Un partido de fútbol con lluvia entrega alternativas como dramatismo ante el mayor desgaste físico de los jugadores al tener que correr en una cancha más pesada de lo habitual por el agua, y una mayor posibilidad de remates de media y larga distancia ante las complicaciones que puede tener un arquero en contener o desviar la pelota; aunque bajo un aguacero y con lugares donde el balón directamente no avanza, genera situaciones extrañas como pasó en el ascenso inglés.
Este martes, en el mismo momento que el PSG luchó por vencer a Leipzig, o el Real Madrid de Benzema aplastó al Shakhtar Donetsk, el Plymouth Argyle realizó un concierto bajo la lluvia en casa contra el Bolton Wanderers. Una victoria por 3-0 que acabó con un gol tan inverosímil como ridículo.
El encuentro válido por la fecha 13 de la League One, que es la tercera división del fútbol inglés, se jugó en el Estadio Home Park del Plymouth, un recinto construido en 1893, que tuvo sus reformas, y con el aforo completo presentó un lleno total de 17 mil espectadores.
Una vez que comenzó el cotejo empezó a llover, pero el buen drenaje del campo de juego permitió un normal desarrollo del juego. La pelota circuló un poco más rápido de lo habitual, pero nada para alarmarse. Plymouth se adelantó temprano gracias a Brendan Galloway en el sexto minuto y en el cuarto de hora se puso 2-0 cuando convirtió Conor Grant.
Las tribunas fueron una fiesta porque los locales y sumaban tres puntos claves en la lucha por subir de categoría y llegar al Championship, la segunda división. Son líderes del certamen y los dos primeros lograr pegar el salto.
En el descanso, el campo recibió 15 minutos de tratamiento para intentar retirar más agua y luego se reanudó el juego. Pero fue ahí cuando la lluvia se intensificó y en los últimos minutos las condiciones del césped no estaban dadas para un normal desarrollo del juego.
Hasta que llegó el momento surrealista y que en los segundos siguientes se convirtió en -tal vez- el gol más cómico de la temporada del fútbol inglés. Hubo un lateral para el Bolton y dos de sus jugadores perdieron la pelota que no circuló por los charcos que se formaron.
Ryan Broom, del Plymouth, se les anticipó y empezó una corrida que contagió el grito del público. Dejó atrás al arquero que salió del área, pero ante la imposibilidad de pegarle por la cantidad de agua, debió esperar para perfilarse y encontrar el momento y lugar indicados. La gente empezó a levantar los brazos y creció el suspenso. A cada avance la pelota se le frenó y la secuencia se tornó bizarra, de hecho le dejó el balón a otro compañero que pudo ingresar en el área, uno de los defensores rivales le puso el cuerpo y la perdió, pero le volvió a quedar a Broom, que derecha convirtió y se generó el estallido.
Euforia, locura, éxtasis, matices que suelen traer un tanto bajo la lluvia y más cuando se trata de un triunfo y en este caso una conquista para liquidar el pleito. Broom salió corriendo hacia el costado y realizó el clásico festejo en esas condiciones que es la “palomita” sobre el césped.
El video del gol fue subido a las redes e hizo reír a muchos, pero después se hizo viral y se convirtió en furor. Por caso, la celebración del tanto tuvo 3,5 millones de reproducciones en la cuenta de Twitter del Plymouth. La jugada duró trece segundos después, pero pareció una eternidad para los fanáticos del equipo de camiseta verde que ahora se ilusionan con poder seguir peleando y subir de categoría.
De momento lidera la League One con 26 unidades, misma cantidad que el Wycombe Wanderers y un punto más que Wigan Athletic y el Sunderland.
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