El nombre de Aníbal Lavandeira, de 52 años, entró en la historia del deporte hace pocos días. El maratonista uruguayo había sido seleccionado para competir en la Swamp Fox Ultra en Estados Unidos, carrera considerada de las más difíciles del continente por su extensión, y que hasta su participación sólo una persona la había logrado completar. El deportista sudamericano rompió todos los pronósticos y completó la prueba de 700 kilómetros, dejando boquiabiertos a sus organizadores.
La misma se llevó a cabo entre el 8 y el 14 de noviembre en la reserva natural Marrion Forest ubicada en Carolina del Sur. Seis días y medio era el plazo que tenía Aníbal para realizar la totalidad del desafío con tan sólo una mochila, un localizador y un GPS. El correr en un bosque tan tupido reduce las horas de luz y le suma dificultad a los 120 kilómetros que tuvo que hacer por día para poder cruzar la meta. “A eso de las 16 horas de cada día tenía que encender la linterna por la oscuridad”, reveló el atleta.
Administró sus horas de sueño en cortas siestas de 45 minutos y su alimento se basó en comidas en polvo que consume desde hace años como preparación para completar la carrera. “Si bien sabía que hacía frío, no sabía que de noche la temperatura bajaba a dos o tres grados bajo cero. Era congelante y el día era muy cortito”, explicó Lavandeira sobre uno de los inesperados contratiempos en charla con el medio El País.
Además, explicó que atravesó un momento en el que se derrumbaron sus esperanzas de terminar la prueba. “La primera noche me fisuré el dedo gordo del pie, me golpeé contra una rama y después me volví a caer y golpear. Cuando me tropecé la segunda vez, sentí que no llegaba. Fue una carrera muy, muy complicada por el terreno y por el dolor físico que sentía”, relató en primera persona. Un impresionante sprint lo hizo llegar al último día con posibilidades de llegar a la meta, y además imponer un nuevo récord mundial.
El organizador lo esperó con una hebilla conmemorativa y lo felicitó de manera personal: “Felicitaciones. Sos la segunda persona que completa esta carrera, pero fuiste tres horas más rápido que el otro muchacho. Ésta es una de las carreras más duras en Estados Unidos y le pateaste el trasero”.
Uno de los detalles que resaltó al finalizar el evento fue cómo pudo superar las horas de oscuridad y frío. “Lo más sorprendente fueron esas terribles noches heladas de casi catorce horas, donde tenía que mantenerme en movimiento sí o sí, porque si no me congelaba. Ahí aparecen las alucinaciones, los miedos, los terrores, los pánicos, y tuve que luchar contra todo eso”. Y admitió que esa es la principal razón por la que los demás participantes abandonaron: “Por el pánico que sienten en la noche”.
Finalmente, Aníbal logró cumplir el objetivo que se planteó desde el primer día que nació su pasión por correr. “No estaba en mis planes previamente, pero metí todo lo que tenía realmente y le gané por tres horas al anterior. La verdad es que fue una patriada. El premio era una hebilla muy importante y cuando llegué ni siquiera la habían grabado porque pensaban que no lo lograría”, añadió orgulloso de su impresionante esfuerzo.
Lo sucedido en Estados Unidos entra en el podio de grandes momentos en la carrera de Lavandeira, que anteriormente había completado una carrera de 500 kilómetros en Francia, donde terminó 12° entre más de 50 participantes. “Nunca pensé que llegara a arriesgar tanto en mi vida para poder lograrlo y nunca pensé que lo lograría, que iba a tener la capacidad de sufrir tanto para poder alcanzarlo”, concluyó.
SEGUIR LEYENDO: