En la actualidad, uno de los boxeadores mexicanos con mayor renombre es Saúl Canelo Álvarez. Después de su victoria ante Caleb Plant y unificar el peso supermediano, se convirtió en el primer mexicano que obtuvo todos los campeonatos de las 168 libras en el boxeo profesional.
Sin embargo, el presente del Canelo Álvarez pudo haber sido completamente diferente, pues su padre, Santos Álvarez, buscó que su hijo se convirtiera en jugador profesional de fútbol. En entrevista con Javier Alarcón, para su programa de YouTube Entre Camaradas, reveló el conflicto que enfrentó para definir el boxeo como el deporte de su preferencia.
Cuando Alarcón le preguntó si en algún momento de su infancia sintió interés por alguna otra disciplina deportiva, Álvarez reveló que estuvo a punto de ser inscrito en la escuela de Atlas y tener un lugar en las fuerzas básicas que se dedican a forjar profesionales del balompié.
Saúl habló de que en algún punto de su vida dedicó tiempo al fútbol, pero descubrió que su verdadero interés era el box.
“Jugaba fútbol, de hecho quisieron llevarme a las fuerzas básicas del Atlas”
Pero para ese punto, el joven Santos Saúl ya había tenido un acercamiento al boxeo, por lo que tomó mayor gusto a la disciplina de los puños y guantes. Confesó que llegó a practicar fútbol solo para tener un lugar en donde iniciar una discusión y pelear; no forjó una pasión por el fútbol como lo hizo con el boxeo.
Recordó que al momento en que supo que su familia lo llevaría a la escuela de los rojinegros, Saúl fue contundente con su respuesta y expuso que su verdadera convicción era estar arriba de un cuadrilátero.
“Ya conocía el boxeo en ese momento y dije: ‘No, yo quiero ser peleador, no quiero ser futbolista’. De hecho a veces nomás’ jugaba por pelearme”
En la actualidad Saúl Álvarez no tiene ningún equipo favorito de la Liga MX, pues reveló que el deporte no es mucho de su agrado. Dentro del equipo del Canelo Team, el fanático del fútbol es Eddy Reynoso, quien sí sigue a La Furia.
Cuando Saúl era un niño aprendió a defenderse de burlas y comentarios por su apariencia. Las pecas en su rostro y el color de su cabello lo llevaron a aprender a pelear para no ser víctima de las burlas de sus compañeros de escuela. Y en propias palabras del púgil tapatío, “le gustaba pelear en las calles”.
A los trece años, Álvarez ya tenía definido su sueño y estaba dispuesto a entregar lo que sea con tal de cumplirlo. Uno de los obstáculos que enfrentó fue el rechazo de su padre, pues a causa del negocio familiar le exigían al Canelito -como antes era conocido- que invirtiera su tiempo en la venta de paletas.
“Cuando empecé a boxear, mi papá se enojaba porque quería que estuviera ahí todo el día trabajando, pero me salía a entrenar”, compartió el campeón mexicano al periodista deportivo.
En diferentes ocasiones Saúl Álvarez abandonó el negocio de su familia para irse al gimnasio y entrenar. Su familia llegó a enterarse de las prácticas que estaba llevando y Santos Álvarez le reprochó su “irresponsabilidad”. Fue ahí cuando el Canelo encaró a su padre para que lo dejaran boxear.
“Llegó un momento en el que le dijo: ‘Se va a enojar toda la vida porque no voy a dejar de ir a entrenar, es lo amo hacer y así vamos a estar toda la vida. O se acostumbra o se acostumbra”, contó Canelo Álvarez.
Desde ese momento ya no tuvo mayores conflictos con su padre y poco a poco se forjó su camino en el boxeo profesional hasta los logros que cosecha en la actualidad.
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