La Selección Mexicana dirigida por Gerardo Tata Martino ya se encuentra en la capital de El Salvador para enfrentar el sexto duelo del Octagonal Final rumbo a Qatar 2022. La noche de este martes 12 de octubre arribaron al Estadio Cuscatlán, una plaza que en los últimos años se ha complicado por el ambiente hostil de los aficionados locales. Siguiendo esa tendencia, fueron escoltados por un fuerte dispositivo de seguridad.
Por medio de sus redes sociales oficiales, el periodista de Azteca Deportes, Carlos Guerrero, documentó la llegada de los seleccionados mexicanos al reconocimiento de la cancha del Estadio Cuscatlán. Los miembros del Tricolor arribaron a las instalaciones deportivas a bordo de un discreto autobús de color blanco. El descenso de cada uno de ellos fue atestiguado por los policías que resguardaron la zona.
No obstante, el recorrido que realizó el transporte de la Selección Mexicana guardó el mismo protocolo desde el hotel de concentración. En las calles de San Salvador las torretas de las motocicletas y patrullas anunciaron la llegada de uno de los rivales más odiados por los aficionados de la Selecta. Para el desplazamiento del autobús fue necesario el cierre provisional del tránsito, a fin de que no existiera ningún contratiempo.
Antes de arribar al recinto deportivo, la caravana tuvo un cambio de ruta para despistar a los pocos asistentes. La entrada designada para los jugadores fue la ubicada en el sur del Coloso de Montserrat. Instantes después de que el vehículo apagó sus motores, los guardias formaron una fila para guiar a los recién llegados hasta la entrada del Estadio.
Gerardo Martino encabezó al contingente y sus pasos fueron seguidos por miembros de su cuerpo técnico como Jorge Theiler. Al cabo de algunos segundos, los jugadores comenzaron a descender, por lo que los gritos de los aficionados comenzaron a notarse. Quienes causaron mayor revuelo con su arribo fueron Hirving Chucky Lozano y Rogelio Funes Mori. No obstante, algunos otros futbolistas voltearon y realizaron un fugaz saludo antes de internarse en las entrañas del Cuscatlán.
Si bien no hubo disturbios de parte de los aficionados locales, los guardias permanecieron atentos y formaron una valla que impidió la visibilidad de los asistentes. Con el panorama en paz, los mexicanos pudieron pisar el césped y realizar algunos recorridos durante algunos minutos. Raúl Jiménez e Hirving Lozano fueron los únicos que se animaron a jugar con el balón en una de las porterías.
De acuerdo con el informe de Juan Pablo Lluis, corresponsal de TUDN que asistió al reconocimiento de cancha del Tricolor, los 31 mil boletos del Estadio Cuscatlán para el encuentro están agotados. De esa forma, los jugadores mexicanos deberán prepararse mentalmente para remar contracorriente y mantener el liderato de la zona al vencer a El Salvador en su cancha.
Antecedentes no gratos del Tricolor en el Cuscatlán
Rumbo al Mundial de Estados Unidos 1994, México realizó la visita al recinto deportivo. De acuerdo con el testimonio de Francisco Uribe, el 4 de abril de 1993 vivió uno de los episodios más tensos, pues desde su arribo al país centroamericano los seleccionados mexicanos fueron acosados. El partido no se quedó atrás y, debido al alto grado de violencia en el terreno de juego, el ex futbolista estuvo a punto de perder un ojo tras el choque con un rival.
Otro de los desplantes que vivió el combinado Tricolor fue en el año 2009. En medio de la pandemia por la influenza AH1N1, el entonces entrenador Javier Aguirre declaró que “llegamos y nos maltrataron. Usaron tapabocas humillándonos por un problema serio, nacional. Para mí no vale ese escudo de que es parte del juego”, luego de la derrota por dos goles a uno el 6 de junio.
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