El segundo partido de vuelta en las semifinales de la Liga de Campeones de la Concacaf congregó a los Rayados y la Máquina de la Cruz Azul en la cancha del Estadio Azteca. El equipo local buscó remontar el adverso marcador de uno a cero concretado en la ida de la serie y estuvieron a punto de conseguirlo. Sin embargo, una polémica anotación de Rogelio Funes Mori aumentó la ventaja a cuatro tantos en el marcador global.
Apenas en los primeros 17 minutos, los asistentes al Coloso de Santa Úrsula presenciaron tres anotaciones. Con el marcador de dos a uno, Juan Reynoso mantuvo la esperanza de remontar. Sin embargo, la banca local y la mayoría de los aficionados estallaron en furia cuando César Arturo Ramos Palazuelos, árbitro del encuentro, validó un gol en aparente fuera de lugar para los Rayados.
Al minuto 24, Maxmiliano Meza tomó el balón en un contragolpe y filtró hacia la posición de Duván Vergara. Al momento del toque, tanto el colombiano como el nueve de Monterrey se encontraron en posición adelantada. No obstante, una barrida del zaguero cruzazulino impidió que el balón fuera recibido por el primero de ellos, pero modificó su trayectoria. El rebote le quedó a Funes Mori, jugador que no se tocó ell corazón para sentenciar.
Cuando los Rayados festejaban el gol, el juez central levantó el brazo en señal de fuera de lugar. La decisión, aunque invalidó el tanto de manera parcial, no incomodó a los visitantes. Cuando parecía que el encuentro continuaría con su trámite habitual, Palazuelos acudió al VAR para verificar la decisión. Después de algunos minutos, volvió al centro del terreno de juego y señaló la validez de la anotación. El marcador, entonces, se puso en tres a uno.
De acuerdo con el argumento de los jueces, la anotación del mexicano fue válida gracias a que el jugador de Cruz Azul jugó de manera voluntaria el balón. Y es que al momento del toque, habilitó la posición de Rogelio Funes Mori, quien tomó ventaja en el mano a mano contra Sebastián Jurado.
Catástrofe en el Estadio Azteca
A pesar de los intentos de Cruz Azul por remontar el marcador, los Rayados ejecutaron un estilo de juego más eficiente. El primer tanto del partido corrió a cargo de Maximiliano Meza en el minuto siete. Sin embargo, el aliento de la gente en el estadio Azteca pareció surtir efecto momentos después. Orbelín Pineda igualó las acciones en una jugada a balón parado. Hasta ese momento, La Máquina tenía que convertir dos dianas más.
Duván Vergara afirmó lo contrario y con un potente disparo al ángulo de la portería resguardada por Sebastián Jurado nubló el panorama. Después de ello llegó el tercer tanto de Rogelio Funes Mori y Juan Reynoso no tardó en hacer sus primeras modificaciones. Los cambios no funcionaron y las dos escuadras se fueron al medio tiempo con cuatro goles en el marcador.
A los siete minutos de haber reanudado el encuentro, el delantero de la Selección Mexicana logró convertir su segundo gol y el partido se descontroló. La segunda catástrofe comenzó a presentarse en la tribuna, pues los seguidores del equipo local comenzaron a realizar el grito discriminatorio en reiteradas ocasiones. De esa forma, Palazuelos tuvo la necesidad de llegar al segundo paso del protocolo establecido por la Concacaf y suspendió el encuentro durante 10 minutos.
Las acciones se enfriaron al reanudar. Monterrey mantuvo la ventaja y Cruz Azul ya no reaccionó. El rostro desencajado de los jugadores reflejó la extrañeza que provocó la reacción del público. Así, entre polémica, mal funcionamiento y la indisciplina de sus seguidores, los celestes finalizaron su recorrido en la búsqueda del Mundial de Clubes. En tanto, los Rayados se medirán a las Águilas de Santiago Solari en la final del torneo.
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