Valentino Rossi se bajó de la moto: a sus 42 años, el nueve veces campeón del mundo de motociclismo italiano puso fin a su trayectoria en MotoGP luego de disputar el Gran Premio de Valencia. Tras 26 temporadas en los circuitos, El Doctor cerró una era de dominio absoluto en la que sumó siete títulos de 500 cm3 y MotoGP entre 2001 y 2009 a bordo de Honda y luego con Yamaha.
Su vida deportiva quedará bajo el marco de leyenda con 115 victorias (89 en MotoGP, lo que marca un récord), 235 podios (de los cuales 199 en la Máxima y suman otra cifra histórica) y la carrera más longeva en la categoría reina del motociclismo.
El italiano ganó un título con una moto de 500 cm3 en 2001, antes de que las máquinas fueran sustituidas por las de 1000 cm3. Se llevó otros seis campeonatos con estas motos (2002, 2003, 2004, 2005, 2008 y 2009), elevando a nueve su número total de coronas mundiales con las logradas con Aprilia en 125 cm3 en 1997 y en 250 cm3 en 1999.
No obstante, tuvo que ceder su puesto al español Marc Márquez, ganador en seis ediciones (2013, 2014, 2016, 2017, 2018 y 2019), y ha visto su brillo debilitarse en los últimos cuatro años.
Su última victoria data de 2017, mientras que su última pole fue en 2018 y su último podio en 2020. Ese año sólo pudo acabar 15º en la clasificación de pilotos. Una situación llamativa si se tiene en cuenta que él nunca había acabado fuera del Top 10 desde sus inicios en 1996.
Relegado en 2021 a Yamaha-SRT, el equipo satélite de la marca japonesa, y sustituido en la escudería oficial por el nuevo campeón del mundo francés Fabio Quartararo, Rossi puso punto final a su etapa deportiva. “Si hubiera sido más competitivo, habría seguido”, explicó el italiano en la última rueda de prensa.
Charlatán, bromista y encantador. El carismático piloto recibió el afecto del deporte motor durante años. Pero también sus adversarios le temían por su forma de conducir en el asfalto. “He tenido grandes rivalidades y las he apreciado todas. Especialmente en la primera parte de mi carrera ya que ganaba más”, afirmó. “Si hubiera que destacar una, diría la que tuve con Max Biaggi”, continuó en referencia a otro italiano con el que las relaciones eran más que tensas. También quedarán en el recuerdo sus cruces con el australiano Casey Stoner, el español Jorge Lorenzo y finalmente con el catalán Marc Márquez.
Al principio, Rossi aceptaba los cumplidos de su rival de Honda, 14 años más joven que él, pero las relaciones se fueron enrareciendo a medida que el español ganaba títulos, hasta un enfrentamiento en el GP de Argentina de 2018. En aquella ocasión se vivió la lucha más feroz y ambos protagonistas aceptaron reconciliarse un año más tarde.
Valentino siempre se mostró orgulloso de haberse convertido en un icono internacional y de haber hecho crecer su deporte. El número de vestimentas y banderas amarillas, su color fetiche, adornadas con su número de carrera, el 46, presentes en las tribunas dan cuenta de ello. Del mismo modo que su capacidad para sacar beneficio económico de su imagen.
Más allá de sus títulos, Rossi siempre llamó la atención por su personalidad y sus excentricidades. Detener su moto en el borde de la pista para orinar, llevar un casco Viagra o ponerse pelucas estrafalarias tras sus victorias son algunos ejemplos de las locuras que improvisó a lo largo de los años. Seguramente, será una de aquellas figuras que los fanáticos extrañarán por mucho tiempo.
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