Mientras lleva a cabo los últimos años de una exitosa carrera futbolística, Andrés Iniesta se prepara para el día después de colgar los botines y sigue construyendo un imperio económico con sus negocios afuera del mundo de la pelota. El español, que juega en el Vissel Kobe de Japón, fue el autor del gol que le dio el título a su selección en el Mundial de Sudáfrica 2010, y se convirtió en ícono de los años más exitosos del Barcelona, maneja una serie de empresas que lo ubican en el top diez de los futbolistas con mayores ganancias en el planeta.
El volante español de 37 años dejó en 2018 el equipo culé, donde ganó todo y fue uno de los socios de Lionel Messi en una era de oro. Emigró al fútbol nipón para jugar en el Vissel Kobe, con el que acaba de renovar su contrato hasta 2023 por 30 millones de dólares.
Según informa Forbes, ese monto rondaría el 90 por ciento de los ingresos que tuvo en 2021. El resto de sus ganancias provienen de patrocinios con marcas como Asics o Nissan, y de sus negocios más allá del fútbol. El citado medio afirma que la fortuna de Iniesta es de 35 millones de dólares, lo que lo coloca en la séptima posición de la lista de los futbolistas mejor pagados del mundo.
Al español se lo conoce como el “Cerebro” por su capacidad de generar el juego y asistir a sus compañeros. Pero también lo demuestra afuera de una cancha. Su llegada a la nación del sol naciente fue para vivir los últimos años de su carrera en una liga sin las presiones del ámbito europeo, pero también para seguir edificando su futuro.
Es la imagen principal de Rakuten, empresa que es main sponsor del Barcelona desde su última época en el club. Dicha firma fue fundada por Hiroshi Mikitani, que a su vez es el presidente del Vissel Kobe, y también socio en los negocios de Gerard Piqué, ex compañero de Iniesta, quien evidentemente desde sus últimos años en el Barça preparó el terreno.
La conexión con Mikitani fue clave para expandir uno de los principales rubros a los que apuntó el mediocampista, su línea de vinos llamada Bodegas Iniesta. El empresario asiático se hizo cargo de parte de la producción de las bodegas, cuyos vinos, de origen español, tuvieron una buena respuesta en Japón. Tanto es así que, en marzo de 2021, su vino Corazón Loco Selección recibió la medalla de doble oro, una de los premios más importantes del certamen SAKURA Japan Women’s Wine Awards.
Pero el imperio Iniesta se expandió y llegó a otros rubros como los inmobiliarios y las zapatillas. En el primero se trata de una empresa familiar donde, según los últimos datos disponibles del Registro Mercantil, en 2018, la compañía contaba con unos activos de USD 42 millones (y facturó USD 11,2 millones).
Pero el ojo clínico lo llevó a otro ámbito. Luego de ser imagen de Nike (marca de indumentaria del Barcelona) durante varios años, lo reemplazó por un contrato con Asics cuando llegó a Japón. Conoció esa industria y decidió armar un emprendimiento con su pareja, Anna Ortiz: lanzaron Mikakus, su propia marca de zapatillas.
“Hace años que tenía en la cabeza hacer algo de bambas (zapatillas). Surgió Mikakus, la firma se fue consolidando, entró Anna en el equipo y trabajamos juntos a nivel de imagen y ella también en el departamento de producto. Por ahora yo no diseño”, aseguró el futbolista a la revista Vanity Fair. Mikakus, marca perteneciente a la Sociedad Limitada Pukmal Items, cerró el ejercicio de 2019 con una facturación de USD 675 mil.
En ocasiones resurge el debate de cómo hacen los futbolistas para continuar con su vida una vez que cuelgan sus botines. Qué herramientas y posibilidades tienen. Si bien Iniesta es un deportista de élite, años antes de retirarse empezó a armar el juego, como muchos años lo hizo adentro de una cancha.
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