Al ex futbolista Terry Kennedy, quien tuvo que alejarse del profesionalismo a causa de las lesionas, la vida le ha dado una gigantesca sorpresa. El ex jugador de Sheffield United, retirado hace unos años por sus problemas de rodilla, escuchó en un llamado telefónico la palabras que cambiaron su vida: se ganó un millón de libras esterlinas (USD 1,4 millones) en la lotería nacional en Inglaterra.
Kennedy había debutado a los 17 años en el cierre de la temporada 2010/11, en un partido ante Swansea City at the Liberty Stadium. En aquel entonces Los Sables militaban en el Championship (segunda división) y atravesaban uno de los peores momentos de su historia, ya que ese año tuvieron hasta tres entrenadores y no lograron evitar un nuevo descenso de categoría.
Debido a sus lesiones en la rodilla, Terry Kennedy no logró tener tanto rodaje como Harry Maguire, su compañero de zaga en la divisiones inferiores, quien logró más regularidad en la League One y actualmente es el capitán del Manchester United. Por eso, pese a cumplir su sueño, Kennedy hizo un camino muy diferente: se marchó al Cambridge United, donde jugó solamente dos encuentros en un año.
Su carrera no iba para nada bien, había jugado solamente 30 partidos en siete temporadas. Probó suerte en clubes más modestos del ascenso inglés como Afreton Town y Harrogate Town, hasta que finalmente tuvo que decirle adiós al fútbol por los constantes problemas físicos.
Por estos días, con 28 años y ya alejado por completo del fútbol, recibió el llamado que cambió su vida. De hecho, en el video que se viralizó en las redes sociales, se lo ve a Kennedy vestido con un chaleco refractario y se escucha a sus compañeros de trabajo alrededor suyo. Con el boleto rosa de la lotería en la mano y sin poder creer lo que sucedía, recibió la noticia de que era el ganador.
“Terry ¿Estás listo?”, le consultó la operadora. “Acabo de confirmar que ganaste un millón de libras esterlinas”, le advirtieron. La frase no llegó a completarse porque sus compañeros estallaron de emoción mientras Terry Kennedy comenzó a llorar y agarrarse la cara. Las imágenes de su felicidad se expandieron rápidamente por las redes sociales.
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