El mundo del pugilismo se paralizó con la más reciente noticia de Saúl Canelo Álvarez. Luego de conquistar el título indiscutido en las 168 libras, puso la mira en el campeón de peso crucero por el Consejo Mundial de Boxeo (CMB). La decisión implica, además de subir dos categorías de forma súbita, implementar un evidente cambio físico para que pueda pelear en igualdad de condiciones con Ilunga Makabu. No obstante, eso podría tener otras repercusiones.
En la actualidad, el pugilista originario de Guadalajara, Jalisco, se encuentra en el peso reglamentario de la categoría de los supermedianos. De acuerdo con la cifra registrada en el día previo a su pelea contra Caleb Plant, presentó 76.20 kilogramos de peso. Sin embargo, para ascender a la división de los cruceros, con límite superior en las 200 libras, debería subir de cuatro a 14 kilos.
Esta no sería la primera ocasión que Canelo afronta un reto de este tipo. En años anteriores, cuando se consolidó como boxeador de peso welter, tomó la decisión de incursionar en categorías superiores como el peso medio, supermediano y hasta el semicompleto. En todas ellas los resultados fueron favorables pues, a pesar del notable aumento en el tonelaje, su récord invicto se mantuvo. Solamente cayó contra Floyd Mayweather.
El súbito aumento sí tendrá repercusiones en su desempeño. La fuerza, que es una de las cualidades que lo acompañan desde sus primeros pleitos como profesional, se verá beneficiada con el aumento controlado en su masa muscular, por lo que sus golpes podrán causar más daño a los adversarios. Sin embargo, deberá contar con el tiempo suficiente para adaptarse a otros obstáculos.
Uno de los principales factores en contra con el aumento de su masa, será su capacidad aeróbica, es decir, que podría experimentar un nivel de cansancio superior al habitual durante los tres minutos que dura un round. De acuerdo con diversas voces autorizadas en la disciplina, entre más peso se lleve al cuadrilátero, mayor será el gasto y consumo de oxígeno para la actividad física.
Otro de los detalles que tendrá que adoptar es la posible pérdida de movilidad y velocidad en los ensogados. Dicho rasgo es más evidente. En las peleas entre boxeadores de mayor tonelaje es más habitual presenciar duelos menos rápidos y con combinaciones de golpes más enfocadas al daño que a la cantidad de impactos que puedan conectarse. Sin embargo, ese podría no ser un problema para Álvarez.
Luego de defender sus títulos de peso medio contra Daniel Jacobs, en mayo de 2019, decidió retar a Sergey Kovalev en la categoría de semipesado. En ese momento, la decisión de brincar un par de categorías también causó polémica, aunque salió airoso del encuentro. Luego de conquistar su cuarta categoría, optó por bajar una supermedio y comenzar el camino a la gloria que finiquitó contra Caleb Plant.
En esta ocasión el reto podría ser similar. En caso de vencer a Makabu en peso crucero, podría adoptar la confianza suficiente para volver a semipesado y comenzar otro camino sinuoso para conquistar todos los cinturones de las 175 libras. De hecho, de acuerdo con declaraciones de Eddy Reynoso, ya tendría en mente retar a los rusos Dmitry Bivol y Artur Beterbiev por sus títulos mundiales.
La única certeza es que el boxeador mexicano se montará en mayo o junio de 2022 con un cuerpo notablemente diferente. Si bien sería ideal aumentar su peso hasta las 200 libras, podría darse una licencia y no subir tanto, pues está en la posición de confiar en el poder que ha exhibido a lo largo de cuatro categorías con sus golpes.
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