A días de que se cumpla el primer aniversario de la muerte de Diego Maradona, su ídolo máximo, el Napoli decidió homenajearlo con una camiseta especial, que ya lució en el empate ante el Hellas Verona, por la Serie A de Italia, y volverá a defender en los duelos frente al Inter y la Lazio. La casaca, creada en conjunto con el Emporio Armani, fue bautizada como “Maradona Game”, y muestra el rostro del legendario N° 10 en el frente, superpuesta con una huella dactilar. “Buscamos transmitir el legado de la leyenda argentina a la ciudad napolitana a las generaciones más jóvenes”, describieron el diseño desde el club.
Pero también provocó una verdadera guerra judicial que recién está comenzando. El primer signo de que desde el círculo íntimo de Pelusa no estaban al tanto de la situación partió de Diego junior, uno de los herederos del campeón del mundo con Argentina en México 1986.
“La camiseta con la imagen de mi padre fue realizada sin siquiera levantar el teléfono con uno de nosotros, los hijos. El club hizo todo con Stefano Ceci, a quien sí le iniciamos acciones legales porque creemos que el contrato con mi padre sobre el uso de su imagen tras su desaparición no vale más”, reclamó en diálogo con ANSA. El Tano Ceci, en efecto, es el eslabón que explica el conflicto.
Se trata de un amigo del ex fantasista, que supo convertirse en su enlace en negocios en Dubai y Europa; especialmente en Italia. Por ejemplo, fue el impulsor del regreso de Maradona a Nápoles en 2017, en el que vivió de homenaje en homenaje y fue nombrado Ciudadano Ilustre de la ciudad. También fue intermediario con varias cadenas del Viejo Continente que pretendían hacer programas especiales o documentales sobre Diego.
Conoció al Diez, su ídolo, de una manera particular, hace más de 20 años: viajó a Cuba, donde el ex enlace se había afincado en el complejo La Pradera para tratar sus adicciones, para conocerlo. Como no lo dejaron entrar, cual indigente, Stefano decidió hacer base en la puerta. Allí durmió una, dos, tres noches, observando los movimientos del entorno de Maradona, pero sin suerte.
Hasta que Guillermo Coppola, entonces representante del ex capitán de la selección argentina, se apiadó de Stefano e intercedió para el encuentro. Desde allí, no se le despegó más. Así, el Tano fue ganando la confianza del ex futbolista, avanzando casilleros, al punto que en 2015 firmó el libro “Maradona, el sueño de un niño” (o “il sogno di un Bambino”, en italiano) en el que narra sus experiencias junto al ídolo del Napoli, su amigo. Incluso vivió con él en Dubai.
En agosto de 2020, tres meses antes de la muerte de Maradona, había sido beneficiado por un contrato de explotación de imagen, el cual aseguran que quedó extinto. Pero siguió ofreciendo negocios en el hemisferio norte relacionados al argentino. Uno de ellos, el uso de la imagen en la camiseta que es furor en Napoli.
Hace poco más de un mes, los hijos habían denunciado estos movimientos a través de la cuenta de Instagram que hasta su fallecimiento gestionaba Diego. “Queridos amigos, nos llama la atención que varias personas, no autorizadas, estén tratando de comercializar los derechos de imagen y el nombre de Diego Maradona. Esto no está permitido por sus herederos. Advertimos que cualquier violación o desconocimiento de las Leyes será pasible de acciones judiciales ante los Tribunales competentes”, rezaba el texto.
El caso generó una videollamada de quienes administran la sucesión con abogados en Italia para iniciar acciones legales. Al mismo tiempo, la firma SATTVICA SA, cuya cabeza es Matías Morla, y que cuenta con la autorización para la explotar las marcas vinculadas a Maradona, también ratificó que los poderes de Stefano Ceci fueron revocados y trabaja con sus asesores letrados en Europa.
“Napoli tampoco había pedido autorización cuando le puso el nombre de Diego Maradona al estadio, pero se entendió como un homenaje. En el caso de la camiseta, hay un evidente fin de lucro”, le indicaron a Infobae desde la empresa.
Mientras tanto, el Tano Ceci se defendió con un comunicado en las redes sociales. “Reitero que oportunamente adquirí -junto a SATTVICA- la explotación comercial de los derechos de Diego Maradona, cuya voluntad fue expresamente formalizada”, apunta uno de los párrafos del descargo.
“Reitero además que ninguna rescisión me ha sido notificada de legal forma y que, en cuanto a mi parte respecta, cualquier acto revocatorio sería contrario a derecho”, agregó, a contramano de lo que señalan desde la firma y cerca de los herederos del astro. La camiseta con el rostro de la deidad futbolística, en tanto, observa ajena a la batalla legal el furor que causó entre los fanáticos: se agotó en apenas cinco horas.
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