Javier Sahagún marcó una era en el periodismo televisivo de México. Sus crónicas deportivas permanecen en la retina de miles de aficionados. Pero hubo momentos de suma tensión en los que tuvo que soportar diversas críticas. Por ejemplo, cuando comenzó a narrar la lucha libre de la WWE para territorio nacional.
De acuerdo con lo que contó Sahagún en el canal La Capital Deportiva, después de haber narrado el taekwondo en los Juegos Olímpicos de Beijing 2008, junto a Jorge Pietrasanta, se presentó la oportunidad de transmitir RAW, una de las dos marcas más importantes de la WWE.
La empresa de Vince McMahon quería incursionar en el mercado mexicano y ofreció transmitir de forma gratuita sus dos marcas (RAW y Smackdown) a través de las dos televisoras más grandes del país: Televisa y TV Azteca.
Javier Alarcón, en ese entonces jefe de deportes de Televisa Deportes, les propuso a Sahagún y Pietra relatar los eventos semanales de RAW con el argumento de que sus narraciones en Juegos Olímpicos habían sido muy buenas. La respuesta fue tajante: “Javier, el taekwondo no tiene nada que ver con la lucha libre”.
Ninguno de los comentaristas estaba convencido del proyecto. Pero después de mucho pensarlo, terminaron por aceptar la invitación a pesar de las complicaciones que tenían para adentrarse en ese nuevo contexto. “Nos convencieron después de un tiempo. Era un espectáculo que no queríamos hacer”, confesó Sahagún.
En esos primeros acercamientos, la dupla Sahagún-Pietrasanta tuvo que prepararse de manera especial para el reto. Tomaron clases con los dos narradores hispanos oficiales de la compañía. “Hicimos un entrenamiento en Nueva York. Fuimos a la sede de la WWE, donde se hace la narración en español, con (Carlos) Cabrera y (Hugo) Savinovich. Eran en ese momento los dos que hacían la narración”, relató.
Tanto Huguito como Cabrera brindaron consejos y experiencia a los dos cronistas de Televisa. A pesar de aquella instrucción, las primeras transmisiones no fueron sencillas y tuvieron que aceptar diversas críticas por parte del público especializado. “Ellos (Savinovich y Cabrera) fueron nuestros maestros. Tuvimos una semana de entrenamiento. En una semana no aprendes lo que tendrías que aprender en años”, platicó Sahagún.
Las redes sociales eran incipientes en aquel entonces, pero de todos modos hubo una multitud de comentarios en Facebook en los que la gente hacía saber su descontento con las narraciones. “Cuando regresamos y empezamos con las luchas, la gente se dio cuenta que no sabíamos. Hay muchos chavos que son conocedores de las luchas: te ‘remientan’ la madre. Nos cayeron encima en las redes”.
Sahagún comentó que incluso los directivos pensaban en cambiar de comentaristas. “Veíamos un comentario, otro comentario, todos los comentarios, en todos, que éramos unos... Todos nos decían lo mismo. No había uno positivo. Y así fue durante varias semanas”.
A pesar la ferocidad de las críticas, ni Sahagún ni Pietrasanta aceptaron que se censuran los comentarios. Ellos estaban conscientes de que tenían que mejorar. “Nosotros tenemos que aceptar porque hay gente que sí sabe de lucha y nosotros no nos podemos esconder, no podemos engañar a nadie”.
Sahagún y Pietra tuvieron que dedicarse de manera especial al estudio de la WWE. Desde los luchadores, sus personajes y rivalidades, hasta la historias de las marcas. Así, cuando se volvió a plantear la posibilidad de que ambos cronistas dejaran la narración, se opusieron y dejaron en claro que querían continuar con las transmisiones. Con el paso de los años, terminaron por adherirse al gusto de un gran sector del público.
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