El arco de diversos equipos del futbol mexicano e, incluso, el de la Selección Mexicana cuenta con la enorme huella que dejó el legendario arquero Jorge Campos Navarrete. El guardameta de los suéteres peculiares festeja su 55 aniversario este 15 de octubre y una vida llena de anécdotas y pasajes. Las glorias y condecoraciones que ha protagonizado a lo largo de su trayectoria lo han llevado a ganarse el mote Inmortal, apodo que recibió con su llegada a los micrófonos.
La tercia que ha complementado junto con Christian Martinoli y Luis García es una de las más queridas y reconocidas en la crónica del balompié nacional. Si bien el ambiente que reina entre los personajes pudiera rayar en la informalidad y las bromas, ninguno de sus compañeros ha tenido la intención ni los argumentos de menospreciar o desestimar la enorme trayectoria que respalda al originario de Acapulco, Guerrero.
Al igual que gran parte de los apodos con los que cuenta el equipo de comentaristas en Azteca Deportes, Martinoli es la mente detrás de haberlo enunciado por primera vez. Así, durante una transmisión de un partido de la Liga MX, al cronista deportivo se le ocurrió referirse a Jorge Campos como el Inmortal. En ese momento, el exjugador soltó una risa y continuó con su intervención, aunque el mote quedó para la posteridad.
No es para menos. A pesar de que su intervención en los micrófonos suele ser discreta y hasta limitada, durante su carrera profesional gozó de amplio reconocimiento a nivel mundial. Su singular complexión física y característico estilo con los guantes lo pusieron en los reflectores y se erigió como una importante figura que llegó a ser requerida en diversas campañas publicitarias de grandes marcas deportivas.
No fue una sola la ocasión en que participó en campañas comerciales, sin embargo, una de las más recordadas fue cuando junto a Zinedine Zidane, Paolo Maldini, Eric Cantona, Luis Figo, Ronaldo, Patrick Cluivert, entre otros, disputó un violento partido de fútbol contra un equipo conformado por seres surgidos del inframundo en un recinto parecido al Coliseo Romano. En dicha ocasión, el francés Cantona fue el encargado de anotar el tanto definitivo.
Dicho material, donde fue arquero, ha sido catalogado como uno de los mejores de todos los tiempos, debido a las personalidades que congregó, así como la creatividad de su desarrollo. Sin embargo, su figura no lució únicamente en el ámbito mediático y trascendió más allá de la portería. En su paso por siete clubes diferentes de México y Estados Unidos anotó 46 goles como delantero y conquistó cinco títulos a nivel local.
A nivel de selección nacional, fue un artífice fundamental de tres títulos del Tricolor. Con él en la plantilla, México obtuvo la Copa Oro de la Concacaf en 1993 y 1996, así como la Copa Confederaciones de 1999. Aunque también fue subcampeón en la Copa América de 1993, y tercer lugar en 1999. Asimismo, participó en tres mundiales, consecutivamente, desde 1994 hasta 2002, aunque no llegó más allá de los octavos de final.
Cabe mencionar que en el año 2011, Jorge Campos fue investido en el Salón de la Fama. Dicho galardón se otorga a los jugadores activos o retirados que han marcado un legado en el futbol. Aquella ocasión ingresó junto con Hugo Sánchez, Pelé, Diego Armando Maradona, Cabinho y Héctor Hernández García.
Así, el legado del guerrerense en las canchas seguirá siendo un referente para los futbolistas que actualmente se desempeñan, así como para otros en el retiro como Iker Casillas, quien confesó haber crecido viendo sus atajadas. En ese sentido, ya sea en videos, micrófonos, estilos de juego y vestimenta, la huella de Jorge Campos quedará inmortalizada a pesar del paso de las generaciones.
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