La rivalidad histórica entre la Selección Mexicana con los países de América Central ha traído consigo grandes batallas, tanto deportivas como psicológicas, al interior del campo. Sin embargo, la pasión por los colores, confundida con la violencia, ha trascendido hasta las tribunas, provocando conflictos graves entre aficionados. Una de las víctimas de la rivalidad fue Enrique Bermúdez de la Serna, quien alguna vez fue encañonado por un aficionado en Honduras.
Al ser cuestionado sobre la narración que lo haya conmovido con mayor intensidad a lo largo de su historia, recordó la vez que México cayó ante Honduras en el año de 1981, resultado que le costó la clasificación a la Copa del Mundo realizada en España al año siguiente. No obstante, al ser un torneo organizado exclusivamente en la ciudad de Tegucigalpa, Honduras, la delegación mexicana tuvo que lidiar con la presión durante el certamen.
En aquella ocasión, recuerda el Perro Bermúdez, su equipo conformado por Antonio Rocha, productor de su televisora; el analista deportivo Juan Dosal y Ariel Gutiérrez, quien se desempeñaba en el área de contabilidad; tuvieron que lidiar con la frase “Todo contra los mexicanos”. La invitación fue enunciada por Diógenes Cruz, una de las voces del micrófono deportivo más influyentes del país centroamericano en aquel tiempo.
Durante su estancia en el restaurante de un hotel en la capital hondureña, “De repente se arma una bronca, nos sacan una pistola. Terminamos como en cantina del Oeste (...) Los cuatro como contra quince. A sillazos y todo, hasta sacaron pistola, gracias a Dios no dispararon (...) Yo les dije ‘péguense a la pared porque no nos vayan a llegar por atrás’”, recordó durante su intervención en el podcast La Pelota al Que Sabe, conducido por Alex de la Rosa y Andrés Vaca.
Sin embargo, en medio de la gresca, un quinto integrante del equipo que los acompañaba logró tranquilizar la situación. De acuerdo con el testimonio del Perro, Fernando Schwartz salió corriendo del hotel y solicitó la ayuda del ejército. Los elementos castrenses acudieron al llamado de auxilio y lograron separar a los involucrados en la pelea, “si no no sé cómo nos hubiera ido”, recordó Enrique Bermúdez.
Si bien fue significativa y con un alto grado de riesgo, esa no fue la única situación con la que tuvieron que lidiar durante su estancia en el VIII Campeonato Concacaf de Naciones. De hecho, “a Tomás Boy lo descontó un tipo, Yo me agarré a trompones como dos o tres veces en el lobby. Nos odiaban mucho en el ámbito futbolístico. En aquel tiempo más, azuzados por Diógenes Cruz”.
La enorme carga de tensión, desde luego, hizo mella en el rendimiento de los jugadores, así como en el ánimo de los comunicadores. Al concretar el empate contra la selección anfitriona, durante la transmisión, Bermudez no pudo evitar el llanto y la impotencia de su amarga estadía en Centroamérica. Aunado a ello, México no sumó los puntos suficientes para alcanzar el segundo boleto designado para la Concacaf y quedó eliminado del Mundial de España 1982.
Enrique Bermúdez asegura que si el formato hubiera sido a partidos de ida y vuelta, México hubiera clasificado. Sin embargo, la goleada contra Cuba, una tercia de empates contra Honduras, Haití y Canadá, así como una dolorosa derrota contra El Salvador, les negaron la posibilidad de asistir a la máxima competencia. En su lugar, los locales y los salvadoreños del Mágico González acudieron a la justa en representación de Concacaf.
Luego del desastroso papel, los mexicanos en Honduras buscaron ayudar a mejorar la mentalidad de sus jugadores integrado por estrellas como Hugo Sánchez y Tomás Boy. De esa manera, “me acuerdo que nos cooperamos la gente de los técnicos Dosal, Peña, Schwartz y un servidor y contratamos un mariachi para llevárselo a la selección. Así les levantamos el ánimo”, declaró el cronista deportivo.
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