El mundo del fútbol es un espacio en el que aún existen muchos obstáculos para que las mujeres puedan ejercer distintos roles. Sea para jugadoras, entrenadoras, árbitras o dirigentes, aún existen prejuicios y miradas que entienden que se trata de un ámbito reservado exclusivamente para los varones. Y la tarea de los agentes no está exenta de esas visiones, por eso la española Carlota Planas busca establecer un nuevo paradigma.
Nacida en Barcelona, pero criada en Portugal, donde sus padres estaban al frente de una empresa textil, Carlota desarrolló la pasión por el fútbol desde muy pequeña. De manera inesperada, fueron sus abuelas, tanto del lado materno como paterno, las que le trasladaron ese amor por el deporte más popular del mundo. Estas mujeres fanáticas del Blaugrana le marcaron el camino.
Todos los recuerdos que la española tiene de su infancia son con una pelota en los pies. En Oporto comenzó a jugar en un equipo de varones porque no había liga femenina. “Tuve un episodio en el que no me dejaban jugar por ser mujer, porque había una mentalidad un poco más conservadora. Por eso cuando tenía 8 o 9 años decidí cortarme el pelo y cambiarme el nombre para para poder jugar un torneo masculino escolar. Al final, gané el trofeo al mejor jugador”, relata hoy a Infobae entre risas, aun siendo consciente de que las cosas podrían haber sido distintas para aquella niña que tan solo quería jugar al fútbol.
A los 14 años, ya de vuelta en Barcelona luego de la separación de sus padres, Carlota debutó en la primera división del fútbol sala. Durante su carrera pasó por las distintas categorías de la selección catalana y también incursionó en el fútbol playa. Además, compitió un año y medio en la liga de Brasil. Sin embargo, al no poder vivir del deporte y ante las dificultades que se le presentaban para compaginarlo con lo laboral, decidió retirarse joven.
Sus estudios en periodismo y de Administración y Dirección de Empresas le permitieron entrar a trabajar en el Diario As. Su primera tarea fue cubrir al FC Barcelona. En la sala de prensa del club descubrió dos cosas: la primera, que ese era un espacio en el que casi no había mujeres y, la segunda, que los futbolistas no tenían asesoramiento de parte de sus agentes en materia comercial o de marca personal. Esas revelaciones marcarían a fuego su propio futuro profesional.
En aquel tiempo, además, Carlota trabajaba como modelo en campañas para importantes marcas deportivas en España y se sorprendía de que las empresas nunca convocaran a atletas femeninas. Fue una conjunción de todos esos episodios la que la llevó a modificar su rumbo laboral: en 2018 creó la primera agencia de marketing de su país para mujeres deportistas. En su primer año y medio de actividad, su emprendimiento trabajó con más de 120 atletas y cerró casi 70 campañas. Además, firmó un acuerdo de exclusividad con la agencia de representación de futbolistas femeninas que en ese momento dirigía Arkaitz Coca.
En 2020, junto a Arkaitz, fundó Unik, una agencia de representación integral que ya tiene 42 jugadoras de nivel internacional en su cartera (representa a un cuarto de la selección española y a un gran número de futbolistas del Barcelona, actual campeón de Europa). “El papel del agente muchas veces no está lo suficientemente valorado y tiene una prensa oscura, pero realmente es muy importante la gestión de los jugadores y de las jugadoras para que puedan llegar a su máximo nivel. La gente ve lo que hay en el momento del traspaso o de la firma del contrato, pero no ve todo lo que hay detrás de eso. Es un trabajo diario de comunicación, de apoyo, de asesoramiento y de saber gestionar los buenos y los malos momentos”, remarcó la española, quien tuvo gran sorpresa el enterarse de que ella era la primera mujer en su país en dedicarse a gestionar la carrera de futbolistas femeninas.
Sentarse a la mesa a negociar con hombres implica un constante desafío por desarmar prejuicios. Carlota, de 29 años, ha sido confundida muchas veces durante su carrera con “la hija de”, “la sobrina de” o “la hermana de”. Sin embargo, ella ha entendido las reglas de este ambiente y las ha hecho funcionar a su favor: “Tuve que remar bastante para que se me respetara. Soy entrenadora UEFA, coordinadora, scout… Me he sacado todos los títulos posibles solamente para demostrar que sé de fútbol y que puedo aportar a la industria. Las mujeres tenemos la suerte de que normalmente nos subestiman: yo eso lo he usado a mi favor porque no te ven venir y, cuando se dan cuenta, ya estás ahí”.
En sus redes sociales, Carlota se muestra muy combativa: no pierde oportunidad para salir al cruce de aquellas coberturas periodísticas que invisibilizan al deporte femenino o de las injusticias que provienen de federaciones o clubes. “No me pueden vender la idea de que el deporte femenino no interesa, porque interesa y mucho”, repite una y otra vez.
“Siempre ha sido un tema de visibilidad. El fútbol masculino creció realmente cuando se empezó a poder ver por televisión y ellas también necesitan eso. Muchos me dicen que el fútbol femenino no interesa y yo les respondo con datos y estadísticas de cosas que se han conseguido con una visibilidad mínima. Aún con todas estas trabas se siguen rompiendo récords, suben las audiencias, los campos se van llenando, se genera más y se vende más. Los que dicen que el fútbol femenino no vende me lo tendrían que explicar con mejores argumentos” , sostiene con vehemencia. Y recalca: “Tenemos una responsabilidad como mujeres de alzar la voz: si no lo hacemos nosotras, no lo va a hacer nadie”.
En ese sentido, Carlota cree que la revolución de las mujeres en el deporte más popular del mundo puede funcionar como un espejo que promueva cambios en otros ámbitos de la sociedad: “El fútbol femenino puede ser una referencia de cómo podemos empezar a mostrar nuestro valor en una industria que es la más potente del mundo y que tradicionalmente es muy masculina y arcaica. Yo creo que si el cambio se puede hacer aquí, se puede trasladar a muchos ámbitos. Además, se trata de crear nuevas referentes: ahora las jugadoras empiezan a ser íconos y los niños y las niñas empiezan a mirarse en ellas. Eso es muy importante porque yo cuando crecí no había ninguna jugadora, por eso tenía ídolos hombres. Mía Hamm era la única más o menos conocida y yo quería ser como ella, pero no había más opciones. Hoy están Patri (Guijarro), Mariona, Alexia (Putellas), Misa y las niñas quieren ser como estas jugadoras. Y los niños también: ellos tienen sus camisetas y se ven identificados. Para mí es algo muy bonito que tenemos que aprovechar”.
“En la actualidad el fútbol masculino se ha alejado de los aficionados. Es un mundo paralelo con el que la gente ya no se ve identificada porque parece que el sentimiento y la pasión se han perdido. Eso el femenino lo tiene por mil: las jugadoras que hoy son profesionales han tenido que pasar por momentos muy complicados, han tenido que sacrificar muchísimo para llegar a dónde están. A diferencia del masculino, a ellas nadie les aseguraba que esto pudiera darles un euro. No estamos hablando ni siquiera de resolverles la vida, sino que algunas pagaban por jugar en primera división”, reflexionó.
Para la española, hay tres cuestiones claves para que el fútbol femenino siga creciendo en todo el mundo: visibilidad, inversión y educación. Respecto a esto último, explicó: “Hay muchos países en los que esta actividad sigue siendo mal vista, donde las mujeres no puedan jugar o, si lo hacen, sufren mucho bullying. Tenemos que decirles a las familias que este es un deporte como cualquier otro, que tiene beneficios físicos y mentales en cuanto a la salud, y que además puede ser una salida para conseguir una beca de estudios, para ser profesional o para otras cosas”.
“Todos podemos hacer algo para que siga creciendo el fútbol femenino: desde los aficionados y las jugadoras hasta los agentes, los clubes y las federaciones. Esto no es una moda porque ya empieza a ser rentable y cuando entran grandes actores a la industria vemos que no es solo una cuestión social. Nosotros también trabajamos con clubes y marcas a nivel corporativo y sabemos que ya no es un tema de responsabilidad social, sino que es una inversión y es un negocio. Al ya ser negocio, cambian muchas cosas”, sostuvo.
Su vínculo con las jugadoras argentinas
En 2017, Carlota integraba la selección de Catalunya que se preparaba para disputar el Mundial de futsal, un torneo que no está bajo la órbita de FIFA ya que la entidad que rige el fútbol internacional aún no ha organizado ningún certamen de la disciplina para mujeres. Uno de los rivales a vencer en aquel torneo era Argentina y por eso ella se había estudiado a todas las jugadoras albicelestes. Sin embargo, el día del partido apareció una que no tenían en los planes y no solo tuvo una actuación brillante, sino que les metió cuatro goles. Era Estefanía Banini, que había dejado el fútbol 11 por un rato para sumarse al equipo nacional.
Con el tiempo, la española y la mendocina siguieron en contacto y entablaron una amistad. Llegado el momento, la agente le presentó una propuesta a la mediocampista, que terminó sumándose a Unik. En el último mercado de pases, Estefanía recibió numerosas ofertas para dejar el Levante. Finalmente, terminó definiéndose por el Atlético Madrid, donde está llevando adelante una gran campaña. Sin embargo, todavía no ha podido volver a la selección argentina, equipo en el cual jugó su último partido en el Mundial de Francia 2019. Luego de aquel certamen, fue borrada por haber criticado públicamente al entrenador Carlos Borrello y por haber pedido, junto a otras compañeras, un cambio en la conducción.
“En Argentina ha habido un cambio de entrenador con la llegada de Germán Portanova y estoy segura de que está viendo a Estefi. Ella es de las mejores jugadoras del país y todo seleccionador quiere tener a las mejores. Estoy segura de que en algún momento llegará su oportunidad. Va a volver porque se lo merece, lo ha dado todo por esa camiseta en el Mundial. Está en un nivel muy alto y sé que tarde o temprano la van a llamar. Por méritos se merece estar ahí: para mí es la capitana de la selección y tienen que seguir siéndolo”, se plantó Carlota.
La agente también maneja la carrera de Florencia Bonsegundo, quien en el último mercado de pases dio el salto del Valencia al Madrid CFF de la liga española. La cordobesa, además, hizo su regreso a la Selección con presencia en las dos últimas convocatorias (giras por Brasil y por México): “Su nuevo club le ha dado la confianza, los minutos y la posición (en Valencia llegó a jugar de defensora). Después volvió a la Selección y marcó goles. Está en un momento muy alto. A veces el rendimiento de una jugadora depende de lo mental y a Flor le faltaba ese plus. Cuando una jugadora tiene confianza, puede demostrar su potencial y eso es lo que ha hecho ella. Para mí era increíble que no estuviera entre las seleccionadas, por eso estamos muy contentos de que haya vuelto como titular”
“Argentina tiene que mirar al Mundial y para llegar tiene que tener a las mejores. Estefi y Flor están entre las mejores; si te gusta el fútbol, sabes que tienen que estar dentro del grupo”, concluyó.
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