Antonio Rosique y su voz ya ocupan un lugar especial en la televisión mexicana. Durante muchos años, gracias a sus emotivas narraciones, se ganó una consideración preferente en el público aficionado a los deportes. Resulta imposible de ignorar aquella mítica narración del triunfo olímpico de Guillermo Pérez, en la que derramó lágrimas y conmovió a todos los espectadores.
Además de enfocarse en el futbol y en los deportes olímpicos, El Gasero, como le apodó su compañero Christian Martinoli, también ha incursionado en los reality shows, tal fue el caso de Exatlón México, programa en el que su popularidad se ha elevado todavía más. Sin embargo, lejos del éxito reciente, hubo un momento de su carrera en el que pensó seriamente en renunciar a TV Azteca.
El motivo no tenía que ver con insatisfacciones propias de su profesión, sino porque había otro sueño que se cruzó en su camino. Así lo contó en entrevista para el canal de YouTube de Javier Alarcón. Todo comenzó cuando Rosique se ganó una beca para estudiar la maestría en Industrias del Futbol en la Universidad de Liverpool.
Rosique ya tenía en mente intenciones muy claras y no le daba miedo de perder su lugar en el equipo de deportes de la televisora. “José Ramón es mi gran maestro. El hombre que forjó mi carrera. Yo me gano la beca, era previo a los Olímpicos de Atenas 2004. Yo sabía que una oportunidad de esas no la podía dejar pasar. Yo ya sentía que necesitaba estudiar esa maestría, tener una experiencia internacional, porque de lo contrario me iba a estancar”, recordó.
Aunque ya era un integrante de peso en el equipo de Los Protagonistas, Rosique estaba dispuesto a entregar su renuncia con tal de seguir su sueño. “Dije: ‘Me acabo de ganar esta beca y me voy a ir’. Yo iba dispuesto a entregarle la renuncia. Y José Ramón me dijo: ‘No vas a renunciar, te voy a apoyar. Voy a encontrar la manera de apoyarte’”, fueron las palabras del legendario periodista que hoy trabaja en ESPN.
Después de aquella propuesta, Rosique recibió todo el respaldo por parte de su jefe. “Dicho y hecho. Fuimos a los Olímpicos. Tuvo el gran detalle de invitarme, sin que yo me lo mereciera, a la ceremonia de clausura, darme diez minutos al micrófono en la ceremonia de clausura, como si fuera una despedida”, comentó el conductor.
El apoyo se mantuvo durante todo el tiempo que pasó en Inglaterra. “Me fui a estudiar. Nunca me hizo renunciar. Nunca tramitó mi baja. Al contrario, al mes y medio, me dijo que mandaba un dinero extra, un pequeño sueldo, para que yo le mandara unos reportes para Los Protagonistas de la tarde, En realidad, me dio una segunda beca, apoyó mi sueño, y luego me convirtió en corresponsal”, apuntó Rosique.
Debido a esas actitudes, Rosique no tiene dudas de la influencia que tuvo Joserra en su carrera como comunicador. “Yo con José Ramón solo tengo agradecimiento, solo tengo un cariño entrañable. Y esa gratitud de que sin José Ramón yo no estaría aquí. Por supuesto que es un hombre de mil batallas, un hombre que cuando te presionaba... con nadie he sentido yo más presión que con él”.
Más allá de su conocido carácter, los aspectos positivos siempre salían a relucir. “Te podía poner hasta arriba o te podía poner hasta abajo. Al final, después de tantos años, me forjó como el profesionista que soy. Me enseñó a jugar las grandes ligas”, rememoró sobre sus días a las órdenes de Fernández.
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