El bochorno sucedido este domingo en el Estadio Arena Corinthians de San Pablo ha desatado la discusión sobre quiénes fueron los responsables que permitieron que un partido tan importante como el clásico entre Argentina y Brasil se suspendiera cuando el juego había comenzado, después de la invasión de inspectores sanitarios locales. Con el encuentro cancelado por el árbitro y después de las discusiones en el campo de juego entre futbolistas, dirigentes y cuerpo técnico con agentes de seguridad y autoridades locales, arrancaron los análisis para comprender qué fue lo que ocurrió.
La Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria de Brasil (Anvisa) tomó un protagonismo inusitado durante toda la jornada. Primero al aconsejar a través de un comunicado que los cuatro jugadores argentinos que forman parte de la Premier League, Giovani Lo Celso, Emiliano Marínez, Cristian Romero y Emiliano Buendía, debían respetar la cuarentena o ser deportados. Después al enviar agentes de la Policía Federal al hotel a dos horas para el inicio del compromiso. Y finalmente luego al irrumpir en el terreno de juego y obligar a la suspensión del cotejo.
Ante la rigurosidad del ente estatal que impidió la continuidad del encuentro y acusó a los futbolistas de mentir en sus declaraciones juradas al ingresar al país el viernes, al negar que en los últimos 14 días habían estado en Reino Unido, se viralizaron casos recientes similares en donde el mismo organismo ni siquiera actuó. Por eso se desató la polémica y comenzó el cuestionamiento hacia las autoridades brasileñas.
Antonio Barra Torres, presidente y director de Anvisa, explicó a la cadena O Globo que el dato mal indicado en el documento de los jugadores se encontró el sábado por la noche, por eso obraron recién este domingo por la mañana: “Se les ordenó (a los futbolistas) que permanecieran aislados en espera de la deportación. Pero no se cumplió. Se trasladaron al estadio, entraron a la cancha y hubo una secuencia de incumplimientos”. Vale mencionar aquí que la delegación argentina tomó cada decisión con el aval de la Conmebol y no por motus propio.
En este sentido, Barra Torres explicó luego en diálogo con ESPN que si hubiesen dicho la verdad en sus declaraciones jugadas tampoco hubiesen podido disputar el encuentro, ya que hacía no menos de 14 días habían estado en Inglaterra, uno de los tres países, junto con Sudáfrica e India, que forman parte de la lista roja del gobierno de Brasil. Por eso es sospechoso que las autoridades esperaran hasta el inicio del encuentro para pedir la deportación y no se expidieran antes, tal y como reclamaron Lionel Messi y Lionel Scaloni.
Fue en ese momento que varios medios recordaron el caso de Willian, delantero que hasta hace algunos días pertenecía al Arsenal de la Premier League, pero que el 1 de septiembre aterrizó en San Pablo para unirse al Corinthians y a los dos días ya se entrenaba con sus nuevos compañeros. Sin ningún tipo de aislamiento, el punta de 33 años no tuvo impedimentos por parte de Anvisa.
Si bien hubo versiones que señalaban en un principio que la medida de cuarentena obligatoria regía solo para extranjeros, el propio Barra Torres se encargó de aclarar que no es así: “Esta determinación es para todos porque hay una determinación de derecho internacional que todos aquellos que son nacidos en un determinado país no se les puede impedir que regresen a su país. Para quienes son brasileños tienen que presentar el PCR negativo antes de subirse al avión y tienen que tener el pasaporte sanitario y quedarse aislados al ingresar a Brasil en la ciudad de destino”, declaró en diálogo con el programa Equipo F de ESPN.
Sin embargo, el director de Anvisa no pudo explicar por qué a los futbolistas argentinos se los deportó en medio de un operativo caótico que fue replicado por los principales portales del mundo y con Willian no se actuó: “No tengo conocimiento de eso. Si hay una denuncia es una denuncia grave por una infracción sanitaria grave que será tratada”.
Además, el propio responsable del organismo dejó en claro que el problema fue solamente con los cuatro futbolistas que actúan en la Premier League y que el partido podía haber continuado siempre y cuando ellos abandonaran el estadio y se marcharan rumbo al aeropuerto. Obviamente, esa opción nunca fue barajada por la delegación argentina, tal como remarcó el propio Scaloni.
La controversia sobre lo sucedido seguirá por bastante tiempo, pero ahora el caso quedará en manos de la FIFA que deberá decidir si el encuentro debe reprogramarse para seguir jugándose o si alguno de los dos seleccionados es declarado ganador. En este marco, la argentina parece estar más cerca de quedarse con los tres puntos.
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