Debutó en la Primera del Barcelona en 2019 a los 16 años, misma edad que Lionel Messi cuando dio el salto a la élite. Fue en una goleada por 5-2 ante el Betis, en la que la entonces máxima promesa de La Masía no anotó ningún gol, pero sí se generó su propia chance y dejó algunas pinceladas que adelantaron la calidad que lleva en la sangre.
Las lesiones lo condicionaron en el momento de su despegue, pero no llamó la atención que fuera el elegido por el conjunto blaugrana para convertirse en el heredero de la N° 10 de la Pulga, quien mudó su talento al PSG luego de que en Cataluña no le renovaran en contrato.
El pequeño nacido en República de Guinea-Bisáu, país africano, se crió en España, país al que arribó su familia en búsqueda de mejores oportunidades cuando él tenía seis años. La pequeña localidad de Herrera fue la elegida por su padre, Bori Fati, quien de joven se desempeñó como futbolista, pero en el Viejo Continente consiguió empleo en el basurero municipal y como chofer personal del alcalde del municipio de Marinaleda.
Mientras tanto, sus dos hijos comenzaron a mostrar que en su ADN había cualidades futbolísticas heredadas de su padre e ingresaron al Sevilla. Ansu jugó allí un tiempo hasta que en 2012 se unió al Barcelona. En esa etapa, recibió ofertas del Betis, Zaragoza y del propio Real Madrid, pero el jugador eligió el cuadro catalán.
“Con Ansu he estado muy poco, pero es desparpajo puro, anarquía total en el su juego, hay que darle libertad y no encorsetarlo en una banda y prohibirle que vaya a los pasillos interiores. No tengo ninguna duda de que logrará lo que se proponga, es un asesino del área, es uno de mis reyes, tiene madera de campeón”, lo definió Víctor Valdés, entrenador de uno de los equipos filiales, quien llegó a guiarlo en parte de su formación.
Con la camiseta azulgrana se inició en el Avelín A, en donde hizo dupla con el japonés Kubo, luego fichado por el Real Madrid. Juntos ganaron varios torneos, incluido una final ante su clásico rival. Así, el africano llegó un día al equipo B.
"Llegó de entrenarse con el Barça B con unas molestias en una planta del pie y no pudo jugar el primer partido. Le dije que me enseñara las botas y eran un desastre, nadie había reparado en eso, y fuimos comprar unas botas nuevas", contó Valdés quien reveló que al partido siguiente, con nuevo calzado, marcó dos goles.
Ansu Fati se desempeñaba como extremo izquierdo, pero su versatilidad lo llevó a moverse por todo el centro de ataque y a transformarse en goleador... Como ocurrió con Messi. Tras culminar el partido que representó su debut, el propio ex capitán supo publicar una imagen en su cuenta de Instagram abrazado al número 31 en una especie de bendición que se hizo viral. Incuso, el Barcelona comentó en la publicación: “El presente y el futuro”.
La bendición fue más allá: tanto potencial le vio Messi, que su hermano Rodrigo lo representó durante una temporada. El agente había sido el encargado de asesorar a la familia Fati en el contrato que se firmó con el FC Barcelona hasta 2022. Sin embargo, el joven atacante decidió romper el vínculo hace poco más de un año para cambiar de apoderado: pasó a ser manejado por Jorge Mendes, quien orienta la carrera de Cristiano Ronaldo.
De todos modos, la relación entre ellos no se resintió. “Todo los chicos que llegamos a la Masia soñamos con poder jugar junto a ti, me siento afortunado por haberlo cumplido. Quería agradecerte estos dos años por tus gestos de cariño hacia mí y por todo lo que aprendí. Leo mi Familia y yo siempre estaremos eternamente agradecidos, te deseo todo lo mejor a ti y a los tuyos”, escribió Ansu tras la inesperada partida de Messi, pese a su deseo de permanecer en la institución.
Los problemas físicos condicionaron el desarrollo del joven. En noviembre de 2020 sufrió la rotura del menisco interno de la rodilla izquierda, una lesión que le demandó un extenso período de recuperación de más de diez meses y tres intervenciones quirúrgicas. Actualmente atraviesa la última etapa de rehabilitación.
“Falta bastante para que compita al máximo nivel. Ha estado mucho tiempo fuera de los terrenos de juego y necesita más entrenamientos. No vamos a correr ningún riesgo con él, queremos que sea importante en el futuro”, sentenció el entrenador Ronald Koeman, buscando aplacar la ansiedad alrededor de su figura.
Es que, ya sin Messi, los aficionados depositan grandes esperanzas en él. Acumula 17 goles en 53 partidos oficiales con el Barcelona. Y en la selección española absoluta ya ostenta dos presencias, con un gol, a Ucrania, por la Liga de las Naciones de la UEFA. Habrá que ver si el dorsal N° 10 que Messi hizo brillar durante 16 años representa un peso o una motivación para Fati, el heredero.
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