Después del bochornoso episodio que derivó en la suspensión del clásico entre las selecciones de Brasil y Argentina que estaban disputando el domingo en San Pablo, nueva información sigue saliendo a la luz que ayuda a esclarecer qué fue lo que ocurrió. La imagen de un inspector sanitario con un papel en la mano ingresando al terreno de juego del Arena Corinthians dio la vuelta al mundo y ahora se conocieron nuevos detalles de cómo ese sujeto llegó hasta ahí.
Según dichos de Alex Machado Campos, responsable del área de aeropuertos, puertos y fronteras de la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), Yunes Eiras Baptista se vio obligado a cruzar los límites del campo de juego porque hacía una hora que estaba en el estadio y que diversas autoridades le impedían llegar hasta los futbolistas argentinos.
El organismo brasileño sostiene que Emiliano Martínez, Emiliano Buendía, Cuti Romero y Giovanni Lo Celso, quienes juegan en la Premier League, no contaban con el permiso para disputar el encuentro y que debían ser deportados por no haber cumplido con la cuarentena que se le exige a todo aquel que llegue a Brasil y que en los últimos 14 días haya estado en India, Sudáfrica o Inglaterra. Es por eso que el ente envió agentes al hotel de concentración del equipo Albiceleste y luego los mandó hacia el estadio del Corinthians, en donde se celebraba el duelo.
Machado Campos dejó en claro que el inspector llegó al recinto cuando aún restaba una hora para el inicio del encuentro pero que empleados de Conmebol, de la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF) y del estadio se encargaron de impedir que se acerque a los futbolistas. “No voy a proteger a nadie, todos estaban ahí”, sostuvo en declaraciones publicadas por el sitio UOL.
“En ningún momento él (Yunes) pudo tener acceso al vestuario y nos dimos cuenta que era para retrasar la acción de Anvisa. Fue solo cuando nuestro servidor vio el lugar para llegar al campo que tomó la iniciativa y fue a hablar con el VAR para comunicarse con el árbitro de una manera más educada”, explicó Machado Campos, quien aseveró que el empleado acudió al lugar cerca de las 3 PMy escoltado por agentes de la Policía Federal.
A su ves, el brasileño calificó como una “burla” que la selección argentina haya incluido entre sus titulares a dos de los futbolistas que tenían pedido de deportación: “Tenían un amplio conocimiento de la acción de la autoridad”.
Por otro lado, contó que el inspector Yunes Eiras Baptista estaba mal anímicamente por lo ocurrido, al ver la dimensión del escándalo: “Contó que se sintió avergonzado durante toda la operación, ya que se estaba retrasando. Me preguntó si iba a continuar (con su empleo) y se lo confirmé”.
La postura de las autoridades de Anvisa no se altera con el correr de las horas. El propio Campos y el presidente del organismo Antonio Barra Torres, insisten en que los cuatro jugadores argentinos nunca fueron autorizados a no hacer cuarentena y que el sábado en una reunión de la que participaron representantes de a Conmebol, la Confederación Brasileña (CBF), la delegación argentina, el Ministerio de Salud, la Secretaría de Salud del Estado de San Pablo y Anvisa, se les dejó en claro que esos futbolistas no podían abandonar el hotel hasta no contar con el permiso.
Mientras tanto, la FIFA confirmó este martes que abrió un procedimiento disciplinario relacionado con el partido entre Brasil y Argentina del último domingo por las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial de Qatar 2022. La Casa Madre del fútbol Mundial deberá decidir qué ocurrirá con el partido, si se completarán los 85 minutos pendientes o si alguno de los dos combinados es declarado ganador, para eso arrancará ahora una investigación: “Se ha solicitado a ambas selecciones que proporcionen más datos sobre los hechos que causaron la suspensión del encuentro a fin de que la Comisión Disciplinaria de la FIFA pueda recopilarlos y analizarlos exhaustivamente”.
SEGUIR LEYENDO: