La segunda mitad de temporada de Checo Pérez no comenzó de la mejor forma en Red Bull, pues en las tres carreras que se han disputado tras las vacaciones de verano, los resultados del piloto mexicano distan mucho de lo esperado a principios de año, en especial por el contraste con su compañero, Max Verstappen.
A pesar de que las circunstancias son diferentes en cada una de las carreras, en las últimas dos hay especial crítica a la estrategia del equipo y a su comunicación por radio, sobre todo tras la última debacle en el Gran Premio de Italia, donde un error costó un podio como tercer lugar para Sergio.
Debido a que los principales ojos de la afición recaen en el propio Checo; en el director de la escudería, Christian Horner, y en el asesor de confianza, Helmut Marko, no muchos conocen a quien funge como mano derecha de Pérez cada fin de semana.
Se trata de Hugh Bird, el ingeniero de carrera de Sergio Pérez y quien se encuentra en su primera temporada al mando de un auto de Red Bull, ya que a pesar de que acumula varios años dentro de la organización, nunca antes se había desempeñado en este puesto de vital importancia para el correcto funcionamiento de un equipo de Fórmula 1.
Por primera vez en su carrera, Checo tiene a un ingeniero de carreras más joven que él; sin embargo, esto no es sinónimo de inexperiencia para Bird, ya que presume un currículum que parece estar a la altura para ocupar este tipo de responsabilidad dentro de Red Bull.
Hugh es ingeniero por Red Bull Racing y Red Bull Technology en rendimiento de simuladores y análisis, dependencias clave en cualquier equipo de Fórmula 1. De hecho, su pasado como ingeniero de rendimiento de simuladores desde 2015 le permitió ascender a ingeniero de carrera en este 2021.
Además tiene una maestría en Ingeniería Mecánica y de Fluidos por la Universidad de Cambridge, por lo que su labor dentro de Red Bull no solamente radica en darle indicaciones a Checo por radio, sino que su experiencia y sabiduría son fundamentales para la confección física del RB16B de Pérez.
Mientras que Paul Monaghan funge como ingeniero jefe del equipo, dos de sus grandes subdivisiones radican en el ingeniero de rendimiento, donde Bird ya tuvo cinco años de experiencia, y en el ingeniero de carrera.
El primero focaliza su tiempo en la configuración electrónica del coche y, de acuerdo con Simon Rennie, líder del grupo de ingeniería de simulación en Red Bull, “cuida cosas como la configuración diferencial, la forma en que se forma el equilibrio de frenos, los sistemas de control electrónico y cómo se mapean”.
Con estas responsabilidades relegadas, el objetivo del ingeniero de carrera es “configurar los niveles de las alas, la altura de conducción, las barras estabilizadoras; además de cuidar los neumáticos, la legalidad del automóvil y partes del proceso de construcción”, de acuerdo con el portal de Red Bull Racing.
Por esta razón, a pesar de que la crítica en el GP de Italia señaló a Hugh Bird por no responder a Pérez que devolviera la posición a Charles Leclerc, su labor con el auto es mucho más compleja que solamente darle indicaciones en carrera a Checo.
Ambos conforman un equipo que solo funciona con buena retroalimentación entre ambas partes, por lo que la experiencia será crucial para mejorar el auto y eventualmente la comunicación, ya que errores como quedarse sin tiempo en las clasificaciones solamente son producto de impericia.
Por otro lado, Gianpiero Lambiase funge como ingeniero de carrera de Max Verstappen desde que se convirtió en piloto de Red Bull, por lo que la comunicación y entendimiento está mucho más aceitado con el neerlandés, además de que impregna su extensa experiencia dentro de la categoría.
Como dato curioso, Lambiase también trabajó con Checo Pérez en 2014 dentro de Force India, pero a la siguiente temporada se incorporó a Red Bull.
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