9 perlitas de los clásicos entre Argentina y Brasil: el regreso en rebeldía de Maradona, la actuación mágica de Messi y la fotocopia de Caniggia

La Albiceleste y la Verdeamarela vuelven a verse las caras tras la final de la Copa América que ganaron los dirigidos por Lionel Scaloni. Un duelo con mucha historia y curiosidades

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Diego Armando Maradona junto al volante brasileño Branco.
Diego Armando Maradona junto al volante brasileño Branco.

Al comenzar el año 1993, la Asociación del Fútbol Argentino llevó adelante una serie de actos para celebrar el primer centenario de su historia. Además de las actividades protocolares, por supuesto que hubo un partido y el rival elegido fue Brasil, para enfrentarlo en cancha de River el 18 de febrero. El clima de fiesta se vivió desde un par de días antes, no tanto por la habitual rivalidad, sino por un hecho que se robaba toda la atención: el regreso de Maradona a la selección nacional. Su última participación había sido en la final contra Alemania en Italia ‘90 y mucha agua había corrido bajo los puentes de su vida, como la sanción de un año y medio por el doping positivo en el Calcio y su posterior regreso en el Sevilla, con Carlos Bilardo como entrenador. El club español estuvo en desacuerdo con su viaje, pero poco le importó a Diego, que salió encabezando el equipo con la cinta de capitán, regaló destellos de su talento y fue una de las figuras del empate 1-1.

En 1979 se disputó una nueva edición de la Copa América, que por aquellos años tenía un formato diferente, ya que eran tres grupos de tres integrantes sin sede fija y que se desarrollaba a lo largo de varios meses. Argentina llegó al último partido con la obligación de vencer a Brasil en cancha de River para poder acceder a la semifinal, ya que había perdido en el Maracaná y en La Paz, pero había derrotado a Bolivia en Vélez. El detalle curioso es que César Menotti no estuvo en el banco de suplentes, ya que se encontraba con el juvenil que pocos días más tarde comenzaría su brillante actuación en Tokio con Diego Maradona y Ramón Díaz como figuras. Al comando del equipo quedó Federico Sacchi, que en forma sorpresiva convocó a Ricardo Bochini, quien no actuaba en el cuadro nacional desde hacía dos años y recién volvería en 1984, ya con Carlos Bilardo en la conducción. La magia del Bocha no alcanzó, porque el resultado final fue 2-2 y Brasil accedió a la instancia siguiente.

La historia futbolera de Lionel Messi está repleta de grandes momentos, tantos que se hace casi imposible cualquier enumeración. Pero en un rincón destacado de su vinculación con la camiseta celeste y blanca que ya lleva más de 15 años, con seguridad debe estar el amistoso ante Brasil del 9 de junio de 2012 en Nueva Jersey. A sus habituales actuaciones sobresalientes, le sumó aquella tarde una marca que pocos tienen: marcarle tres tantos en un partido a la Verdeamarela. Sobre todo el último, que sirvió para ganar 4-3 y fue un golazo de antología, ya que arrancó en mitad de cancha recostado sobre la derecha y fue acelerando, hasta clavar la pelota en el ángulo, con un disparo desde el borde del área. Pese a que solo tenía 23 años ese fue su partido número 70 en la selección mayor y por suerte no fue la única ocasión que firmó un hat trick en el cuadro nacional, ya que lo hizo en cinco oportunidades más: Suiza (2012), Guatemala (2012), Panamá (2016), Ecuador (2017) y Haití (2018).

Messi en el estadio de Nueva Jersey luego de anotar el cuarto gol con el que la selección le ganó a Brasil por 4 a 3.
Messi en el estadio de Nueva Jersey luego de anotar el cuarto gol con el que la selección le ganó a Brasil por 4 a 3.

El estadio Sarriá de la ciudad de Barcelona vio esfumarse la última ilusión de la selección argentina en el Mundial de España, donde llegaba, no solo como el campeón defensor, sino como un firme candidato al título. Las cosas se complicaron desde la inesperada derrota con Bélgica en el debut y la caída ante Brasil por 3-1 aquella tarde, selló la despedida. Allí se cerró el ciclo de César Luis Menotti como entrenador, pero también fue el último partido oficial con la camiseta celeste y blanca de nada menos que ocho futbolistas: Luis Galván, Alberto Tarantini, Jorge Olguín, Osvaldo Ardiles, Daniel Bertoni, Santiago Santamaría, Ramón Díaz y Mario Kempes.

Entre los últimos días de 1980 y los primeros de 1981 se disputó el Mundialito en el estadio Centenario de Montevideo. Fue una idea de la Asociación Uruguaya de Fútbol, para conmemorar los 50 años del primer Mundial y para ello se propuso que el certamen sea disputado por los seis campeones, hecho que se cumplió en forma parcial, porque Inglaterra declinó la invitación y su lugar fue ocupado por Holanda, doble sub campeón vigente. Argentina debutó venciendo en forma agónica a Alemania, en la extraña fecha del 1 de enero y tres días más tarde enfrentó a Brasil. El resultado final fue 1-1 y quedó en el recuerdo como el único gol oficial que le marcó Diego Armando Maradona al tradicional rival en seis encuentros jugados.

Habían pasado apenas un año y tres días de la histórica victoria en Turín por los octavos de final del Mundial 1990 y todavía estaban frescas las vivencias de un partido que parecía sacado de un cuento. Argentina y Brasil se enfrentaron el 27 de junio de 1991 en la ciudad de Curitiba, como ensayo final antes de la Copa América que se inició dos semanas más tarde en Chile. Fue empate en un tanto, pero en la conquista nacional la historia volvió a repetirse, ya que el gol lo marcó Claudio Paul Caniggia ante el arquero Claudio Taffarel. Fue una noche fundacional, porque ese día debutó un delantero que en la selección extendió por una década el gran momento que atravesaba en Boca Juniors: Gabriel Batistuta.

El equipo que enfrentó a Brasil en España 82, el último partido del ciclo Menotti (Passarella, Olguín, Luis Galván, Kempes, Tarantini, Fillol. Abajo: Ardiles, Barbas, Maradona, Calderón y Bertoni)
El equipo que enfrentó a Brasil en España 82, el último partido del ciclo Menotti (Passarella, Olguín, Luis Galván, Kempes, Tarantini, Fillol. Abajo: Ardiles, Barbas, Maradona, Calderón y Bertoni)

Una de las victorias más festejadas ante Brasil fue la que se obtuvo el 24 de agosto de 1983 por la fase de grupos de la Copa América en el estadio Monumental. La alegría no solo fue por el rival, sino porque no se lo había podido vencer en los últimos 13 años. El gol de Ricardo Gareca que sentenció el 1-0 fue muy celebrado en el primer éxito relevante del ciclo de Carlos Salvador Bilardo que tuvo aquella noche dos detalles: El debut de Alberto Beto Márcico y la sorpresiva convocatoria de Roberto Mouzo, zaguero central de dilatada trayectoria en Boca, que apenas había disputados dos encuentros en el cuadro nacional, ambos con Menotti como entrenador, en 1974 y 1976. El Narigón lo llamó aclarándole que su misión era marcar a Roberto Dinamita, el peligroso centro delantero rival, ya que conocía como pocos la función de stopper. Fiel a su estilo, Mouzo cumplió y anuló al goleador.

En 1964 la Confederación Brasileña de Fútbol cumplió 50 años y decidió organizar un cuadrangular para festejarlo, invitando a Inglaterra, Portugal y Unión Soviética. Éste último no concurrió y su lugar fue ocupado por Argentina, que atravesaba un flojo momento a nivel selección, luego de las tempranas eliminaciones en los Mundiales de Suecia 1958 y Chile 1962. Sin embargo, el cuadro dirigido por José María Minella fue el indiscutido campeón el ganar sus tres compromisos. Para el match ante los locales, el entrenador le asignó a José Mesiano la marca personal de Pelé, que cumplió a la perfección, sin cometerle faltas y que llevó al astro a un alto grado de impotencia, que coronó con un cabezazo que fracturó el tabique nasal del argentino, situación no advertida por el árbitro. En su lugar ingresó un joven de San Lorenzo, Roberto Telch, pero quedó en la leyenda la frase del capitán Antonio Rattín al entrenador Minella: “Del Negro me encargo yo”. Pelé siguió en su intrascendencia, absorbido por el caudillo boquense y Telch fue el autor de dos de los goles que coronaron un inolvidable 3-0.

El primer ciclo de Alfio Basile al frente de la selección llevaba apenas un par de meses cuando se enfrentó en un amistoso con Brasil en cancha de Vélez el miércoles 27 de marzo de 1991. Desde un par de semanas antes se había anunciado la presencia de Maradona, en lo que era su vuelta al equipo nacional tras el Mundial de Italia. Las entradas se agotaron y la expectativa fue en aumento, pero el domingo 24, en la derrota ante Sampdoria por 4-1, fue su último partido en el Calcio, ya que el Nápoli le impidió el viaje, porque recibió la noticia de su control antidoping positivo de una semana atrás. La frustración fue muy grande y ni siquiera el emocionante 3-3 lo pudo apaciguar. Como recuerdo de esa noche quedaron los debuts del Turco Claudio García, Blas Giunta y Dante Unali, uno de los dos únicos futbolistas de Deportivo Mandiyú de Corrientes en vestir la casaca nacional. El otro fue el Pepe José Basualdo.

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