El traspaso de Lionel Messi del Barcelona al PSG sacudió por completo el mercado de pases del fútbol mundial. Acostumbrados a ver al argentino en el cuadro catalán, los fanáticos del deporte más popular del planeta aún asimilan el hecho de que ahora defienda los colores del elenco francés, al cual aún se está adaptando. Sus nuevos compañeros, el estilo del club y los objetivos ambiciosos han provocado en el rosarino de 34 años sufra una metamorfosis que ya es plausible en las estadísticas.
Para hacer una comparativa justa, se pueden tomar los encuentros que La Pulga disputó en la fase inicial de la Champions League 2020/21 con el conjunto español y los que ha jugador hasta ahora en su nuevo equipo en la 2021/22. Si bien los rivales no son los mismos, el análisis de su juego permite comprender cómo el ganador de cinco Balones de Oro ha cambiado su forma de moverse en el campo.
En la campaña pasada, el Barcelona terminó escolta del Grupo G por detrás de Juventus (ambos con 15 puntos) y delante de Dinamo Kiev y Ferencvarosi de Hungría, con cinco triunfos y una derrota por 3-0 contra el por entonces campeón de la Serie A. Mientras que el PSG, al que aún le resta una presentación, ya sabe que será segundo en su zona, por detrás del Manchester City y por delante del RB Leipzig y Brujas.
Por lesión, Messi no pudo estar en los cinco encuentros de su equipo actual, sino en cuatro de ellos, por lo que la comparativa se realiza en base a los cuatro primeros duelos de la Champions 2020/21.
En los datos básicos de esos partidos ya se pueden encontrar diferencias claras. Sin dudas, la influencia del delantero argentino era mucho mayor bajo las órdenes de Ronald Koeman, ya que en esas cuatro presentaciones dio 292 pases (73 por partido) y en esta temporada dio 212 (53 por partido). Pero no solo eso, sino que antes también recibía más veces el esférico y más adelante en el campo, es decir, más cerca de la zona de peligro. Por ende, que Messi ha retrasado su juego para hacerse con el balón.
A su vez, en el PSG ha adquirido una posición más fija. Cuando en el cuadro catalán era común verlo por todo el ancho del Camp Nou, hasta recostado sobre la izquierda, en donde se asociaba mucho con Jordi Alba, ahora ni siquiera se recuesta sobre ese lado y la mayor parte del partido lo pasa por la banda derecha. Justamente es sobre ese lado en donde recibe el 45,2% de los balones (el 23,7% de las veces de su lado de la mitad de la cancha).
Lejos quedó aquel Messi joven que en sus inicios aparecía como puntero derecho. En esa zona, desde donde ha marcado cientos de goles enganchando hacia adentro, ahora solo recibe el 3,1% de los balones. Evidentemente, se ha vuelto más cerebral y menos punzante.
Este retraso de Messi en el campo afecta directamente su participación en ataque. Si bien en ambas temporadas convirtió tres tantos en los primeros cuatro partidos de Champions League, con el Barcelona acumuló 28 remates y 16 asistencias (dos de las cuales terminaron en gol), mientras que bajo la conducción de Mauricio Pochettino apenas pateó al arco en 10 oportunidades y solo habilitó a compañeros para que rematen en cuatro ocasiones.
La Pulga eligió el PSG entre otras cuestiones por su proyecto ambicioso de ganar el trofeo continental y porque para eso cuenta con uno de los mejores -sino el mejor- plantel de Europa. Entre las grandes estrellas que tiene se destacan Ángel Di María, Neymar y Mbappé. Curiosamente, ninguno de ellos es su socio principal en el terreno. El lateral Achraf Hakimi es quien más le hace llegar el balón (eso explica que mayormente lo reciba pegado a la banda derecha y más cerca de su arco que el del contrario) y al que más veces se lo entrega es a Ney.
En el Barcelona de Ronald Koeman, quien cumplía esa función (tanto de dar como de recibir) en esos primero cuatro partidos era Milralem Pjanic, que luego de la primera fase de la competencia fue descartado por el técnico neerlandés. Pero con sus intervenciones, el bosnio lograba que el rosarino recibiera mucho más cerca del arco rival que del propio.
Lo que los datos no muestran es si efectivamente este Messi más retrasado existe por orden y deseo del propio jugador, del entrenador Pochettino o porque -como parece ocurrir- hay alguna falla en el rendimiento del PSG que no le permite a Leo ser tan peligroso como puede ser.
SEGUIR LEYENDO: