Álvaro Morales es una de los voces que más ruido provoca en la actualidad. Cada palabra que dice genera un impacto con diferentes consecuencias. Esa forma de ser no se construyó de la noche a la mañana. Antes de ser un reconocido comentarista, el Brujo ya se había enfrentado a problemas mucho más grandes que un debate en televisión.
Según contó en entrevista con Javier Alarcón en su infancia y adolescencia, en Mixcoac, vivió en un entorno peligroso y con dificultades económicas. “Jugábamos futbol y basquetbol y era curioso porque llegaba algún indigente o algún muchacho metido lamentablemente en las drogas, ya lo reconocíamos. Decíamos: ‘¡Ahí viene el Buda!’ Salíamos corriendo a nuestras casas. El Buda era un muchacho sumergido en la drogadicción, que si nos veía nos iba a robar cosas o nos iba a pegar”.
Aunque disfrutaba de aquellas tardes de juegos con sus vecinos, Álvaro tuvo que aprender a lidiar con la inseguridad ya imperante en la época. “Había un época, 1991-1992, hubo un robachicos muy famosos. Un tipo calvo, con bigote, muy parecido a Carlos Salinas de Gortari. Pegaban su cara en todas las paredes de la Ciudad de México”, recordó el comentarista.
A pesar de crecer en ese contexto, donde el alcoholismo y la drogadicción eran muy comunes, Morales entendió desde muy chico cuáles eran sus objetivos y cómo tenía que trabajar para conseguirlos. “Fíjate que yo tenía muy claras las cosas en mi vida de lo que yo quería ser. Siempre quería ser cronista deportivo. Lo único que me exigían era sacar buenas calificaciones y no meterme en problemas, yo estaba muy concentrado en eso”.
Incluso recordó que durante una década estuvo prácticamente alejado del alcohol y que el tabaquismo siempre tuvo mala fama en su hogar. “Mi primera borrachera me la puse a los 16 años. De ahí hasta los 26. Pasaron diez años. El cigarro siempre ha estado muy mal visto en mi casa. Yo no fumo. Nadie de mi familia fuma”.
El también narrador destacó que a él le sucedió algo similar a lo que le pasa a los médicos. Como han pasado tanto tiempo estudiando, también se dejan de lado las fiestas durante la juventud. “Realmente empecé a echar más relajado, cuando te sientes más empoderado, ya por ahí de los 30, 32 años”, apuntó Morales.
Después de aquella época, Morales ingresó a estudiar Ciencias de la Comunicación en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales de la UNAM y también cursó estudios de Crónica Deportivas en el Centro de Capacitación Raúl del Campo Jr. Luego de incursionar en la prensa escrita y radiofónica, el Brujo entró en 2003 a ESPN como reportero. Desde entonces a la fecha no se ha movido del Líder Mundial más allá de que ha recibido diversas ofertas por parte de otras cadenas de televisión.
En sus comienzo, Morales se caracterizó por ser el presentador de SportsCenter. Luego, sin embargo, su estilo dio un giro de 180 grados para adecuarse al personaje polémico que hoy en día todo mundo conoce. Además de participar en mesas de análisis, principalmente en Futbol Picante, su popularidad llegó a tal nivel que en 2017 estrenó un programa donde él era el protagonista: Calla y Escucha.
La pandemia puso en pausa esa producción, pero aún así Morales se ha mantenido dentro de las emisiones más importantes de la cadena. Además de su participación en TV, también mantiene una actividad constante en las redes sociales para dar su punto de vista sobre asuntos del futbol mexicano e internacional.
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