La jornada 10 de la Liga de Expansión enfrentó a dos de los protagonistas en los dos extremos de la tabla general. Los Leones Negros de la U de G recibieron al Atlético Morelia en la cancha del estadio Jalisco, en medio de adversas condiciones climáticas. Los encharcamientos en el terreno de juego fueron determinantes, pues Carlos Baltazar sufrió una aparatosa caída que fue acentuada por el mal estado del pasto. A pesar del escalofriante movimiento de su pierna derecha, evitó una grave lesión.
Con el minuto 33 en el cronómetro y la desventaja en el marcador por la mínima diferencia, el equipo local se lanzó al ataque con gran intensidad. Luego de recibir un balón de espaldas al arco, el 10 de los Leones Negros sufrió un contacto por la espalda que lo derribó. La jugada continuó su curso, pero él no logró ponerse de pie. No fue sino hasta que el balón fue recuperado por la zaga local cuando el árbitro determinó frenar el encuentro para atender a Baltazar.
Durante la repetición se pudo observar cómo trató de mantener el balón con la pierna izquierda, pero resbaló con la esférica. Al caer, quiso apoyar su extremidad derecha para amortiguar el golpe, pero el pie se quedó plantado en el césped mientras el resto de su cuerpo se desplazó. En ese momento su rodilla experimentó un brusco movimiento que pudo derivar en la ruptura de algún ligamento.
El gesto de dolor no desapareció del rostro del jugador, por lo que sus compañeros y el cuerpo arbitral creyeron necesaria la sustitución. Los médicos ingresaron para verificar la gravedad y, luego de verificar la movilidad de su rodilla, uno de los doctores le dio un par de palmadas en la espalda. El delantero se levantó. Al notar su marcha hacia una de las bandas, el cambio fue descartado y Baltazar pudo continuar.
Su permanencia en el terreno de juego fue crucial. Aunque el marcador no se movió más en la primera mitad, la determinante aparición de Baltazar llegó en el minuto 62 del complemento. Adrián Villalobos, quien ingresó de cambio, recibió el esférico en la banda derecha, muy cerca del arco defendido por el Atlético Morelia.
Al notar un espacio justo para enviar el centro, golpeó la pelota con la parte interna y la colocó hasta el corazón del área. La posición privilegió al delantero Marco Granados, quien se estiró cuanto pudo con una barrida que buscó impactar el balón. El sorpresivo movimiento distrajo a la zaga y concentraron sus esfuerzos en marcarlo para evitar el gol. Para su sorpresa, apenas rozó el balón y asistió al 10, quien ingresó en soledad para decretar el empate.
Los propietarios de los últimos lugares de la tabla general sorprendieron a la tercera mejor escuadra del torneo con la igualdad. Pero las acciones no terminaron ahí. Los Leones Negros intentaron hacer daño, al minuto 76, pero la intención fue rechazada por los jugadores defensivos. Con el balón en su área, buscaron construir un nuevo ataque y Wilber Rentería recibió en la misma banda donde hicieron daño minutos atrás.
Luego de un amague, y ante la ausencia de compañeros suyos en el área, decidió conducir el balón hacia el centro en línea paralela al límite de la cancha. Cuando los defensores reaccionaron, el mediocampista soltó un potente zapatazo cruzado que se clavó en el ángulo del arco defendido por Santiago Ramírez. Con la voltereta concluida, los equipos agotaron los 90 minutos y la U de G sumó tres unidades importantes.
Luego de ocupar el escalón 15, el equipo local dio el salto hasta la octava posición con 13 unidades. Los de Morelia conservaron sus 19 unidades y mantuvieron el peldaño de bronce, aunque la derrota en el estadio Jalisco podría mermar el ánimo en la búsqueda de consolidarse como monarcas de la liga de plata del futbol mexicano.
SEGUIR LEYENDO: