La gimnasta estadounidense Simone Biles afirmó este miércoles ante un comité del Senado de Estados Unidos que no quiere que ningún otro joven deportista sufra el “horror” que ella y cientos de gimnastas sufrieron por los abusos de Larry Nassar cuando era el médico del equipo nacional de gimnasia.
”No quiero que ningún otro joven atleta olímpico o ningún otro individuo sufra el horror que yo y que otros cientos han soportado y continúan soportando hasta hoy”, manifestó Biles, visiblemente emocionada, ante el comité judicial del Senado de EEUU. Ese comité del Senado quiere aclarar por qué la oficina del FBI en Indianápolis -dónde tiene la sede la Federación de Gimnasia- respondió de manera inadecuada y lenta a las primeras acusaciones de abuso sexual contra Nassar, lo que permitió al ex médico seguir perpetuando sus abusos.
Biles ahondó en detalles, con la voz entrecortada: “Para ser clara, culpo a Larry Nassar pero también a todo el sistema que permitio y perpetró el abuso. USA Gymnastics, el Comité Olímpico y Paralímpico de Estados Unidos sabían que yo estaba siendo abusada por su médico del equipo”. Además, señaló al FBI por haberla “dado la espalda” durante la investigación del ex médico del equipo norteamericano de gimnastas. “Después de contar mi historia completa de abuso al FBI en el verano de 2015, el FBI no solo no reportó mi abuso, sino que cuando finalmente documentaron mi reporte 17 meses después, hicieron afirmaciones completamente falsas sobre lo que dije”, sentenció.
Las otras tres campeonas mundiales Aly Raisman, McKayla Maroney y Maggie Nichols, quien fue la primera víctima que reportó los abusos a USA Gymnastics, fueron convocadas junto al Inspector General del Departamento de Justicia Michael Horowitz, que emitió un duro reporte en julio pasado criticando al FBI por estropear la investigación con una serie de errores que permitieron que los abusos continuaran por meses: la agencia federal no respondió con la urgencia y seriedad necesarias ante las acusaciones contra Nassar, que usó su posición como médico para abusar de las atletas y ocultarlo.
Raisman ofreció palabras contundentes: “Fue como servir a niños inocentes ante un pedófilo en bandeja de plata”. En tanto que el director del FBI, Chris Wray, fue sometido a un interrogatorio vinculado al accionar de los agentes que arruinaron la investigación y jamás fueron procesados por su conducta inapropiada. “Lo siento profunda y profundamente por todos y cada uno de ustedes. Lo siento por lo que ustedes y sus familias han pasado. Lo siento, que tantas personas diferentes, los decepcionen una y otra vez. Es algo totalmente inaceptable”, se disculpó Wray. Y añadió: “Y lamento especialmente que hubo personas en el FBI que tuvieron su propia oportunidad de detener a este monstruo en 2015 y fracasaron”.
La investigación del FBI sobre Nassar comenzó en julio de 2015, después de que el presidente y director ejecutivo de USA Gymnastics, Stephen Penny, informó las acusaciones a la oficina de campo del FBI en Indianápolis y proporcionó a los agentes los nombres de tres víctimas que deseaban ser entrevistadas.
Esa oficina, entonces dirigida por el agente especial a cargo W. Jay Abbott, no abrió formalmente una investigación. El FBI solo entrevistó a un testigo meses después, en septiembre de 2015, y no documentó formalmente esa entrevista en un informe oficial conocido como “302” hasta febrero de 2017, mucho después de que el FBI arrestara a Nassar por cargos de posesión de imágenes sexualmente explícitas de menores en diciembre de 2016.
Cuando la entrevista fue finalmente documentada en 2017 por un agente especial supervisor anónimo, el informe estaba lleno de “información esencialmente falsa e información fundamental omitida”, determinó el reporte de Horowitz. La oficina tampoco compartió las acusaciones con las agencias policiales estatales o locales.
“Los niños sufrieron innecesariamente porque varios agentes en varias oficinas del FBI se negaron a compartir las acusaciones contra Nassar con sus homólogos de las fuerzas del orden público en las agencias estatales y locales”, dijo el republicano Charles Grassley en declaraciones preparadas. “De manera inquietante, el abuso ocurrió a manos de alguien a quien se le confió su tratamiento médico y bienestar”, agregó.
Horowitz también dijo que Abbott, quien se retiró del FBI en 2018, también violó la política de conflicto de intereses del FBI al discutir un posible trabajo con el Comité Olímpico de Estados Unidos mientras estaba involucrado en la investigación de Nassar. Ni Abbott ni el agente especial supervisor no identificado que estropeó la investigación de Nassar fueron procesados por sus acciones.
Biles, de 24 años y ganadora de 19 títulos mundiales, ha sido muy crítica con la forma en la que la federación (USA Gimnastics) y el Comité Olímpico y Paralímpico estadounidense manejaron las denuncias de abusos contra Nassar y forma parte de unos 140 deportistas que han presentado una denuncia contra ambas organizaciones.
Se cree que más de 350 mujeres sufrieron abusos por parte de Nassar, que recibió una sentencia de cadena perpetua efectiva por un tribunal de Michigan en 2018, por abusar sexualmente de docenas de gimnastas jóvenes. También está cumpliendo una pena de prisión de 60 años por una condena federal por pornografía infantil.
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