Nombrado como el último emperador mexica, Cuauhtémoc Blanco se ganó un lugar privilegiado entre los grandes futbolistas mexicanos en la historia. Sus virtudes dentro del campo de juego lo llevaban a hacer genialidades, tal y como lo describió Juan Villoro.
El Divo de Tepito era aquel que con desfachatez hacía vibrar a americanistas bajo la casaca azulcrema, y a toda la afición cuando se vestía de tricolor. Pero algo que siempre llamó la atención a propios y extraños, era la inusual forma en la que festejaba cada que enviaba el balón a guardar a la caja del gol.
El más emblemático de todos, fue aquel en el que pareciera emular a la estatua del emperador del mismo nombre. Pero que, curiosamente, tuvo raíces en la capital española, misma nación que siglos atrás derrocó el dominio del último tlatoani mexica.
“Estábamos Germán Villa y yo en el hotel inventando un festejo y le dije que teníamos que inventar algo. Estábamos viendo un partido del Atlético de Madrid y Kiko (Narváez) hacía así. `Ahí está el p*nche festejo, güey ́ y se me quedó”, destacó Cuauhtémoc Blanco en una entrevista con Martín Ainstein para el programa Destino Fútbol, de la cadena deportiva ESPN.
En otras ocasiones, Blanco fue visto llevando a cabo un festejo totalmente escatológico, como en la ocasión en la que simuló a un perro orinando bajo los tres palos del marco rival, luego de hacer válida una pena máxima a favor de las Águilas. Aquél arquero era Félix Fernández.
“En esa fue porque el portero me estuvo insultando, me faltó al respeto, me empezó a recordar a mi mamá, me empezó a decir `Lo vas a fallar, p*nche jorobado ́. Y yo le dije: `Ruégale a Dios que no lo meta porque ahorita vas a ver cómo te lo voy a festejar´”, señaló en la misma entrevista.
Tiempo después, el Cuah también dio declaraciones al respecto sobre uno de sus festejos más recordados ,no solo por la afición americanista, sino también por la gente del Rebaño Sagrado. Aquella celebración en la que se hizo pasar por un banderillero de la lidia.
“El de las banderillas fue porque Oswaldo (Sánchez) decía que no le iba a meter gol, y como siempre le he dicho `No hables, ruégale a Dios que no lo meta ese penalti´, pero son festejos que te salen y que al final de cuentas era mi compadre al que le puse las banderillas, que le llama Víctor Salas”, señaló Blanco en una entrevista para el diario Récord.
En aquella misma entrevista, el Temo señaló que sus festejos han sido parte de una de las ocurrencias que llegaba a tener dentro del campo.
“También el otro festejo que me aventé en la red, que me dolió, me puse un trancazo, pero me aguanté, el de perrito que muchos me lo criticaron, pero yo me moría de la risa, porque yo veía a los chavitos haciéndolo otra vez, hasta en el América me tocó ver a un chavito hacerle así y me morí de risa. Son festejos que te salen y te sale ese orgullo y americanismo. Son ocurrencias que te salen en tres, cuatro segundos”.
Pero no en todas las ocasiones le resultó la burla, pues uno de esos festejos es el que, quizá, le privó de subirse al avión con destino a Alemania en 2006. Fue el festejo que realizó en la cancha del Estadio Jalisco, en las narices de Ricardo Antonio La Volpe, cuando este dirigía a Atlas y quien ya había dejado un mal sabor de boca en el banquillo americanista. Desde entonces tuvo rivalidad con el Temo, sin embargo, en ese momento, el oriundo de Tepito lo disfrutó.
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