El número uno del mundo, Novak Djokovic, ganó un sexto título en París y un récord de 37 corona de Masters el domingo, al vencer al campeón de la edición pasada, Daniil Medvedev, por 4-6, 6-3, 6-3. El serbio se vengó en cierta medida de su oponente, que hizo añicos sus sueños de una barrida de Grand Slam cuando le ganó en la final del US Open en septiembre.
El título le aseguró el segundo récord en dos días después de que fuera confirmado como el número uno del mundo al final de la temporada por séptima vez. Es que ahora, el tenista de 34 años posee un trofeo más de un torneo Masters que Rafael Nadal, que quedó con 36.
Su victoria hizo saltar de alegría a Stefan, su hijo de siete años, al que fue a abrazar tras terminar el partido, igual que a su hija Tara, de cuatro, con los cabellos trenzados como los de su madre Jelena: “Es muy especial, es la primera vez que mis dos hijos juntos siguen en directo uno de mis partidos, es una sensación muy bonita”, declaró.
Tras unos últimos meses desilusionantes, del podio olímpico que se le escapó en Tokio (cuarto, tras dos derrotas, en semifinales y en el duelo por el bronce), a la final perdida del US Open, Djokovic, de 34 años, se impuso en su torneo de regreso, y a expensas de su verdugo en Nueva York. Se trata de su quinto título en 2021, tras el Open de Australia, Roland-Garros y Wimbledon, y Belgrado. En total, su título número 86, aunque sigue a distancia de los números del estadounidense Jimmy Connors (109) y del suizo Roger Federer (103).
Le quedan dos citas en 2021: el Masters de fin de temporada dentro de una semana (14-21 de noviembre), organizado por primer vez en Turín, tras doce ediciones en Londres, y la Copa Davis con Serbia, a partir de la semana siguiente (25 de noviembre-5 de diciembre).
En un duelo entretenido, digno de un partido entre los dos primeros del mundo, Djokovic volvió a tener que remontar un set en desventaja después de necesitar tres para vencer a Hubert Hurkacz en las semifinales. Era solo la segunda vez que los dos primeros del ranking ATP se enfrentaban en la final de París. La ocasión anterior había sido en 1990, cuando Boris Becker se retiró lesionado por 3-3 en el primer set contra el entonces número uno Stefan Edberg.
Al final del duelo, Medvedev reconoció que fue superado: “No me gusta perder, así que no puedo decir que estoy feliz, ¡ni siquiera me gusta perder en Play Station!” . Además, declaró: “Pero lo di todo y tal vez pude haber hecho un ganador aquí o allá o haber servido uno o dos ases más. Cuando pierdes un partido, siempre tienes la sensación de que puedes hacerlo un poco mejor. El problema fue que Novak ganó los puntos cruciales y, aparte del primer set, yo no. Sin embargo, me consuela haberlo dado todo contra el mejor jugador del mundo de todos los tiempos. Fue una buena batalla”.
Uno de los momentos tensos del encuentro se vivió después del segundo set, cuando el alemán se acercó al umpire para protestar por el comportamiento de una parte de los espectadores, que alzaron su voz en un punto decisivo: “Fue justo antes de que haga el servicio, así que realmente no puedes detener el movimiento, alguien grita algo. Entonces, sí, me enojé porque era crucial, momento crucial, 5-2 para él, doble break, incluso si logro recuperar el break, todos sabemos que contra Novak es difícil volver de este marcador”.
“Me enojé porque no fue agradable, y fue hecho a propósito. Lo hizo un espectador serbio”, sostuvo Medvedev.
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Con información de AFP