A una semana de haber disputado el Clásico Nacional contra el América, y generar polémica por un par de notables indisciplinas, las Chivas del Club Deportivo Guadalajara repitieron el patrón ante Atlas, aunque en esta ocasión se toparon con la mano firme del árbitro Fernando Guerrero. Debido a las polémicas acciones, el equipo de Marcelo Michel Leaño se quedó con nueve jugadores y la derrota parcial antes del descanso de medio tiempo.
A pesar de la condición de visitante, los Rojinegros del Atlas contaron del amplio apoyo del público. Aunado al buen momento que viven en el torneo, gozaron de superioridad desde los primeros minutos del juego. Ante ello, la zaga de Chivas buscó frenar a toda costa las aproximaciones de los rivales, aunque la intensidad del Clásico Tapatío les cobró factura apenas a los 11 minutos del partido.
Al disputar un balón aéreo en media cancha, Julio Furch estiró el cuello para peinar y aventajar a su compañero en un contragolpe. Sin embargo, Hiram Mier estiró el pie para hacer contacto con el esférico, aunque golpeó el rostro del atacante del Atlas. El artillero cayó al suelo de inmediato y su rostro mostró un rastro de sangre derivado del duro golpe que recibió.
El árbitro no se animó a tomar una decisión en primera instancia y dejó correr la jugada. Sin embargo, al recibir la indicación del VAR, acudió a la pantalla. Después de deliberar algunos minutos y corroborar la dura patada sobre el rostro del Rojinegro, optó por mostrarle el cartón de color rojo al número 21 de las Chivas. La defensa central quedó incompleta y la planeación de Leaño tuvo que ser ajustada con rapidez.
Con la ventaja en el número de hombres en la cancha, el apoyo de los aficionados Rojinegros retumbó en cada rincón del estadio. “Ole” se escuchó cada vez que los visitantes lograban conectar un pase satisfactoriamente. Por otro lado, la presión sobre las Chivas aumentó considerablemente y los jugadores comenzaron a precipitarse en la lucha por el balón.
La segunda polémica escena llegó en el minuto 26. En una jugada que se desarrolló en el área defendida por Raúl Gudiño, un jugador del Atlas cayó al césped luego de disputar el balón. Sin titubear, Guerrero sonó la ocarina y señaló el manchón de penal. Al notarlo, los jugadores del Rebaño Sagrado se dirigieron a reclamar la decisión y trataron de extender la pausa lo más posible para obligar al VAR a revisar la decisión.
Fueron cerca de cuatro minutos los que demoró para poder reanudar el encuentro con el cobro desde los 11 pasos. En ese momento llegó la segunda polémica del encuentro. Luego de haber encarado las provocaciones de Gudiño, Aldo Rocha cobró a lo Panenka y festejó efusivamente el tanto de la victoria parcial. Los jugadores del Atlas que se situaron alrededor del área grande, corrieron a respaldarlo.
El gesto incomodó a Jesús Molina, quien empujó por la espalda a uno de los rivales. En ese momento el Chicote Calderón acudió y tomó por el cuello al jugador que encaró a su compañero y el amontonamiento se hizo más grande. La jueza lateral Karen Janett Díaz Medina intentó separar a los implicados y el juez central mostró un cartón rojo a Calderón. Gracias a esa desconcentración, Chivas se quedó con nueve jugadores y cedió el control al acérrimo rival.
Aunque el momento favoreció al Atlas, el resto del encuentro no volvió a sonar el grito de gol. Con la victoria en el bolsillo bajaron la intensidad y se ubicaron en el liderato del torneo parcialmente. Por su parte, las Chivas tendrán un par de semanas para reconsiderar la continuidad de Michel Leaño y buscar colarse a la liguilla por medio del repechaje.
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