Erling Haaland es en la actualidad uno de los mejores futbolistas del mundo y a sus 21 años sus estadísticas ya son superiores a los que a esa edad registraban estrellas como Lionel Messi o Cristiano Ronaldo. Para entender un poco más a este joven noruego que se encamina a convertirse en una de las principales figuras de los próximos 10 años, quien fuese su primer entrenador contó detalles de cómo trabaja a diario para ser un número uno.
Alf Ingve Berntsen se desempeña en las inferiores del Bryne FC, un equipo de la segunda división del fútbol de Noruega. Allí conoció a Haaland, quien llegó cuando tenía apenas ocho años y quería divertirse con la pelota para lograr algo de lo que su padre, ex futbolista inglés, había conseguido como profesional. “En nuestro club, intentábamos mantenerlos juntos dependiendo del año en que nacieron, pero Erling se adelantó a su grupo, así que empezó a formar parte de nuestro trabajo jugando con futbolistas un año mayor que él”, contó en una extensa columna escrita en The Coaches Voice.
Allí, el técnico explicó que en un principio el delantero solo participaba de encuentros regionales, pero a los 13 años inició la competencia contra elencos de todo el país. Fue allí cuando el actual artillero del Borussia Dortmund se enfocó en ser cada día mejor para convertirse en una megaesterlla: “Desde muy joven habló de que quería ser un jugador internacional de primer nivel. Muchos jugadores de 11 y 12 años se dicen a sí mismos que quieren ser los mejores, pero Erling sabía, desde muy joven, que realmente podía lograrlo”.
Por aquel momento su posición era de extremo, porque el equipo se nutría de su velocidad, pero todos sabían que tenía una falencia: “Entendió, desde muy joven, los movimientos que tenía que hacer: sabía por dónde correr, dónde colocar el balón, y era fuerte en su cabeza, con una mentalidad ganadora increíble. Lo único que le faltaba era la parte física, pero yo sabía, porque conocía a su hermano cinco años mayor que él, que Erling acabaría desarrollándose y convirtiéndose en un jugador más fuerte”.
Cuando su contextura física aumentó, pasó a jugar como delantero y a los 15 años recibió el llamado del seleccionado juvenil. Desde aquella convocatoria, su nombre nunca se ausentó en el combinado nórdico en ninguna de las categorías hasta llegar a la mayor en donde hoy es la gran figura.
Alf Ingve Berntsen dejó en claro que su mentalidad era completamente diferente a la de los otros jugadores de su edad, por eso era distinto al resto: “Siempre mostró un gran deseo de ganar desde el primer día. No se rendía cuando perdía. No importaba si era en una sesión de entrenamiento o en un partido, siempre estaba dispuesto a asumir grandes responsabilidades, como el lanzamiento de un penal en el último minuto. Quería ganar y nunca tuvo miedo de perder. Hay jugadores que se desvanecen en esos momentos, pero Erling nunca lo hizo. Incluso si no tenía éxito, seguía entrenando, sin perder nunca la concentración, mostrando un deseo aún mayor de ganar. Y cuando se presentaba la oportunidad, estaba listo para actuar. Así que la combinación de mentalidad ganadora, su deseo de ganar, el no tener nunca miedo a nada y su voluntad de entrenar lo han convertido en el jugador que vemos hoy”.
Quien estaba siempre en las prácticas era Alf-Inge, el padre de Erling quien surgió de la cantera del Bryne FC pero se destacó en la Premier League en clubes como el Leeds United, el Nottingham Forest y el Manchester City. Según contó el entrenador, el ex futbolista jamás presionó a su hijo y dejó que forjara su propio camino.
Alf Ingve Berntsen, que bien conoce a Haaland, no se anima a pronosticar qué será de su futuro en medio de los rumores sobre una posible trasferencia al Real Madrid o al Manchester City en 2022: “Es difícil decir qué es lo siguiente para Erling, pero sé que quiere mejorar en todos los aspectos, y estoy seguro de que lo hará”. Pese a esta incertidumbre, el técnico confía en que lo mejor del delantero está por venir.
Además, se mostró feliz de observar que aquel niño que dirigió durante años y que ahora es una estrella no ha perdido su esencia: “Sigue siendo el mismo chico al que tuve la suerte de entrenar. Un jugador con los pies en la tierra, divertido y adorable. Le encanta el fútbol, le encanta entrenar y tiene claro lo que tiene que hacer para alcanzar su sueño. Tiene, como te decía, las capacidades técnicas y tácticas, pero sobre todo el aspecto psicológico y la fuerza mental para seguir adelante con lo que va a ser una carrera futbolística increíble”.
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