Una vez que terminó el clásico ante Brasil, los jugadores de la selección argentina sabían que todavía no habían logrado el objetivo de clasificar al Mundial. Pero pocos minutos más tarde, con el triunfo de Ecuador en su visita a Chile, todo cambió y el plantel comenzó a festejar la clasificación a Qatar 2022 que coronó un año perfecto para la Albiceleste.
Es que como dijo el propio Lionel Scaloni tras el empate en San Juan, su equipo logró cortar la sequía de títulos con la conquista de Copa América en tierra brasileña y además logró mantener un invicto de 27 partidos, la racha más larga en la actualidad para una selección en el fútbol del mundo. Pero más allá de las estadísticas, el vestuario celeste y blanco explotó con los festejos por sacar boleto a la próxima Copa del Mundo.
Con Nicolás Otamendi como el elegido para registrar la intimidad de la celebración, Dibu Martínez volvió a ser protagonista con su ya clásico festejo que se inmortalizó durante la última Copa América en medio de la tanda de penales contra Colombia en semifinales. Mientras todos cantaban “Hay que saltar, hay que saltar, el que no salta, no va al Mundial…”, el arquero del Aston Villa miró a cámara y recreó la pose que hizo en la definición que terminó con el pase de la Selección a la final del torneo continental.
En la celebración, que desplegó a todos los futbolistas en el vestuario del estadio San Juan del Bicentenario, también se pudo ver a un activo Rodrigo De Paul, que después de dejar una chicana contra Brasil en sus primeras palabras post partido, fue uno de los más activos en los festejos.
Una vez que la delegación dejó la cancha, los futbolistas se repartieron en dos charters. Lionel Messi junto a Ángel Di María y Leandro Paredes se tomaron un avión con destino directo a París para sumarse en las próximas horas al PSG, mientras que el resto voló rumbo a Buenos Aires. En la aeronave siguieron los cánticos y uno de los que apareció en escena fue Mario De Stéfano, el histórico utilero de la selección argentina.
Otra vez, con una canción de fondo que decía “soy argentino, en las buenas y en las malas…”, Marito se sumó a los festejos con los futbolistas: se sacó la chomba, quedó en cuero y empezó a saltar en el medio del avión. A los pocos segundos, el que se le sumó fue Giovani Lo Celso mientras otros jugadores como el propio Dibu Martínez y Joaquín Correa no paraban de golpear el techo del transporte.
San Juan vibró al ritmo de la Selección en los últimos días. La gente se agolpó para intentar sacar una entrada para ver a Messi. Lo mismo ocurrió en la puerta del hotel donde paró el plantel argentino: cientos de fanáticos esperaron para ver a sus ídolos y tuvieron su premio: ni bien la delegación pisó la provincia, una vez que llegó al que fue su búnker por algunas horas, los futbolistas salieron a saludar a los hinchas.
Más allá del análisis de lo que dejó 2021, Messi y el resto de la Selección ya ponen el foco en lo que será un 2022 con pocos partidos en la antesala al gran objetivo que perseguirá el capitán argentino. Hay que destacar que tras el cierre del año, Argentina tiene al día de hoy sólo cinco partidos confirmados para jugar en la previa al Mundial de Qatar: los cuatro que restan por las Eliminatorias Sudamericanas y el duelo ante Italia, a jugarse en junio del año próximo. La Albiceleste se verá las caras contra La Nazionale, en un duelo de campeones de la Copa América y la última Eurocopa. El dato a seguir será si para entonces el conjunto de Roberto Mancini habrá podido ganar el repechaje europeo o repetirá su ausencia mundialista, como en Rusia 2018.
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