Una de las tragedias más importantes en la historia del fútbol mexicano ocurrió al interior del Bar-Bar, el centro de entretenimiento nocturno que tuvo varios años de gloria desde su inauguración y que era frecuentado por distintas personalidades con alta popularidad dentro del país.
El 25 de enero de 2010, Salvador Cabañas sufrió un disparo en la cabeza al interior del antro. El autor del delito fue José Jorge Balderas Garza, apodado el JJ, quien posteriormente fue detenido y sentenciado a 20 años de cárcel. Este acto significó la clausura definitiva del histórico sitio que había albergado a distintas figuras públicas como Luis Miguel, Thalia, Diego Maradona, Alejandro Fernández y Carlos Slim Domit, entre otros.
Inaugurado en 1984 por el empresario Simón Charaf, una de sus características más especiales en la década de los 90 fue la recepción de varios futbolistas nacionales e internacionales, entre los que destacaron una gran cantidad de jugadores americanistas.
Aunque era común ver a todo tipo de personalidades, la realidad es que comenzó una tradición para los futbolistas del Club América de ir al Bar-Bar de manera seguida, en especial cuando el equipo tenía partido en el Estadio Azteca los domingos al medio día.
“Los lunes no había entrenamiento, entonces te podías desvelar tranquilamente. Los domingos en cualquier rincón de este planeta, normalmente no hay muchos lugares donde te puedas salir, festejar, campeonar o convivir, charlar”, afirmó el máximo goleador histórico de las Águilas, Luis Roberto Alves Zague, quien dio detalles del centro nocturno en una plática publicada en el canal de YouTube de Luis García.
Debido a que el Bar-Bar era un club abierto las 24 horas del día durante toda la semana, se convirtió en sitio predilecto de los azulcremas en los años 90; sin embargo, esta no era la única razón por la que el antro era un sitio americanista.
La razón por la que los jugadores americanistas frecuentaban el Bar-Bar comenzó gracias a la afición del dueño, Simón Charaf, con el equipo, ya que él mismo entabló amistad con algunos protagonistas desde los años 80 y se encargó de invitar a los futbolistas azulcremas a su discoteca.
“La tradición del Bar-Bar empieza porque el dueño era americanista empedernido. Tenía mucha amistad con El Cuchillo Herrera y Antonio Carlos Santos, quienes fueron los verdaderos pioneros que iban al Bar-Bar, invitados constantemente por el dueño”, afirmó Zague durante la misma entrevista.
Esto a la postre se convirtió en una rutina para los jugadores a los que les encantaba la fiesta, pero que eventualmente provocó una revolución dentro del lugar, pues comenzaron las relaciones con actrices y todo tipo de invitados.
La particularidad de ser un sitio abierto todos los días de la semana provocó interés en las agendas más ocupadas, por lo que otros futbolistas del resto del país comenzaron a darse cita en el lugar cada que visitaban la Ciudad de México, que en aquel entonces albergaba al Atlante, Pumas, Necaxa y Cruz Azul, además del América.
Aunque dio a entender que la entrada era selectiva y no accedía cualquier futbolista, Luis García afirmó que eventualmente el lugar se convirtió en “una mezcla de la Asociación Nacional de Actores y la Federación Mexicana de Futbol”, por el tipo de personas que se daban cita en el lugar.
Eventualmente el gremio de las actrices pesó más que el de los futbolistas, hasta que la tradición se diluyó; sin embargo, varios otros jugadores del América intentaron mantener viva esta rutina, hasta que finalmente fue clausurado a comienzos del 2010.
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