Lionel Messi brindó una extensa entrevista al medio galo France Football justo antes de viajar a Argentina para integrarse al seleccionado nacional que disputa la triple fecha de Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022. El periódico europeo publicó los extractos de una jugosa nota en la que se refirió a su salida del Barcelona, el arribo al París Saint Germain y su actualidad a la ciudad. Pero también hubo un apartado especial para hablar de la Albiceleste.
“Este verano (europeo) pasaron muchas cosas muy fuertes, empezando por la victoria en la Copa América. Realmente tuve algunos momentos extraordinarios con la selección. Fue absolutamente sensacional ganar este título. Esto es algo con lo que he soñado durante mucho tiempo. Había estado luchando por esto durante años. Había estado muy cerca del gol en varias ocasiones y, finalmente lograrlo, en Brasil, contra Brasil, fue realmente increíble”, fue la primera expresión de Messi cuando lo consultaron por la expresividad que tuvo en los últimos meses.
Trasladándose mentalmente a la final que terminó 1-0 a favor del equipo de Lionel Scaloni en el Maracaná, repasó sus sensaciones: “Siendo sincero, no estoy seguro de lo que pasó entonces... (sonríe de oreja a oreja). Es difícil describir cómo me sentí en este mismo momento. Fue increíble que finalmente lograra ganar un título con esta camiseta. En ese momento, no me di cuenta de que todos mis compañeros habían corrido hacia mí para unirse a mí y abrazarme. Al final, fue casi más conmovedor después, cuando volví a ver las imágenes en frío en televisión y me di cuenta de lo que habíamos logrado”.
“Ganar un título con la camiseta argentina era una espina clavada. Habría guardado una extraña sensación dentro de mí si hubiera terminado mi carrera sin ganar un título con mi país. Tenía muchas ganas de sumar este hermoso capítulo a mi historia con la selección levantando un trofeo, después de haber ganado todo lo que he ganado en el club desde el comienzo de mi carrera. Era el título que me faltaba. Sabía que tenía que seguir intentándolo y sentí que eventualmente sucedería. No podía rendirme”, apreció el rosarino, quien hizo hincapié en su sensación de liberación tras alzar el trofeo.
Le mencionaron a Marcelo Roffé, psicólogo deportivo que formó parte del cuerpo técnico del seleccionado de Pekerman en los primeros años de Messi, quien había hablado de esa liberación. Y respondió: “Por supuesto que cuando ganás un título después de haberlo buscado tanto, es una liberación. Para todo el mundo. Lo necesitaba y creo que todos lo necesitábamos. Los argentinos y nuestro fútbol también, después de tantos años de escasez con la selección. Nos criticaron por no ganar. Creo que fuimos un poco injustos con esta generación de jugadores. El hecho de ganar un título ha cambiado la percepción que podíamos tener de nosotros y nos permitirá trabajar en un ambiente más tranquilo, con tranquilidad ahora”.
Después de bordar la estrella, llegó el momento del disfrute. Y el hecho de jugar con público (aforo del 50%) ante Bolivia por Eliminatorias en cancha de River fue un condimento especial que lo emocionó hasta las lágrimas: “Lo aproveché al máximo. Aunque el estadio no pudo llenarse por culpa del Covid, me sentí de maravilla. Tenía muchas ganas de compartir eso con los argentinos, jugar en casa como campeón de América. Fue un sueño hecho realidad, por eso estaba tan conmovido. Fue un maravilloso reencuentro con el pueblo argentino”.
“¿Si esta racha de risas y lágrimas fue el momento más loco de mi vida? Sí... Bueno, no sé si el más loco, pero sentí muchas emociones encontradas. Estaba feliz gracias a todo lo que pasé con la Selección, pero fue extraño para mí porque justo después tuve que irme de Barcelona, mi casa, después de muchos años allí”, remarcó Leo, que se explayó en otro momento de la entrevista sobre su despedida de territorio catalán.
Por último, a Messi le recordaron el fallecimiento de Diego Armando Maradona y el hecho de que no llegara a ver la última conquista argentina. Sobre su pérdida, manifestó: “Recuerdo que estaba en casa cuando me enteré de su muerte. Justo antes de que se difundiera la noticia, mi papá me escribió: ‘¿Sabes de Diego?’ No sabía de qué estaba hablando y ahí me dijo que acababa de morir. Me quedé paralizado porque nadie lo esperaba. Sabía que no estaba bien y lo había estado por un tiempo, pero no pensé que fuera a morir. Fue una noticia terrible. Luego, seguí las noticias, para ver qué pasaba (en Argentina). Fue realmente terrible”.
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