José Ramón Fernández es uno de los periodistas mexicanos, enfocados al deporte, que más respeto tienen entre sus compañeros de profesión. Una extensa trayectoria, marcada por polémicas y batallas en los frentes más cruentos, le han hecho ganarse la admiración de colegas, rivales y audiencia.
Para conseguir todo cuanto se ha propuesto, Joserra ha tenido que marcar una línea muy clara entre lo que representan las relaciones personales y las profesionales. Dicho de otro modo, él no va al trabajo a hacer amigos, sino a trabajar de la mejor forma posible con sus compañeros para alcanzar los objetivos de la empresa que lo emplea.
Así lo reveló en entrevista con el canal Hora Cero. Uno de los hombres de la industria que mejor conocen a Fernández es Carlos Albert, que compartió pantalla con José Ramón tanto en Imevisión como en ESPN. El entrevistador recordó una frase de Albert para El Universal en la que decía que José Ramón era obsesivo del trabajo al que no le gustaba hacer amigos y la respuesta fue contundente.
Cuando Fernández escuchó la aseveración, se encargó de matizarla aunque otorgó razón a su colega. Además recordó que él tenía más responsabilidades que nadie. “Exagera (Albert). Todo el peso caía sobre mí. Ellos decían: ‘Dame mi boleto, qué partido narro, y mis viáticos. Y además quiero ir al Mundial y a los Juegos Olímpicos’”, recordó Joserra sobre el rol de jefe que tenía en Imevisión, que después se convirtió en TV Azteca.
“No te daba tiempo de tener amigos. El amigo quiere ir a comer, ir a cenar, ir a chupar”, mencionó sobre el tiempo que le absorbía su cargo de jefe
Gracias a ese sentido de la responsabilidad, fue que Fernández logró ejercer liderazgo incluso en personas que eran más grandes que él. “La ventaja que tenía yo era que Albert era mayor que yo y lo fastidiaba. Le decía: ‘Eres mayor que yo, compórtate’”, recordó de manera cómica José Ramón sobre los días en los que compartió pantalla con el hoy retirado comunicador.
Juntos, José Ramón y Carlos, tuvieron que lidiar con una época que era especialmente difícil para los periodistas críticos y no alineados con la opinión predominante. “Albert y yo siempre fuimos compañeros y él siempre estaba vetado. En el 86 luchamos por su acreditación terriblemente. Vetado en el 90, se subió al barco conmigo y lo echaron también”, rememoró sobre el emblemático caso de Los Cachirules, que le costó al Tri asistir al Mundial de Italia.
También en el adiós de Albert de ESPN José Ramón intervino en favor su compañero de mil batallas. “Se fue de ESPN, a pesar de que pedimos que no se fuera”. Fernández recordó que Albert ya había recibido cuatro cartas de amonestación. La quinta fue la vencida. La empresa decidió prescindir de los servicios de un periodistas tan controversial como crítico. Así, las cartas de Albert fueron echadas.
Ahí ya nada pudo hacer José Ramón por mantener en el equipo a Carlos, que emprendió una larga odisea por diversos medios de comunicación hasta retirarse hace algunas semanas. José Ramón, más allá de su polémico estilo profesional, ha recibido numerosos comentarios que elogian su capacidad para darle oportunidad a los nuevos valores que él consideraba aptos para llegar a la cima de la industria.
Así fue como sucedió con Christian Martinoli y con Antonio Rosique, que han comentado en diversas ocasiones el impacto diferencial que tuvo el respaldo de José Ramón Fernández. Hoy en día ambos ocupan lugares privilegiados dentro de los medios de comunicación.
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