Cada cuatro años, las grandes promesas del futbol mexicano ilusionan a la afición azteca con magníficas actuaciones en los mundiales de la categoría Sub-17. El Tricolor ha conseguido coronarse en dos ocasiones y César Villaluz fue uno de los artífices de la gloria en Perú 2005. Con un futuro prometedor en el balompié, recibió varias ofertas de equipos europeos después del campeonato, aunque Cruz Azul, su equipo, fue el principal responsable de que no pudiera lograr su sueño.
En una entrevista del futbolista profesional para el podcast La Reta, Villaluz recordó algunos de los pasajes más importantes que vivió en el máximo circuito del futbol profesional en el país. Al respecto, contó que luego de haber sido campeón del mundo, en 2005, Red Bull México lo contactó por medio de Gerardo Torrado para negociar su posible traspaso a un equipo que la empresa recién había afiliado a la Bundesliga de Austria, es decir, el RB Salzburgo.
“Acababan de comprar un equipo en Austria. Me dijeron que estaban empezando. Yo iba a las oficinas en México y empezaron a platicar con mi representante. Estaban muy interesados. El club había dicho que sí. El entrenador había dicho que sí, ya estaban los boletos para ir a conocer la ciudad para ver si me adaptaba”, contó en el espacio.
Con 17 años y la fama que adquirió junto con futbolistas como Carlos Vela y Giovani Dos Santos, Villaluz se convirtió en una de las joyas del equipo de La Noria. Su desequilibrio en la cancha y el largo proceso que atravesó en las fuerzas básicas lo convirtieron en una de las esperanzas para terminar con la sequía de títulos, aunque su edad lo posicionó como un elemento necesario para cumplir con los requerimientos de la Federación Mexicana de Futbol (FMF).
“Yo decía que era buena idea. Ya había dicho que sí. Ya estaban los boletos y, al final, Cruz Azul dijo que no. Dijeron que yo iba a ser el menor que iban a ocupar para cumplir con la regla”, recordó. De esa forma, la decisión del equipo por utilizarlo para cumplir con el requerimiento burocrático, le negó la posibilidad de integrarse a uno de los equipos que ha tenido mayor crecimiento en los últimos años. Sin embargo, esa no fue la única ocasión.
“Ya hasta me habían tomado fotos con la playera, pero al final no se hizo. Cada torneo había acercamientos de equipos, pero Cruz Azul nunca me dejó salir. Siempre me dijeron que era jugador de cantera y que primero tenía que quedar campeón para poder salir”, finalizó.
La trayectoria de Villaluz con Cruz Azul es ampliamente reconocida. Luego de ser registrado con el equipo en 2006, y a pesar de la decisión de no dejarlo salir de la institución, su rendimiento en el equipo no mermó. Se consolidó como una de las mejores figuras y pudo llevar a los cementeros a la liguilla en diversas ocasiones. Incluso, en el torneo de Apertura 2008, disputó la final contra Toluca, aunque una aparatosa lesión fue un parteaguas en su carrera.
En el minuto 73, cuando disputó un balón filtrado, el defensor José Manuel Cruzalta lo arrolló en el área de los mexiquenses. A pesar del duro choque, el árbitro no marcó la pena máxima y, gracias a que los capitalinos ya habían realizado los tres cambios reglamentarios, se quedaron con 10 jugadores. El joven delantero atestiguó la derrota de su equipo desde la cama de un hospital en la capital del Estado de México y el declive comenzó.
Luego de permanecer tres temporadas más, en 2011, fue enviado al Club San Luis. El estadio Alfonso Lastras fue su casa durante un par de años y luego emigró a Chiapas. En 2015 volvió con los tuneros, aunque su rendimiento ya no fue el mismo. El Celaya de la Liga de Ascenso lo acogió antes de su aventura de un año en España, con el Club Polideportivo Cacereño. En 2018, y hasta 2020, jugó para el Deportivo San Pedro de Guatemala. Volvió a México con los Alebrijes de Oaxaca, aunque este año se integró al Cancún FC.
Así, disputando sus partidos en la Liga de Expansión, Villaluz comparte con los más jóvenes los aprendizajes que adquirió desde el campeonato del mundo. Sin embargo, en caso de que Cruz Azul hubiera accedido a los deseos del joven jugador, la historia habría sido diferente y tanto Dos Santos como Vela hubieran contado con un tercer referente mexicano en Europa en sus mejores años.
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