Lo sucedido el último fin de semana en el duelo entre Niza y Olympique de Marsella dio la vuelta al mundo. Los proyectiles que le lanzaron desde la tribuna a Dimitri Payet desataron la locura: el futbolista respondió, los ultras invadieron el campo de juego y hasta el entrenador Jorge Sampaoli terminó como un actor central de este escandaloso tumulto.
Mientras las autoridades pertinentes definen cuál será el castigo que se impartirán sobre los implicados, el DT argentino decidió leer un discurso que se extendió por más de seis minutos en la conferencia de prensa que brindó como previa al duelo de este sábado ante el Saint-Etienne por la Ligue 1.
El ex conductor de la selección argentina aclaró que iba a realizar su descargo “solamente una vez” porque luego quería hablar de fútbol que es en lo que tiene “mayor interés”. Ya en el inicio, Sampaoli mostró la dureza de su mirada: “La historia nos enseñó muchas veces que no es admisible agredir a otro porque piensa diferente o porque tiene gustos diferentes o porque tiene una camiseta diferente. Eso es discriminación, eso es fascismo. No lo podemos permitir ni en la vida, ni en el fútbol”.
* La intervención de Sampaoli en el escándalo ante Niza
Además, aclaró que sintieron “miedo” en el Venue Allianz Riviera de Niza y apuntó contra el club local: “Los hinchas rivales agredieron a nuestros jugadores, la seguridad dejó que eso pasara dos veces, algunos dirigentes y algunos jugadores del Niza no sólo no lo repudiaron sino que lo aplaudieron. Entramos a una cancha a defender a nuestros jugadores porque nadie los estaba defendiendo y estábamos solos”.
Entre otros tópicos, pidió entregar un mejor espectáculo porque muchos niños siguen los partidos de fútbol, le pidió a los hinchas del Marsella que no tomen represalias en el futuro tras lo sucedido y se quejó por la lentitud de la Justicia para dar a conocer las primeras medidas disciplinarias.
Al mismo tiempo, habló sobre el golpe de nocaut que su asistente Pablo Fernández le dio a un ultra que había invadido el campo de juego: “Él quiso defender a sus jugadores. Seguramente se estará replanteando que no está feliz con lo que hizo. No había manera de no tomar decisiones en un momento tan difícil, era una aglomeración de cientos de hinchas invadiendo el terreno. No solamente invadiéndolo, sino que agrediendo. Es muy difícil saber cómo defender ante tanta multitud a tan pocos futbolistas”.
Sampaoli denunció que el árbitro fue “presionado” para que el partido sea reanudado y disparó contra otras esferas vinculadas al deporte: “Eso también argumenta que los niveles políticos y de poder por ahí atentan con el bien común”.
En el cierre de este relato, dejó una conclusión resonante: “Simplemente hubo un grupo de gente que se adueñó del espectáculo. Si se permite que esta gente se adueñe del espectáculo, es un circo romano. Se termina el fútbol”.
Si bien aclaró que iba a hablar solamente en ese tramo de este escándalo, una de las preguntas de la conferencia estuvo vinculada a los hechos y allí el DT de 61 años volvió a explayarse: “Fuimos a Montpellier y a (Valentin) Rongier le rompieron la boca de un botellazo. Y Montpellier volvió a jugar de local sin ningún problema. Entonces, si vale todo, en todos lados, va a ser un problema para el futuro”.
“Lo que me parece que no está equitativo de las versiones que me llegaron ayer, es que llamen a los dos clubes, porque hay un solo club implicado, que es Niza. El OM no tiene nada que ver con lo que ocurrió, nada. Los hechos ocurrieron de una forma que están relacionados con una invasión en el campo de juego. Lo más importante es tener claro que nosotros fuimos a jugar al fútbol, no generamos incidentes. Fuimos, jugamos, nos hicieron un gol, seguimos atacando, hasta que alguien decidió de manera personal y particular que el partido terminase”, insistió.
* Así se desató el escándalo
EL DISCURSO COMPLETO DE SAMPAOLI
Corresponde responder solamente o desarrollar solamente una vez lo que yo pienso de lo ocurrido y después volver al futbol que es lo que más me importa y en lo cual tengo mayor interés. Solamente voy a hacer un relato de lo que yo pienso, lo que me tocó vivir y después volvemos al fútbol.
Con respecto a lo ocurrido, la historia nos enseñó muchas veces que no es admisible agredir a otro porque piensa diferente o porque tiene gustos diferentes o porque tiene una camiseta diferente. Eso es discriminación, eso es fascismo. No lo podemos permitir ni en la vida, ni en el fútbol.
El domingo en Niza tuvimos miedo, los hinchas rivales agredieron a nuestros jugadores, la seguridad dejó que eso pasara dos veces, algunos dirigentes y algunos jugadores del Niza no sólo no lo repudiaron sino que lo aplaudieron. Entramos a una cancha a defender a nuestros jugadores porque nadie los estaba defendiendo y estábamos solos. Sé que los partidos son mirados por muchos niños, yo mismo tengo niños, y no me gusta que tengan que ver espectáculos de esta forma. El fútbol es un juego con mucha pasión pero no más que eso. Y a esos niños hay que pedirles perdón por lo que les tocó ver. Estamos obligados a hacer una sociedad mejor, por eso quiero pedir a nuestra hinchada, a nuestra gente, a la gente que va a ver el partido el día sábado, que no tomemos venganza con nadie, que se comporten como somos: una hinchada que nunca deja de alentar a su equipo.
¿Qué es lo que puede pasar? Hay un proceso de investigación, hay especialistas trabajando en sanciones que seguramente habrá, de todas maneras el parido y el futbol quedan ya en segundo plano. Lo único que verdaderamente me importa es que esto no se vuelva a repetir. Lamentablemente demasiado tiempo para juzgar lo visible, hubo cosas extremadamente visibles que ya deberían haber sido juzgadas, y lamentablemente todavía eso no ha sucedido
¿Qué podría decir de la agresión que tuvo mi colega Pablo Fernández con una persona que se metió en el terreno? Él ya fue a declarar, seguramente la Justicia estará analizando su caso, él quiso defender a sus jugadores. Seguramente se estará replanteando que no está feliz con lo que hizo, pero yo doy fe de qué persona y qué profesional es. Y qué nivel de compromiso tiene con OM y sus jugadores. No había manera de no tomar decisiones en un momento tan difícil, era una aglomeración de cientos de hinchas invadiendo el terreno. No solamente invadiéndolo, sino que agrediendo. Entonces es muy difícil saber cómo defender ante tanta multitud a tan pocos futbolistas.
Quiero que quede claro que la primera información que tenemos de tribunales, es una supuesta sanción a alguien que repelió la agresión original y que la agresión original no haya tenido un impacto mayor. Estos hechos sucedieron, que a mi nunca me habían pasado en mi carrera, son cosas que realmente tienen que terminar rápido. No puede haber un expediente dando vueltas tanto tiempo. Hay una realidad, hay una situación, que vio todo el mundo. Nadie puede hacer una vista gorda a esto, hay que tomar acciones directamente rápidas.
Destaco la actitud del árbitro. Lo que puedo contar es que el árbitro después de los sucesos nos llama a Longoria, el presidente del OM, a mí, al entrenador de Niza y al presidente de Niza. El árbitro dice que para él no estaba dada ninguna de las garantías para continuar el juego. Y que fue presionado por las autoridades para seguir el juego. Eso también argumenta que los niveles políticos y de poder por ahí atentan con el bien común.
Solamente esto quiero expresar, sino tendría que desarrollar algo que no tiene que ver con el fútbol que es lo más importante. En el desarrollo del partido, lo más raro y lo más difícil de entender, es que era un gran partido de fútbol, donde Niza estaba ganando bien. Era un partido donde nosotros habíamos hecho un gran primer tiempo. Tienen un gran equipo y al mejor entrenador de Francia, que se empañe sin sentido... No hubo tarjeta amarilla, no hubo agresiones, nada. Simplemente un grupo de gente que se adueñó del espectáculo. Si se permite que esta gente se adueñe del espectáculo, es un circo romano. Se termina el fútbol.
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