de dobles de Wimbledon estaba a salvo. También pidió a Beijing que se investigue la denuncia contra Zhang Gaoli y puso en jaque los torneos en el país.
“No veo cómo puedo pedirles a nuestros atletas que compitan en China cuando a Peng Shuai no se le permite comunicarse libremente y aparentemente ha sido presionada para contradecir su acusación de agresión sexual. Estoy muy preocupado por los riesgos que todos nuestros jugadores y personal podrían enfrentar si tuviéramos que realizar eventos en China en 2022″, disparó Simon.
Si bien no hubo torneos en China desde el inicio de la pandemia COVID-19, la organización había firmado un acuerdo para albergar el WTA Finals en Shenzhen hasta 2030. En 2019, el país organizó 19 torneos de la WTA que ofrecieron un premio total de USD 30,4 millones.
La postura adoptada por la WTA llega en un momento delicado para China, ya que Pekín se prepara para acoger los Juegos Olímpicos de Invierno en febrero, y grupos globales de activistas de los derechos y otros han llamado a boicotear el evento en protesta por su historial sobre violaciones a los derechos humanos.
El Comité Olímpico Internacional (COI) sostuvo en un comunicado el jueves que había mantenido una segunda videollamada con Peng, tras haber tenido una primera comunicación a finales del mes pasado. Pero desde Beijing han guardado silencio sobre el escándalo y las autoridades han bloqueado los debates sobre el tema en la censurada Internet local.
No obstante, el periódico Global Times, un diario nacionalista en lengua inglesa publicado por el Diario del Pueblo del gobernante Partido Comunista, criticó a la WTA en un editorial el jueves, acusándola de “introducir la política en el tenis femenino”.
En dicho editorial se calificó a la WTA de “traidores del espíritu olímpico”, además de opinar que “algunas fuerzas en Occidente están instigando un boicot contra los Juegos Olímpicos de Invierno de Pekín 2022″. Sin embargo, esta publicación solamente apareció en Twitter, que está prohibido en China continental, y no se pudo encontrar en sus cuentas de redes sociales chinas.
La decisión de la WTA, con sede en Estados Unidos, de alejarse de uno de sus mayores mercados fue aplaudida por muchas figuras destacadas del mundo del tenis como Novak Djokovic o Martina Navratilova, pero podría costarle cientos de millones de dólares a la organización en ingresos por transmisiones y patrocinios.
“No tenemos suficiente información y creo que es una postura muy audaz, muy valiente de la WTA”, dijo Djokovic a los periodistas en la Copa Davis en Madrid, y agregó que la salud de Peng es de “suma importancia para el mundo del tenis”.
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