Darío Silva jugó en clubes de Italia, España e Inglaterra, tres de las ligas más importantes de Europa. Representó a la selección de Uruguay en la Copa Mundial de la FIFA de Corea-Japón 2002 y es una voz autorizada para analizar el cruce entre el combinado de su país y el de Lionel Scaloni en Montevideo, correspondiente a una nueva fecha por Eliminatorias de cara a Qatar 2022.
“Sí nosotros no sacamos puntos ante Argentina, estamos afuera del próximo Mundial. Firmo el empate, de lo contrario se nos va a complicar todo”, remarcó el ex delantero uruguayo, quién vistió la camiseta de la Celeste en 49 ocasiones y anotó 15 goles.
“El ciclo de Tabárez es un fracaso. En Uruguay no hay ninguno que tenga los huevos bien puestos para echarlo, ése es el maldito problema. No hay ninguno que tenga el carácter suficiente para decirle: ‘Ya está, ya bastó´. Todos están acojonados porque los tiene bajo presión. Tabárez no puede seguir dirigiendo a este seleccionado”, sentenció el oriundo de Treinta y Tres, departamento ubicado a 290 km de Montevideo.
Silva debutó en Defensor Sporting en 1991. Dos años más tarde, pasó a Peñarol y en 1995 pegó el salto a Europa. Fue fichado por el Cagliari italiano durante tres temporadas. Pero sus mejores años los vivió en España. Tras un paso intrascendente por el Espanyol, llegó al Málaga en 1999 y se mantuvo cuatro años. Fue allí donde mostró su mejor versión, antes de recalar en el Sevilla en el 2003; y cerrar su carrera en el Portsmouth de Inglaterra en el 2006. Aunque durante todo ese periplo de clubes fue jugador xeneize... Por menos de un día.
“Fui jugador de Boca por siete horas en 1991. Recuerdo que firmé el contrato a las 12 del mediodía y a las siete de la tarde rompimos el vínculo, porque llegamos a un acuerdo que me pareció más interesante con Defensor Sporting”, reconoció el hombre de 49 años, que reside en Madrid, España.
Pero el 23 de septiembre de 2006 su vida dio un vuelco para siempre. Se acabó su carrera producto de un accidente que protagonizó en la Rambla de Montevideo cuando manejaba su camioneta junto al futbolista Dardo Pereyra y al ex jugador Elbio Papa. El velocímetro se acercaba a los 100 kilómetros por hora cuando el conductor se despistó para agarrar un pedazo de pastafrola que cayó entre los pedales y perdió el control del vehículo que chocó con una farola de cemento del alumbrado público con tanta violencia que se derrumbó sobre el auto. De los tres, fue Silva el que se llevó la peor parte.
“El doctor me amputó la pierna derecha porque si no lo hacía me moría, ya que existía un riesgo del 99 por ciento de perder mi vida. Entonces hicieron todo lo posible para salvarme”, reveló el ex delantero en un mano a mano con Infobae.
-¿Qué es de su vida, Darío?
-Estoy muy bien, disfrutando un poco de la vida que es lo más importante de todo. Estoy en Madrid porque con el trabajo que tengo debo mirar mucho fútbol. Estoy radicado en la Capital. Soy scouting del Cádiz Fútbol Club. Es una bonita experiencia.
-¿Está urgido de trabajar?
-No, lo hago por amor al fútbol. Trabajo con gente amiga con la simple idea de mirar hacia el futuro. Tenemos una buena conexión que es lo que más importa. Queremos seguir en Primera luchando para competir a nivel europeo en los próximos años.
-¿Cómo se imagina el juego entre Uruguay y Argentina?
-Son dos equipos combativos y prestigiosos a nivel de Copa América y Mundiales. Los dos hemos ganado muchísimo y cuentan con grandísimos jugadores. Son los partidos más bonitos que uno desea disputar. Porque vestir la camiseta de tu país es jugar contra todos. Estar en una selección ya es importante. Será un juego muy fuerte; un clásico rioplatense y hay que tomarlo como tal.
-¿Está de acuerdo con el proceso que lleva adelante Oscar Tabárez como entrenador?
-No, para nada. Un técnico que lleva 15 años al frente del seleccionado uruguayo, que ganó una sola Copa América y que ha clasificado a un Mundial una sola vez de manera directa, muestra un proceso bastante pobre y fuera de lo normal. Porque, si uno se pone a pensar realmente, los mismos equipos que juegan las Eliminatorias son los que disputan las Copas Américas. ¿Como es posible que tengamos 15 copas y no podamos clasificar a los mundiales finalizando en la primera o segunda ubicación de la tabla?
-¿Es un ciclo exitoso el de Tabárez?
-No, el ciclo es un fracaso. Pagarle tanto dinero a un entrenador como Tabárez para salir campeón una vez sola es muy ridículo. En Bolivia sería un proceso positivo, pero en Uruguay no podés estar 15 años en un seleccionado y ganar sola una Copa América. Ojalá que le ganemos a Argentina porque si no se nos va a complicar todo.
-Hay jugadores como Edinson Cavani y Luis Suárez que son cuestionados. ¿Está bien que eso suceda?
-Lionel Messi también fue cuestionado en Argentina hasta que ganó la Copa América 2021. Yo quiero a ambos jugadores siempre en el equipo. En Europa, los dos marcan diferencias, eso significa que son buenos, ¿no?
-¿El problema es el técnico o los jugadores?
-El problema es el técnico que no cita a los futbolistas adecuados para poder asistir a los delanteros que tenemos, que son gladiadores en el mundo. Los futbolistas están bien. No podés poner a todos en la misma bolsa. Algunos pueden jugar, otros no. Pero, ¿cómo vas a traer al mejor mediocampista que tenemos en Italia que es Nahitan Nandez y ponerlo de lateral por derecha? Este señor está muy errado y comete muchísimos errores que lamentablemente nos pueden costar la clasificación.
-¿Cree que ahora es el momento para cambiar al director técnico?
-Ahora, mañana, no importa cuándo, pero hay que hacerlo. En Europa te echan faltando uno o dos partidos para el Mundial. En Uruguay no hay ninguno que tenga los huevos bien puestos para echarlo, ese es el maldito problema. No hay ninguno que tenga el carácter suficiente para decirle: “Ya está, ya bastó”. Todos están acojonados porque los tiene bajo presión. Tabarez no puede seguir dirigiendo a este seleccionado.
-¿A qué se refiere con “bajo presión”?
-Porque maneja toda las selecciones. Desde la Sub 15 hasta la Mayor, no puede estar en todos lados. ¿Cómo puede estar un director técnico conduciendo un seleccionado de fútbol en esas condiciones, hoy en día? Uno puede aceptar que una persona así pueda estar entrenando, pero no en un equipo de Primera o en una selección importante como la de Uruguay.
-¿Qué le preocupa del seleccionado que comanda Lionel Scaloni?
-Todo me preocupa, porque van a querer venir a dejarnos afuera del Mundial. Argentina sabe que si nos gana quedamos afuera de Qatar 2022. Ojalá me equivoqué, pero si nosotros no sacamos puntos, estamos afuera del próximo Mundial.
-¿Firma el empate?
-Sí, firmo el empate, aún sabiendo que nos faltarán diez jugadores importantes. Lograr un punto sería lo más lógico. Un empate para nosotros sería como el sabor de una victoria. Jugamos en casa y acá debemos mandar nosotros, porque si no va a entrar el vecino y se llevará la nevera, como digo siempre.
-¿Qué balance hace de su paso por el seleccionado uruguayo?
-Negativo, pero adquirí una gran experiencia y algunas satisfacciones que es lo más importante de todo. Lo que uno más desea cuando va a la selección es ganar un título; una Copa América o un Mundial. Estuve muchísimos años usando la número 9, que es uno de los puestos más importantes. Para mí, siempre fue un prestigio vestir la camiseta de mi país.
-¿Por qué dejó el fútbol?
-Ya estaba cansado del juego. Llevaba mucho tiempo compitiendo al 120 por ciento. Llegó un momento que le dije basta a la pelotita, antes de que el fútbol me echara. Me alejé porque quise y por circunstancias de la vida, como el accidente que tuve. Además, decidí pasar los últimos momentos de la vida de mi padre a su lado, eso fue fundamental para colgar los botines. Me dijo: “Me queda poco tiempo de vida”. Y decidí estar a su lado, pasarlo con mi papá; y no con el fútbol. Si no fuera por él, no me hubiera dedicado a ese deporte. Fue la manera de agradecerle por todo y estar tranquilo con mi conciencia.
-¿Le costó gestionar su vida luego del retiro?
-No para nada. Sabía que era un divertimento el fútbol y lo tomé como tal. Me retiré a los 32 años y estuve los últimos 12 en Europa. Así que disfruté más de doce temporadas al máximo. Terminé bien económicamente. Hice un colchón de dinero que me permitió llevar adelante un emprendimiento que siempre deseé.
-¿Cuál fue?
-Puse una pizzería, donde estuve trabajando como camarero durante un tiempo. La idea fue publicitarla en Málaga, España, hasta que me salió este trabajo en Cádiz. Como camarero fue la experiencia más bonita que tuve. Porque había que llevar gente, hacer conocer la pizzería y publicitarla por todos lados. Me fue muy bien. Había que empezar de cero para construir una montaña que hemos logrado. Mi emprendimiento sigue latente, pero yo hoy tomé otro camino. Hace un año y medio que lo dejé en buenas manos.
-¿Cómo sucedió ese accidente que le cambió la vida?
-Tenía 34 años y estaba en Montevideo. Son milésimas de segundos en las que que suceden las cosas. Una distracción como cualquier otra, como pasa en la Fórmula 1. La puedo contar pero hubo otros que no. Estoy agradecido a los doctores que me salvaron la vida. Hicieron todo lo posible para salvarme la vida. Me distraje para agarrar un trozo de pastafrola que se había caído y choqué. Cuando me levanté, quise frenar, pero sin querer apreté el acelerador y no pude controlar el auto. Ahí se terminó el mundo.
-¿Cómo fue ese despertar en el hospital?
-Estaba solo, y como yo iba con dos amigos en el momento del accidente, pensé que estaba en la casa de uno de ellos, donde fui muchas veces. La casa no era de esa manera, ni tenía esas camas. Me preocupé un poco y me bajé de la cama para ver dónde estaba. Gracias a Dios bajé con el pie izquierdo, cosa que nunca hago. Me puse la zapatilla izquierda y cuando me fui a poner la derecha me pregunté qué pasaba que no enganchaba la zapatilla. Ahí miré y me di cuenta de que me faltaba algo. Entonces vi una ambulancia por la ventana, que estaba abierta. Ahí me di cuenta de que había tenido un accidente. No me había percatado hasta ese momento. Luego, prendí la tele y me enteré de todo lo que había sucedido.
-¿Fue un volver a nacer?
-Fue un continuar, como siempre se dice. Fue un obstáculo en la vida que pude atravesar. Algunos saben sobresaltarlos, otros no.
-¿Es cierto que tenía más de 3.000 dólares en los bolsillos en el momento del accidente y que nunca aparecieron?
-Sí, tenía 3 mil dólares y nunca aparecieron. Fue alguien que se metió adentro del auto y me robó el dinero. Mis amigos vieron quién fue, pero es preferible no dar nombres. Gente que fue a socorrerme, que deben hacer su trabajo como médicos, bomberos o efectivos de la policía. Cuando me recuperé, me devolvieron la mitad de las cosas, pero no el dinero ni la tarjeta de crédito. Y me contaron todo después de un tiempo.
-¿No preguntó por las cosas que le faltaban?
-No, porque eran cosas insignificantes. Hoy el dinero va y viene. Lo encuentras en las calles o lo pierdes por hacer una mala inversión. No tenía la certeza para acusar a alguien o nombrar una cantidad de personas que tal vez no tenían nada que ver.
-¿Cómo fue el momento de enterarse que le habían quitado una de tus piernas?
-Muy difícil. Lo hablé con el doctor. Me dijo que me amputó la pierna derecha porque si no lo hacía me moría, ya que existía un riesgo del 99 por ciento de perder mi vida. Entonces, hicieron todo lo posible para salvarme.
-¿Cuánto tiempo le llevó volver a tener una vida normal?
-Cuando me puse la prótesis volví a la normalidad. En un principio, era todo muy incómodo, pero después me fui adaptando. Necesitaba de mi energía para ir para adelante y eso me ayudó a seguir con mi vida. Me adapté con la prótesis y la llevó bien. Ese día podía haber salido caminando tranquilamente. Todos el mundo me decía: “Mira que tenés que volver a caminar de nuevo”. Eso me tenía preocupado, pero una vez que me la puse fue fácil adaptarme.
-¿Ha hecho algún tipo deporte desde que tiene la prótesis?
-Si, jugué al fútbol, y practiqué remo. Cuando lo hice fue para recaudar fondos para gente humilde que lo necesitaba. Tuve un período de remo, pero ya me retiré.
-¿Qué aprendió luego del accidente que sufrió?
-Que en la vida no hay prisa, que hay que hacer todo con calma. Si llegás cinco y diez minutos tarde, no importa, lo importante es llegar.
-¿Es cierto que lo llamó Diego Maradona luego del accidente?
-Sí, recibí su llamado cuando estaba internado en el hospital de Montevideo. Me dio las energías positivas para salir adelante. Sus palabras fueron muy importantes para sortear el partido más difícil de mi vida que fue el accidente. Fue sensacional escucharlo para salir adelante. No éramos amigos, pero teníamos muy buena relación.
-¿Es verdad que fue jugador de Boca durante 7 horas?
(risas) Sí. Yo había firmado un contrato con Boca porque estaba suspendido en mi país y no podía jugar. Pero sí lo podía hacer en el extranjero. Fui suspendido durante un año por la FIFA durante el Mundial Sub 20 de Portugal en 1991, entones no me permitían jugar en mi país. Recuerdo que firmé el contrato a las 12 del mediodía y a las siete de la tarde rompimos el vínculo, porque llegamos a un acuerdo que me pareció más interesante con Defensor Sporting.
-¿Por qué no aprovechó la oportunidad de jugar en el Xeneize?
-Actué así porque creí que no era mi momento para estar en Boca, porque con los jugadores que estaban ahí no iba a tener oportunidades. De seis meses me bajaron la suspensión a tres y aproveché ese tiempo para entrenarme en Uruguay hasta poder volver a jugar al fútbol en mi tierra. Y volví a jugar en la Liguilla de 1992.
-¿Su cuenta pendiente fue no haber podido jugar en el fútbol argentino?
-Sí, me interesó jugar allí. Tuve propuestas de Colón de Santa Fe cuando me fui del Sevilla y antes de llegar a la Premier League. Por la lesión del Bichi Fuertes, excelente delantero, se comunicaron conmigo, pero preferí quedarme en Europa.
-Es amigo de Sergio Ramos. ¿Cree que se amoldará al París Saint Germain con Messi?
-Sí, le será más fácil. Porque Messi sabrá dónde poner la pelota en las pelotas paradas para que gane de cabeza Sergio, que por arriba es el mejor del mundo. Ramos es un Daniel Alberto Passarella de aquellas épocas. Messi ha demostrado ser el mejor jugador del mundo. Pero hay otros que fueron mejores que él: Pelé, Maradona, Bobby Chartlon, Ronaldhino. El brasileño es uno de los mejores 10 que vi. Te maravillaba con cuatro o cinco jugadas que veías fuera de lo normal. Hoy ya no existe la fantasía en el fútbol. El delantero más parecido a mí es Edinson Cavani. Y debe ser titular siempre, juegue donde juegue.
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