No fue suficiente un Parque de Príncipes. Tampoco debió brillar para ser el rey de la velada. El argentino consagró en breves minutos, una cuarta fecha de una Liga nacional de fútbol, en un banquete de coronación con una peregrinación de miles de aficionados que llegaron a la pequeña ciudad de Reims para darle la bienvenida.
Las adyacencias a la catedral de Notre Dame de Reims, una obra maestra del arte gótico construido a partir de 1211, donde en total 33 soberanos fueron consagrados, lucieron como testigos de la paciente presencia de los primeros pasos de Lionel Messi. Ingresado en la segunda parte, el rosarino finalmente jugaba para el deleite de un público francés que quedaba conquistado.
Durante varios días reinó la emoción que la “Ciudad de las Coronaciones”, fuera el escenario para el nuevo monarca parisino. Y la recepción reservada para la superestrella argentina fue el colmo del enorme entusiasmo que despertó el domingo por la noche, en esta pequeña ciudad donde en el siglo V, Remigio, obispo de Reims, bautizado Clovis rey de los francos, sellaba la alianza entre la Iglesia y la monarquía. Aquí se forjaba el inicio de otra alianza.
Messi jugó sus primeros minutos con la camiseta del PSG. El argentino sustituyó a Neymar bajo la ovación del público. En el anuncio de los equipos, los altavoces que decían su nombre, lograban que fuera aclamado por todo el estadio Auguste-Delaune, colmado de unos 20.500 espectadores para la ocasión.
Eran las 22:09 horas, el minuto 66 del Reims-PSG, cuando el director técnico, Mauricio Pochettino, decidió acabar con la espera. Calmar las ansiedades de los presentes, algunos de ellos que decidieron pagar hasta 7.000 euros por una grada y así convalidar los increíbles precios de reventa. Todo comenzaba.
Desde el ingreso del crack argentino, el ambiente del fútbol francés, una liga muchas veces despreciada, lograba subir rápidamente varios escalones a la vez. Ningún gol y pocos gestos excepcionales de Leo. Solo un gran momento, el que todos esperaban.
Semanas después del fichaje llegaban los primeros minutos con la camiseta parisina. Por tanto, fue en Reims donde el argentino tuvo su gran estreno con el Paris Saint Germain de los qataríes. Kylian Mbappé marcó dos goles y estableció el éxito. Así una primera victoria para el seis veces Balón de Oro, al final de la cuarta jornada de la Liga 1.
Un saludo final a las gradas iluminadas por flashes de los aficionados del equipo parisino. Fotos, obsequios, pedidos, incluso el abrazo con Thierry Henry, su excompañero en Barcelona, ahora figura de una de las señales deportivas que relata el campeonato. Luego de desaparecer en el túnel del estadio, para llegar a vestuarios regados de copas de champagne de la región de Marne.
Relajado, sonriente, el rey del juego de 34 años llegó entre los vítores de los aficionados reunidos para verlo y el saludo de cientos de chicos que gritaban su nombre. El final de una velada ideal, también repleta con camisetas del seleccionado argentino. La jornada concluía con una victoria y grandes promesas: anoche en Reims - Infobae podía comprobarlo - otro reinado comenzada.
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