Hace tan solo un año, Estefanía Banini se planteó un objetivo: clasificar con su club a la Champions League. Finalmente lo logró, pero no se quedó a jugarla. Como ya había hecho otras veces en su carrera, tomó la decisión de asumir un nuevo desafío y dejó el Levante para dar el salto a un Atlético Madrid en proceso de reconstrucción. La futbolista argentina se sumó al elenco Colchonero con la ilusión de ganarse un lugar en uno de los clubes más grandes de España y con la esperanza de, tal vez, regresar a la selección nacional tras la llegada de un nuevo entrenador.
“A la vista de todos parece que di un paso para atrás, pero yo siento que en un tiempo serán todos pasos para adelante. Estoy feliz de pertenecer a un gran club, a uno de los grandes de España en esta etapa de mi carrera”, aseguró Banini en diálogo con Infobae desde su nueva casa en Madrid.
No fue fácil asumir la determinación de dejar un equipo que venía de lograr tres terceros puestos consecutivos en la Liga española para pasar a un Atlético Madrid que supo ser un equipo todopoderoso en su país (ganó el tricampeonato entre 2017 y 2019) pero que en las últimas temporadas había perdido el rumbo y que ni siquiera figuraba entre los primeros lugares. “Era muy tentador quedarme a jugar la Champions en el Levante, por eso fue muy dura la decisión”, sostuvo la mendocina, que admitió que con su anterior club “había pocas posibilidades reales de competir por el trofeo”, razón por la que finalmente firmó con el elenco de la capital.
Al haber sido una de las últimas en fichar, a Banini ya no le quedaban muchos números de camiseta por elegir. Finalmente, se inclinó por el dorsal 22. “Creo que me representa por las locuras”, sostuvo con una sonrisa la futbolista que, a pedido del entrenador Óscar Fernández, volvió a moverse dentro de la cancha como enganche, la posición en la que más cómoda y libre se siente. Adaptarse a un equipo que apuesta al juego directo en la ofensiva es uno de los mayores retos que la argentina tiene por estos días.
Disputadas dos fechas de la Liga Iberdrola, la primera división de España, los números le sonríen a Banini: fue titular en ambos partidos, su equipo consiguió dos triunfos y ya anotó un estupendo gol en el clásico del último domingo ante el Real Madrid. “Estoy muy contenta de pertenecer a este gran club, estoy viviendo algo muy lindo y estoy disfrutando de donde estoy. Es verdad que tenemos un equipo muy nuevo, con un cuerpo técnico que recién ha llegado y con muchas cosas que han cambiado. Estamos en un proceso de adaptarnos y de conocernos, pero queremos competir en la Liga y cumplir nuestros objetivos”, recalcó.
Allá por el 2015, Banini tuvo su primera experiencia en el fútbol español. Luego de exitosos pasos por el Colo Colo de Chile y Washington Spirit en Estados Unidos, recaló en el Valencia. En 2018, tras un breve regreso a Norteamérica, firmó con el Levante y advirtió los enormes avances que se habían registrado en la liga femenina en muy poco tiempo, algo que se sostiene hasta la actualidad. En relación a eso, valoró: “Cada fin de semana lo notamos: ya es muy difícil hacer una diferencia tan grande en goles y en el juego también. Cada vez se está complicando más y eso está muy bueno porque disfrutas más, competís más. No sabes qué va a pasar en cada partido y eso nos hace crecer mucho tanto en lo personal como en cuanto al equipo”.
Esa obligación de ser competitiva y de tener que desafiarse a sí misma para estar al tope de su potencial es lo que también le permite soñar con un posible regreso a la selección argentina. Banini no juega en el conjunto nacional desde que, una vez terminado el Mundial de Francia 2019, reclamó un cambio en la conducción del equipo a través de una carta pública. Con el cambio de entrenador y la llegada de Germán Portanova al cargo en reemplazo de Carlos Borrello (quien pasó a ser manager), a la mendocina se le abre una puerta para el retorno. De todos modos, su nombre no figura entre las citadas para los amistosos ante Brasil que se disputarán en la Fecha FIFA de los próximos días.
“Portanova me ha llamado, ha sido un primer contacto y nada más. Me contó un poco su idea. Yo sigo estando a disposición de la Selección al 100%, siempre lo estuve y estoy feliz de poder ser parte desde donde sea. Trabajo día a día en el club y con mis compañeras para estar y hoy me encuentro muy bien”, señaló Banini.
Aunque no conoce personalmente al nuevo entrenador, la jugadora del Atlético Madrid reconoce que le da “mucha ilusión” y que es “un avance grande” su llegada al cargo. Consultada sobre si este cambio de conducción en el que equipo es lo que había reclamado en la carta que publicó hace dos años, no duda: “Es lo que esperábamos”.
“Esperemos que la Argentina tenga identidad, supongo que eso requiere un largo proceso. Pero esté quien esté lo que queremos es que el equipo crezca, eso me pone feliz. Ahora vamos a alentar en estos dos amistosos que tenemos ante un gran rival y habrá que ver qué selección lleva Brasil”, indicó.
Por cuestiones de diferencia horaria, a Banini le cuesta seguir con detalle el torneo femenino de Argentina. De todos modos, se las arregla para ver algunos compactos de partidos y para consultar los resultados. “Sigo viendo que hay diferencias entre equipos, que hay muchos que golean a otros y ojalá con el tiempo eso se pueda equiparar”, se ilusionó.
Para la mendocina, Argentina tiene “una buena materia prima” en cuanto a futbolistas mujeres y aclara: “El torneo de AFA es el más importante, pero hay pedazos de jugadoras en el interior”. Es por eso que un gesto de enojo e impotencia aparece en su rostro cuando se le pregunta por los casos de las niñas a las que no dejan jugar con sus compañeros en distintas ligas del país. Son cada vez más los casos de pequeñas que entrenan durante la semana con equipos de varones, pero que luego no pueden disputar los partidos por los puntos porque el fútbol mixto no está contemplado en los reglamentos.
“A mí me pasó”, lanza y su tono se vuelve firme, mezclado con algo de bronca por el recuerdo de esa niña que sufrió la injusticia en carne propia. “Yo entrenaba con un equipo de varones en el Club Cementista cuando tenía alrededor de 6 o 7 años y en los torneos no me dejaban jugar porque era mujer. Mis papás tuvieron que firmar ante un notario diciendo que se hacían cargo de cualquier cosa que me pasara. Solo así me dejaron jugar y alcancé a estar en dos partidos del torneo. Yo los fines de semana me sentaba a mirar desde la tribuna a mis compañeros y duele mucho, me cuesta explicarlo. No puedo entender cómo puede llegar a pasar eso y mucho menos se entiende que siga ocurriendo en esta época”.
Es por eso que se entusiasma con la versión que ha circulado en las últimas semanas y que asegura que la AFA podría establecer el fútbol mixto en las categorías infantiles para evitar que surjan más situaciones similares: “Los casos de esas nenas y lo que yo viví me parece lamentable, es triste escuchar que eso sigue pasando. Tenemos que seguir creciendo y avanzar, por eso me parece fantástico que se admita el fútbol mixto, para mí es el camino. Creo que los varones pueden aprender de las mujeres y nosotras de ellos, y eso te permite adaptarte a diferentes formas de juego. Yo estoy a favor del fútbol mixto en esas edades ya que no se corre ningún peligro y eso está comprobado”.
El ingreso de las mujeres al mundo del fútbol desde edades tempranas viene a cambiar un escenario que durante mucho tiempo fue expulsivo. Consciente de esta transformación social, Banini apuesta a cuidar lo conseguido, pero siempre con vistas a seguir en un camino ascendente: “Una antes tenía que pagar para alquilar una cancha para entrenar y hoy hay un montón de niñas que tienen eso a su disposición. Es hermoso, es lo que debería haber pasado siempre con las que pasaron, con las que estamos y con las que van a venir, que tienen que seguir luchando para seguir avanzando y para que el fútbol femenino se iguale al masculino. Y no hablo de lo económico, sino de las condiciones”.
“Para que el crecimiento sea sostenido se necesita del compromiso de la gente que tiene el poder como para poder hacerlo. Ellos tienen que saber que si se apuesta, los resultados no se van a dar hoy, sino que pueden ser dentro de un par de años. Eso pasa en todos lados: cuando uno invierte en una empresa sabe que no va a dar frutos mañana. Hace un tiempo leí un libro con cuentos de Las Pioneras del fútbol femenino y ellas contaban que cuando jugaban salían en los diarios como si fueran un circo, las iban a ver asombrados. Pero era ese momento y listo, después cada una entrenaba como podía y hacía su vida. Yo creo que hoy ya estamos en otro nivel: no tenemos que jugar un Mundial para tener tanta repercusión, tenemos que ser constantes y saber que es un trabajo a largo plazo”, agregó.
Por estos días, la mendocina de 31 años busca adaptarse a su nueva vida en Madrid. El revuelo de las grandes ciudades no es lo suyo, por lo que reside en un departamento en las afueras, cercano al centro de entrenamiento del Atlético Madrid. Su foco hoy está puesto al 100% en su club, por lo que postergó las prácticas que requiere el curso para conseguir la licencia de entrenadora en Europa. Esa actividad implicaba que estuviera en contacto con equipos infantiles, algo que acrecentaba las posibilidades de contagiarse COVID-19 y ponía en riesgo la posibilidad de estar siempre a disposición de los entrenamientos y los partidos.
Banini, que tiempo atrás fue la única argentina incluida en el equipo ideal de Sudamérica de la última década por parte de la Federación Internacional de Historia y Estadística (IFFHS), tiene en claro lo que quiere para su presente y para su futuro. Preguntarle por sus objetivos es una suerte de deja vu. “Quiero clasificar a la Champions... y decidir jugarla esta vez”, dice y se ríe con ganas.
“Quiero aportar para que el Atlético Madrid vuelva a los lugares que supo tener. Esa es mi meta hoy en día: trabajar y estar al 100%. Y, por qué no, si hay una convocatoria (a la Selección), que me hagan el seguimiento en el club y vean que estoy bien”. La confianza de que un buen nivel en su club le da más chances de insertarse en esta nueva etapa del conjunto nacional es uno de los motores que mueven a la mediocampista. De apostar una vez más se trata. Y en los últimos tiempos los buenos resultados parecen estar de su lado.
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