Hugo Sánchez ha quedado estampado en la memoria de todos los aficionados mexicanos por su reconocida trayectoria en el Real Madrid. El mexicano llegó al cuadro merengue en 1985 y se convirtió en uno de los futbolistas más importantes del equipo español. Con ellos, Sánchez logró cuatro torneos como Pichichi.
Luego de siete años, el cuadro español anunció la salida del delantero mexicano. En abril de 1992, los diarios confirmaron que el Real Madrid había sancionado al delantero sin el pago de 70 días, además de un millón de pesetas de multa. La razón de ello fue su negativa a ser suplente en un encuentro frente al Torino en la Copa de la UEFA. Todo indicaba que el mexicano estaba creando un ambiente poco amigable con sus compañeros y el técnico del momento, Leo Beenhakker.
Los 70 días con los que Hugol fue sancionado, significaban el resto de su contrato como jugador merengue. Luego de ello, Sánchez se presentó en la televisión ibérica y ahí dio los indicios que rompieron su relación con el club blanco.
“Multa no hubo por decir que se me estaban inflamando las amígdalas. Se comentó, pero lo que sucedió fue que el enfrentamiento con Beenhakker fue el causante de que, por dignidad, le dije al señor Ramón Mendoza: ¿O él (Beenhakker) o yo? Entonces Ramón Mendoza comentó en ese momento que no podía echar al entrenador con escasos dos meses de haberlo contratado por cuatro años, a razón de muchísimo dinero”, sentenció el ex campeón del fútbol mexicano con los Pumas de la UNAM.
“Yo había salido de una operación y finalice mi contrato en esta temporada. Se pensó fríamente y se creyó que lo más conveniente, dado lo que le iban a costar al club esos cuatro años, era conveniente que me diera la libertad”, finalizó el ex seleccionado nacional.
Además de las diferencias con el técnico originario de los Países Bajos, Sánchez tuvo una negativa al acompañar a su equipo al entierro de su compañero Juan Gómez, quien falleció en un accidente automovilístico, lo cuál llevó a un descontento generalizado a la interna del club.
Leo Beenhakker también declaró, previo a un duelo de Liga frente al Espanyol, que el mexicano se mantenía con una actitud contraria a la que se esperaba dentro del conjunto español: “Hugo no está dispuesto a ayudar al equipo desde el banquillo, por lo que no le puedo convocar para este encuentro. No puedo aceptarlo. Este fue también el motivo por el que no le convoqué para el partido ante el Torino.
Esas fueron las palabras del técnico madridista como respuesta a lo que Hugo lanzó minutos antes frente a los periodistas, después de que se diera a conocer que no jugaría frente al cuadro catalán: “Se me están inflamando las amígdalas”. Además de señalar que el estratega holandés daba poca seriedad en aquél momento. “A mí no me gusta que se tomen las cosas a cachondeo y parece que aquí se están haciendo así. Beenhakker es el máximo responsable y sabrá lo que hace”, añadió.
Después de todos los señalamientos por ambas partes, el vicepresidente del club, Lorenzo Sanz, fue quien dictó la sentencia para el Pentapichichi y, aunque hubieron algunas posibilidades de reducir el castigo a un mes, la relación del mexicano en el vestidor lo volvió casi imposible.
Luego de la ruptura con el Madrid, Sánchez volvió al fútbol mexicano como el flagrante “refuerzo bomba” de las Águilas del América en 1992.
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