A principios de octubre de este año Tyson Fury le ganó por nocaut a Deontay Wilder, retuvo el título mundial de peso pesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) y cerró de esa espectacular manera una de las mejores trilogías de boxeo de la historia en un combate que no defraudó: hubo dos caídas por lado y una definición por la vía rápida en el 11° asalto. A un mes de esa pelea, el padre de The Gipsy King, reveló los detalles detrás de la conquista de su hijo.
John, de 57 años, habló con BT Sport y contó que antes de subirse al cuadrilátero el campeón tuvo que infiltrarse por el dolor que sentía: “Estaba muy lesionado al entrar en esa pelea. Tuvo que recibir inyecciones de cromosomas en ambos codos. Ambos codos estaban entumecidos”. Ese inconveniente físico le impedía realizar golpes a distancia, motivo por el cual le costó acomodarse en los primeros asaltos; incluso cayó a la lona en una oportunidad.
En la charla, el padre de Tyson Fury reveló todo lo que su hijo le confesó luego de la gran victoria: “El dolor cuando estaba lanzando el jab era insoportable. Así que estaba peleando con dos personas allí. Estaba peleando con el dolor de mi propio cuerpo y contra él (Wilder). Lo único que podía hacer era acercarme y batallar. Sé que quería ganar más que él. Busca y destruye o serás destruido. Ese era mi lema, él me atrapa o yo lo atrapo a él”.
Fue así que el campeón salió con todos después de caer en el quinto round y de esta manera se lo relató a su padre: “‘Miré hacia arriba y pensé, ’Aquí estamos de nuevo. Modo de pelea de perros. Aquí es donde tengo que ir. Guerra de trincheras’”. Finalmente se recuperó de ese tropiezo y en el 11° bloque noqueó a Wilder para quedarse con la gran victoria.
Por ese dolor en los codos Fury fue intervenido quirúrgicamente en una operación que duró seis horas: “Tenía algunos espolones óseos que tuvimos que extirpar. Algo común en los deportistas, especialmente en un boxeador”, explicó John, quien admitió que por culpa de ese inconveniente, su performance no fue la esperada: “Créeme, fue emocionante para el público que paga, probablemente una de las peleas de peso pesado más emocionantes que verás. Pero en cuanto al boxeo, no hizo nada de lo que entrenó”.
Fue un cierre verdaderamente brillante para esta trilogía que se inició con un empate en diciembre del 2018 en el Staples Center de Los Ángeles y tuvo un segundo capítulo vibrante en febrero del 2020 con la victoria por KO en el séptimo asalto de Fury para arrebatarle a Wilder el título mundial del CMB. Las estadísticas dirán ahora que el actual campeón mundial del Consejo continúa invicto a los 33 años con sus 31 victorias (22 KO) y su único empate como mancha en el historial rentado.
Mientras Wilder y Fury se recuperan, las miradas del boxeo están puestas en la revancha obligada entre Anthony Joshua y el ucraniano Oleksandr Usyk, quien dio el golpe para arrebatarle las coronas de los pesados de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB), Federación Internacional de Boxeo (FIB) y Organización Mundial de Boxeo (OMB).
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