Luego de poco más de una semana de acción en la corte de Cardiff, Gales, llegó el turno de que el jurado decida si David Henderson, organizador del vuelo en el que murieron el futbolista Emiliano Sala y el piloto británico David Ibbotson, es culpable del cargo por poner en peligro la seguridad de la aeronave. Este martes, la fiscalía y el abogado defensor dieron sus alegatos finales en el que quedaron claras ambas posturas.
El fiscal Martin Goudie sostuvo ante el jurado que “Henderson organizó y operó estos dos vuelos (de Cardiff a Nantes y de vuelta a Cardiff) donde el avión no estaba autorizado y el piloto no estaba calificado”. En este sentido, insistió: “Hay numerosas infracciones de las regulaciones que deben considerarse en contexto; seguridad de la aviación, vuelos a través del Canal de la Mancha en invierno, una cultura de incumplimiento de las regulaciones por parte del Sr. Henderson, no realizar los controles más básicos y mantener los registros más básicos de sus pilotos, y no realizar ninguna evaluación de riesgo de cualquier sustancia”.
Vale recordar que Henderson era el responsable de pilotear la nave, pero como se encontraba de vacaciones en París ordenó a Ibbotson encargarse del viaje de Sala, pese a los antecedentes del británico por los cuales la propia compañía propietaria de la aeronave le había prohibido que la manejase. “Este no es un acto en el que David Ibbotson no estaba calificado, pero el Sr. Henderson tenía el resto de la operación en su lugar y fracasó, se trataba de una organización incompetente, indocumentada, que crea riesgos y es deshonesta. Cuanto más tiempo operaban, más riesgos se corrían y peor se ponía”, afirmó Goudie.
“Lo que hizo no fue un accidente, lo que hizo aquí fue deliberado e imprudente... (Henderson) trata de minimizar su participación y responsabilidad. Este es el clásico Sr. Henderson. Sabía muy bien que (el Sr. Ibbotson) no tenía una calificación nocturna en ese momento. Tiene la oportunidad de decirle al cliente y al pasajero, ‘No podemos hacer este vuelo de regreso en este momento porque el piloto no está calificado para volar de noche. ¿Podemos intentar mover el vuelo de regreso a la tarde o puedo organizar algo más?. No le cuenta al cliente ni al pasajero la situación con el piloto porque no le conviene hacerlo. Hay una evasión total de las regulaciones“.
Henderson se ha declarado culpable por despachar a un pasajero sin permiso o autorización válidos, pero niega lo vinculado a la seguridad de la aeronave, responsabilizando por esto al propio Ibbotson, quien murió en el accidente y su cuerpo nunca fue encontrado. Spence, abogado defensor, en su alegato final apunto contra la Autoridad de Aviación Civil (CAA, por sus siglas en inglés): “La CAA como regulador de seguridad permitió que este avión volara para transportar pasajeros”.
La defensa de Henderson disparó entonces contra el piloto fallecido: “Era un piloto con mucha experiencia. Obtuvo su licencia en 1990, por lo que en el momento de este accidente había estado volando durante 28 o 29 años y había acumulado 3.500 horas de vuelo, una cantidad significativa para un piloto. Tenía una calificación de instrumentación y podía aterrizar con mal tiempo. No pretendamos que este era un hombre que no tenía experiencia ni calificaciones. Tuvo dos infracciones que ocurrieron en un día. Hay responsabilidades impuestas al piloto y la responsabilidad de la conducción segura del vuelo está en él”.
Por último, sobre todos los requisitos incumplidos para el vuelo en el que murió Sala, Spence los minimizó: “El avión no tenía un FCP ni un AOC, pero en realidad eso es puramente una cuestión de papeleo. No sigue la línea de que eso creó la probabilidad de peligro”.
Tras los alegatos, el juez Foxton envió al jurado a casa y ordenó que el miércoles comience el debate entre ellos para definir el veredicto final en que se decidirá si Henderson, organizador del vuelo, era responsable de la seguridad del avión. En caso de que haya acuerdo, el juicio podría cerrarse mañana mismo y el magistrado solamente se tomará un tiempo para definir la pena, aunque, si el debate se prolonga entre los jurados, podría tardarse varios días hasta llegar a un veredicto.
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