Mientras la euforia y la expectativa dominaban al planeta por el Mundial de Rusia en 2018, no muy lejos de allí, en Inglaterra, se generaba un clima similar, aunque en una escala menor y con otra competencia paralela, la Copa Mundial de la CONIFA, una entidad que tiene una fuerte organización y que reúne a países que no son reconocidos políticamente o que no tienen acceso a la FIFA.
De hecho, la CONIFA, (Confederation of Independent Football Associations), que alberga a federaciones de países que reclaman su reconocimiento internacional, se autodefine como “una organización-paraguas global para los equipos nacionales que no están bajo el auspicio de la FIFA: aquellos que representan naciones, minorías o regiones culturales, subordinadas o aisladas y con altos estándares éticos”.
Esta FIFA paralela parece calzar perfectamente en tantos casos de regiones o países que reclaman su reconocimiento oficial, como naciones o países procurando escindirse de los Estados nacionales de los que forman parte, y estas organizaciones deportivas suelen ser vías importantes para dar pasos en ese sentido.
Es sabido que, por ejemplo, entidades deportivas globales como el Comité Olímpico Internacional (COI) o la FIFA, suelen recibir permanentemente propuestas de nuevas federaciones que representan a entidades no reconocidas políticamente para afiliarse y de esta forma, iniciar un camino de autonomía.
También hay casos como el de Mónaco, cuyos equipos pueden disputar torneos en la UEFA, pero como selección no puede participar al no tener una liga propia.
En el caso de la CONIFA, incluye equipos de kurdos (que suele decirse que es el pueblo sin Estado más numeroso del mundo, con una población de unos 35 millones repartida entre Irán, Irak, Siria y Turquía), tibetanos (Tibet es una provincia de China, pero el Dalami Lama, líder espiritual del budismo tibetano, vive en el exilio en India y el equipo proviene de esa comunidad tibetana exiliada), uigures (habitantes musulmanes de la región autónoma de Sinkiang, en China, donde existe un movimiento separatista), chipriotas del norte (bajo el control de los turcos), Padania (movimiento separatista del norte italiano) y País Székely (minoría húngara en Rumania con tintes extremistas). Entre los sudamericanos aparecen los mapuches y los rapa nui.
La CONIFA fue fundada el 7 de junio de 2013 y apenas un año después, en junio de 2014, ya organizó su primer Mundial en Ostersund, Suecia. Justamente en ese país, en la ciudad de Pitea, tiene actualmente su sede, aunque por estatuto puede ser cambiada en cualquier momento si así votan sus miembros asociados.
La entidad internacional utiliza lemas como “Unidad a través de la diversidad”, o “Pasión y compromiso” y también se auto define como “la federación de fútbol de todas las asociaciones fuera de la FIFA, sin fines de lucro y de actuación global que apoya a representantes de equipos de fútbol internacionales de naciones, naciones de facto, regiones, pueblos minoritarios y territorios deportivos aislados, como también contribuye a la mejora de las relaciones globales y el entendimiento internacional”.
Entre sus objetivos cuenta con “construir puentes entre personas, naciones, minorías y regiones aisladas de todo el mundo a través de la amistad, la cultura y la alegría de jugar al fútbol”, asume su compromiso “con el juego limpio y la erradicación del racismo” y se considera “una organización líder por fuera de la FIFA”.
Está dividida en seis continentes, al igual que la FIFA, por lo que divide también al americano en la parte del Norte, Centro y el Caribe y la del Sur y está integrada por 59 federaciones que conforman una comunidad futbolística de 166.843.377 personas en todo el mundo, que practican no sólo el tradicional juego de once sino también el fútbol playa, el futsal, y hasta torneos para personas con distintas capacidades con equipos de siete miembros con canchas y arcos más chicos.
Entre los últimos torneos organizados por CONIFA se encuentran el Europeo “Sin Límites” de 2019 - el primer campeonatos para equipos con capacidades diferentes, jugado del 1 al 13 de enero en el “Stade des Moneghetti” en el Principado de Mónaco, y como especialidad de “Fútbol 7″ y sin aplicación de la regla del fuera de juego y con permiso de cambios ilimitados- y por supuesto, la Copa del Mundo de 2018, del 31 de mayo al 9 de junio, en el que Karpatalaia (minoría húngara en Rumania compuesta por 156.600 personas ubicadas mayormente en el Óblast de Zakarpatia) fue el campeón, seguido de Chipre del Norte, Padania, y País de Székely (zona histórica y etnográfica de Rumania habitada por los székelis, un subgrupo del pueblo húngaro del este de Transilvania) y sin participación de equipos latinoamericanos.
La anterior Copa del Mundo se había llevado a cabo en Sujumi, Abjasia (Estado independiente en la costa oriental del Mar Negro sólo reconocida por Rusia, Nicaragua, Venezuela y otros Estados que tampoco son reconocidos oficialmente) en 2016, aunque todavía la organización era precaria.
Para las Copas del Mundo se juegan torneos de clasificación y hay en juego diez plazas, según aprobó el Comité Ejecutivo en 2017 (en 2018 fueron 4 de Europa, 2 de África, 2 de Asia, 1 de Oceanía y 1 de Norteamérica) pero se permite un “wild cards” o “acceso por invitación”, que debe decidirse antes de los nueve meses del inicio del torneo y puede haber, por causas excepcionales, un segundo equipo convocado. Tal como ocurría anteriormente en la FIFA, el campeón mundial se clasifica de manera automática para la competencia siguiente.
La última reunión anual de la CONIFA se llevó a cabo entre el 26 y el 27 de enero en el hotel Witek de la ciudad de Krakow, en Polonia. El discurso de la organización suele ser de muy bajo perfil y sus dirigentes no son mencionados y no tienen la intención de que sus nombres aparezcan.
La lista completa de los integrantes de la CONIFA es la siguiente:
Europa: Abjasia, Artsaj, Chameria, Cornwall, País de Niza, Delvidek, República Popular de Donetsk, Isla de Elba, Ellan Vanin, Felvidek, Karpatalia, República Popular de Luhansk, Mónaco, Chipre del Norte, Occitania, Padania, Raetia, Pueblo Romaní, Sapmi, Sardenia, Sicilia, Osetia del Sur, País de Szekely, Las Dos Sicilias, Armenia Occidental e Yorkshire.
Asia: Suryoye Aramea, Turkistán del Este, Karen, Kurdistán, Lezghian, Panjab, Rohinga, Ryukyu, Tamil Eelam, Tibet, Unión de Coreanos en Japón, Papúa del Oeste.
África: Barawa, Barotseland, Basotho, Biafra, Islas de Chagos, Cabilia, Matabeleland, Somaliland, Sahara del Oeste, Yoruba y Zanzíbar.
Sudamérica: Mapuche y Rapa Nui
Oceanía: Australians First Nations, Hawaii, Kiribati y Tuvalu.
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